LO TRIBUTARIO (nº 316)

Comprender el Impuesto de Sucesiones (2): conceptos civiles

Si se puede asegurar que no es posible ser buen tributarista sin conocer bien los conceptos civiles básicos, con mayor motivo hay que entenderlo así cuando se trata de los llamados impuestos “jurídicos” (ISyD; ITPyAJD) cuya normativa está expresada mediante el empleo de conceptos de esa naturaleza. Aquí se debe empezar atendiendo al artículo 3 LISyD que establece que constituye el hecho imponible: a) la adquisición de bienes y derechos por herencia, legado o cualquier otro título sucesorio; b) la adquisición de bienes y derechos por donación o cualquier otro negocio jurídico a título gratuito inter vivos; c) la percepción de cantidades por los beneficiarios de contratos de seguros sobre la vida cuando el contratante sea persona distinta del beneficiario, salvo los casos de previsión social (v. art. 17.2 LIRPF).

Un “acto jurídico” es una acción u omisión voluntaria de la que se derivan consecuencias jurídicas (como, aceptar o renunciar a una herencia; desheredar, arts 848 a 857); un “negocio jurídico” es un acto de manifestación de voluntad que crea, conserva, modifica o extingue una situación o relación jurídica (como, hacer o revocar testamento); un “contrato” (v. art. 1254 Cc) es un negocio jurídico por el que una o varias personas consienten en obligarse respecto de otra u otras, a dar alguna cosa o prestar algún servicio”. Los negocios jurídicos y, por tanto, los contratos, tienen como elementos esenciales (art. 1261 Cc): el consentimiento (arts. 1262 a 1270 Cc), el objeto (arts. 1271 a 1273 Cc) y la causa (v. arts. 1274 a 1277 Cc). Se debe distinguir entre causa (qué, esencia, fundamento), motivo (por qué, intención, deseo) y fin (para qué). La simulación se relaciona con la causa, el negocio indirecto con los fines perseguidos.

La adquisición de bienes o derechos por causa de muerte puede tener su origen en la herencia (art. 659 Cc), como heredero (sucesión universal, arts. 660 y 661), legatario (sucesión particular, arts. 858 a 891 Cc) o por otro título. La donación no es un contrato, sino un acto de liberalidad por el que una persona dispone gratuitamente de una cosa en favor de otra que la acepta (art. 618 Cc). También es donación la que se hace a una persona por sus méritos o por servicios prestados al donante que no constituyan deudas exigibles y aquella en la que se impone al donatario un gravamen inferior al valor de lo donado (art. 619 Cc). Una liberalidad (como sería una propina) no es una donación, es un acto voluntario no exigible, pero que una vez realizado no es repetible, reclamable. El seguro sobre la vida es aquel en el que el riesgo está en el fallecimiento del asegurado, por eso se tributa cuando el beneficiario es persona distinta del contratante.

Se considera “títulos sucesorios”, además de la herencia y el legado, la donación mortis causa, los contratos o pactos sucesorios, las cantidades entregadas por las empresas a familiares de empleados fallecidos si no están sujetas al IRPF y lo señalado en testamento para los albaceas si excede de lo que se regula (art. 11 RISyD). Se considera “negocio jurídico gratuito inter vivos” la donación, la condonación de deuda con ánimo de liberalidad, la renuncia de derechos a favor de persona determinada, la asunción de deuda liberatoria sin contraprestación y el desistimiento o allanamiento en juicio arbitraje en favor de la otra parte con ánimo de liberalidad. Otras normas (arts. 12.e) y 13 RISyD) se refieren al contrato de seguro sobre la vida y de accidentes.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Los ministros Economía y Finanzas de la UE (Ecofin) han llegado a un acuerdo para prohibir que las compañías multinacionales con actividad en ese ámbito reduzcan sus obligaciones fiscales aprovechando los “desajustes híbridos” que se producen por las diferencias entre sistemas tributarios mediante acuerdos con Estados no europeos. Se considera un avance en la instalación de “un entorno fiscal justo” en la UE.

El camino de la Pascua de Resurrección hasta la Pentecostés lo recorre el cristiano entre canciones del corazón y alborozo en el alma, aunque la vida ordinaria, el quehacer de cada día, no cambie. Lo bueno de cada día es motivo de acción de gracias, lo que parece indiferente es motivo para sentir cerca a Jesús que camina a nuestro lado y el dolor, la pena, permiten hacer más íntimo nuestro diálogo con Dios: Señor, que lo lleve bien, que pueda, que no me desanime, que no deje de ser amable y comprensivo. Y así se viven pasajes evangélicos inolvidables:

- “Tomás, uno de los doce, llamado dídimo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le dijeron: - ¡Hemos visto al Señor! Pero él les respondió: - Si no le veo en las manos la marca de los clavos y meto mi mano en el costado, no creeré. A los ochos días, estaban otra vez dentro sus discípulos y Tomas con ellos. Aunque estaban las puertas cerradas, vino Jesús, se presentó en medio y dijo: - La paz esté con vosotros. Después le dijo a Tomás: - Trae aquí tu dedo y mira mis manos, trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo, sino creyente. Respondió Tomás y le dijo: - ¡Señor mío y Dios mío! Jesús contestó: - Porque has visto has creído; bienaventurados los que sin haber visto hayan creído” (Jn 20, 24-29). La meditación va desde nuestra desconfianza, nuestro vivir sin pensar que Dios está a nuestro lado en todo momento, nuestra frialdad ante el Sagrario o al comulgar cuando el cuerpo se llena de Dios -inundado- y -sumido- se mete en Dios; hasta nuestro olvido de las palabras de Jesús: ¡Bienaventurados los que sin haber vistió han creído!

- “… Salieron y subieron a la barca. Pero aquella noche no pescaron nada. Cuando ya amaneció, se presentó Jesús en la orilla, pero sus discípulos no se dieron cuenta de que era Jesús. Les dijo Jesús: - Muchachos, ¿tenéis algo que comer? – No -le contestaron. Él les dijo: - Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis. La echaron y casi no eran capaces de sacarla por la gran cantidad de peces. Aquel discípulo a quien amaba Jesús le dijo a Pedro: - ¡Es el Señor! Al oír Simón Pedro que era el Señor se ató la túnica, porque estaba desnudo, y se echó al mar. Los otros discípulos vinieron en la barca, pues no estaban lejos de tierra, sino a unos doscientos codos, arrastrando la red con los peces” (Jn 21, 3-8).¡Es el Señor! Es un grito del alma que debería despertarnos cada poco para que salgamos de la rutina, para que abandonemos el “yo”, para que deje de ser centro de nuestros de intereses, de nuestros deseos. Para que veamos al Señor en todos “los otros”

- “Cuando descendieron a tierra vieron unas brasas preparadas, un pez encima y pan. Jesús les dijo: - Traed algunos de los peces que habéis pescado ahora. Subió Simón Pedro y sacó a tierra la red llena de ciento cincuenta y tres peces grandes. Y a pesar de ser tantos no se rompió la red. Jesús les dijo: - Venid a comer. Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: “¿Tú quién eres?”, pues sabían que era el Señor” (Jn 21, 9-12). Hoy, ahora: sabemos que está Jesús a nuestro lado y no le decimos nada.

LA HOJA SEMANAL
(del 24 al 29 de abril)

Lunes (24)

San Fidel de Sigmaringa presbítero y mártir (2ª Pascua)
Palabras: “El que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios” (Jn 3,3)
Reflexión: Nacer de nuevo con Pascua de Resurrección
Propósito, durante el día: Más oración, más amabilidad, mejor disposición

Martes (25)

San Marcos, evangelista (2ª Pascua)
Palabras: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio” (Mc 16,15)
Reflexión: El apostolado como rebosamiento de la vida interior
Propósito, durante el día: Lectura del Evangelio, meditación, acción

Miércoles (26)

San Isidoro, obispo y doctor de la Iglesia (2ª Pascua; Nª Sª del Buen Consejo)
Palabras: “Alumbre así vuestra luz a los hombres, … (Mt 5,16)
Reflexión: … para que vean vuestras buenas obras y den gloria al Padre…”
Propósito, durante el día: Testimonio en la oración, en el obrar y en el carácter

Jueves (27)

Nuestra Señora de Montserrat (2ª Pascua; san Pedro Canisio, confesor)
Palabras: “¿De dónde a mí tanto bien, … (Lc 1,43)
Reflexión: … que venga la madre de mi Señor a visitarme”
Propósito, durante el día: Madre, contigo cada instante y hasta el cielo

Viernes (28)

San Luis María Grignion de Montfort, presbítero y mártir (2ª Pascua)
Palabras: Le seguía mucha gente (Jn 6,2)
Reflexión: Jesús se preocupa por los que le siguen y les ayuda
Propósito, durante el día: Confianza en Dios. Todo es para bien

Sábado (29)

Santa Catalina de Siena, virgen y doctora de la Iglesia (2ª Pascua)
Palabras: “Soy yo no temáis” (Jn 6,20)
Reflexión: Hacia Cafarnaún, noche cerrada, viento fuerte, lago encrespado
Propósito, durante el día: Lo que quieras, como quieras, porque Tú lo quieres

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 23, domingo (2ª de Pascua, ciclo A, de la Misericordia) nos llenan de gozo: “alabando a Dios con alegría y de todo corazón” (Hech 2); “no lo véis y creéis en él; y os alegráis con un gozo inefable” (1 Pe 1); “Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor” (Jn 20). Es tiempo de ver a Dios en las tareas de cada día; tiempo de ver en el trabajo un camino de santidad, en los amigos a protegidos de Dios, en la familia un avance del cielo, “a pesar de los pesares”. Jesús, María y José ayudan.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “Que la Virgen María, testigo silencioso de la muerte y resurrección de su hijo Jesús, nos ayude a ser signos límpidos de Cristo resucitado entre los eventos del mundo, para que cuantos se encuentran en la tribulación y en dificultades no permanezcan víctimas del pesimismo y de la derrota, de la resignación, sino que encuentren en nosotros a muchos hermanos y hermanas que les ofrecen su apoyo y consolación. Que nuestra Madre nos ayude a creer fuertemente en la resurrección de Jesús: Jesús ha resucitado, está vivo aquí, entre nosotros, y esto es un admirable misterio de salvación con la capacidad de transformar los corazones y la vida. E interceda de manera particular por las comunidades cristianas perseguidas y oprimidas que están hoy, en muchas partes del mundo, llamadas a un más difícil y valiente testimonio. Y ahora, en la luz y la alegría de la Pascua, nos dirigimos a Ella con la oración que, durante cincuenta días, hasta Pentecostés, toma el lugar del Ángelus: Regina Coeli...” (Regina coeli, día 16 de abril de 2017)

- “¡Qué bonito es pensar que el cristianismo, esencialmente, es esto! No es tanto nuestra búsqueda respecto a Dios —una búsqueda, en verdad, tan titubeante—, sino más bien la búsqueda de Dios respecto a nosotros. Jesús nos ha tomado, nos ha agarrado, nos ha conquistado para no dejarnos más. El cristianismo es gracia, es sorpresa, y por este motivo presupone un corazón capaz de estupor. Un corazón racionalista es incapaz del estupor, y no puede entender qué es el cristianismo. Porque el cristianismo es gracia, y la gracia solamente se percibe, y aún más se encuentra en el estupor del encuentro.

Y entonces, aunque seamos pecadores —todos nosotros lo somos—, si nuestros propósitos de bien han permanecido sobre el papel, o también si, mirando nuestra vida, nos damos cuenta de haber sumado muchos fracasos... En la mañana de Pascua podemos hacer como esas personas de las cuales habla el Evangelio: ir al sepulcro de Cristo, ver la gran piedra volcada y pensar que Dios está realizando para mí, para todos nosotros, un futuro inesperado. Ir a nuestro sepulcro: todos tenemos un poquito dentro. Ir ahí, y ver cómo Dios es capaz de resurgir de ahí. Aquí hay felicidad, aquí hay alegría, vida, donde todos pensaban que hubiera solo tristeza, derrota y tinieblas. Dios hace crecer a sus flores más bonitas en medio de las piedras más áridas.” (Audiencia general, día 19 de abril de 2017)

(23.04.17)

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