LO TRIBUTARIO (nº 304)
Comprender el IRPF (y 10): las cuotas
Hay impuestos de cuota fija que se exigen en una determinada cantidad según la naturaleza y características del hecho imponible, como ocurre con el IAE en el que se tributa una cantidad según la actividad de que se trate; la antigua Contribución territorial Rústica y Pecuaria tenía una cuota fija (a tanto por animal según su especie) y una cuota proporcional (aplicando un tipo fijo a la renta neta obtenida). En el sistema tributario estatal hay impuestos en los que a cada hecho imponible se aplica un tipo fijo (porcentaje) que determina cuota proporcional, como en el IS, el IVA o el ITP.
En los impuestos personales (como el IRPF, el IP o el ISyD) se aplican tipos crecientes según una escala de modo que se obtiene una cuota progresiva lo que quiere decir que aumenta más que proporcionalmente respecto del aumento de la base liquidable (comparando dos rentas al doble de la base corresponde más del doble de la cuota). Los conceptos tributarios distinguen entre: “cuota íntegra”, que resulta de aplicar los tipos de la escala a la base liquidable; “cuota líquida”, que resulta de restar de la cuota íntegra las “deducciones” (no confundir con “reducciones” que minoran la base imponible para obtener la base liquidable) establecidas en la ley; y la “cuota diferencial” que es el importe a pagar, o en su caso a devolver (art. 103 LIRPF), que según se regula en la ley, resulta de restar de la cuota líquida: los pagos anticipados a cuenta, pagos fiscales en el extranjero y también deducciones peculiares.
En el LIRPF se regulan (art. 79) las siguientes minoraciones de la cuota líquida: a) para evitar la doble imposición internacional (art. 80); b) el impuesto satisfecho en el extranjero por la distribución de beneficios en la trasparencia fiscal internacional (art. 91.10); c) el impuesto satisfecho en el extranjero por la renta imputable por derechos de imagen (art. 92.4); d) las retenciones practicadas según la Directiva 2003/48/CE por pago de intereses; e) cuando se adquiera la condición de contribuyente por cambio de residencia (art. 99.8), las retenciones, ingresos a cuenta y cuotas satisfechas por el IRNR devengadas en el período del cambio de residencia; f) las retenciones, los ingresos a cuenta, pagos fraccionados (arts. 99 a 101). Como deducciones peculiares se regula: la deducción por maternidad (art. 81) y las deducciones por familia numerosa o personas con discapacidad a cargo (art. 81 bis).
La discriminación territorial (estatal, foral y autonómica) afecta a las escalas de gravamen (arts. 73 a 76) y también a las deducciones aplicables (art. 77), pero también se puede producir según sea posible o no optar por la tributación individual o conjunta (arts. 82 a 84) cuando se forma parte de alguna de las tres modalidades de unidad familiar. Lícita y legalmente se puede tributar más o menos, pero hay que tener cuidado al optar porque lo que parece contra la razón y contra todo Derecho, la ley (art. 119.3 LGT) y los pronunciamientos de los tribunales mantienen que, aunque sin necesidad de procedimiento se puede modificar la autoliquidación para pagar más (art. 122 LGT), no cabe modificar la opción por la tributación conjunta o individual después del concluido el plazo de presentación. La ley del IRPF completa su contenido con la regulación de la obligación de declarar (art. 96) y de autoliquidar (art. 97), pudiendo utilizar en su caso el borrador emitido por la Administración (art. 98). Las obligaciones formales y la responsabilidad (arts. 104 a 107). Triste final, pero así es la cosa.
DE LO HUMANO A LO DIVINO
La noticia fiscal destacada fue que hace años hubo un acuerdo político para aplicar con levedad la “lista Falciani”. Una sentencia del TS, “desvelada” el día 24 de febrero, considera que era prueba eficaz porque no se había obtenido con coacción de empleados públicos. Si es así, muchos pensarán que se han reducido los derechos que impiden la eficacia de la prueba obtenida vulnerándolos. Como la noticia se acompaña de manifestaciones de protagonistas de aquellos tiempos, que no denunciaron ni se manifestaron entonces, otros piensan qué hacer con los acusadores o con los acusados.
El cristiano ha empezado a vivir la Cuaresma que es una etapa muy especial, un tiempo fuerte, en el camino hacia el cielo. “Limosna, ayuno y oración” es un lema que se procura vivir cada año, siempre de forma nueva, porque las circunstancias personales cambian, empezando por la edad. Es tiempo de meditar sin cansancio y sin descanso sobre la conversión del alma y sobre el amor de Dios. “Vertir”, verter, es echar, derramar; y las partículas que se añaden, siempre a partir de un cambio personal, que sale y se produce de y en lo más íntimo, llevan a los más diversos conceptos: invertir, convertir, revertir, pervertir. Conversión, tiempo de examen para comprobar las fuerzas, para reparar posibles averías, para revisar los niveles la presión, como se hace con los coches cuando empieza el rigor invernal o los calores del estío. En la Cuaresma se preparan las almas para la Pascua de Resurrección. La gloria nos espera. Está cerca.
“Ahora, pues, -oráculo del Señor- convertíos a Mí de todo corazón, con ayuno, con llanto y con lamento” (Jl 2,12). La Cuaresma es el tiempo de revisar el rumbo de nuestra vida, de mirar dentro del alma, de escuchar atentamente el corazón, recordando que tomar una errónea dirección al principio de la travesía puede llevarnos muy lejos de nuestro destino. “Convertíos a Mí”, dirigíos a Mi, venid a Mi, caminad hacia Mi. Poned en mí todo vuestro corazón; no con parte, ni un poco ni siquiera un poco más que antes: con todo el corazón. Poned en vuestro “santo y seña”: Dios conmigo. Y, ante el esfuerzo de cada día, en las preocupaciones ordinarias, en los disgustos y en las alegrías, sentid que el corazón grita: “Toda la gloria para Ti”.
“Convertíos al Señor, vuestro Dios, porque es clemente y compasivo, lento a la ira y rico en misericordia...” (Jl 2,13). La Cuaresma es el tiempo de examinar el alma con detalle: lo que he hecho bien, lo que he hecho mal, lo que podía haber hecho mejor, lo que no he hecho y debía haber hecho... Con detalle y sin miedo porque la Cuaresma nos confirma en la confianza en Dios que es compasivo, rico en misericordia. Compasivo quiere decir -cum pathos: compartir pasiones, dolores y alegrías- que Dios participa de nuestros sentimientos: alegre con nosotros, en el ánimo para levantarnos y para seguir; junto a nosotros en nuestras tristezas, ayudándonos a superar el desánimo en la enfermedad, en el dolor, en las ofensas. Misericordioso quiere decir -miser, cor- que Dios pone en su corazón nuestras miserias, nuestras deficiencias, nuestras debilidades.
Empezar y seguir el camino de la Cuaresma. Puede ser bueno recordar: “ Descargad sobre Él todas vuestras preocupaciones, porque Él cuida de vosotros. Sed sobrios y vigilad porque vuestro adversario, el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quien devorar. Resistidle firmes en la fe, sabiendo que vuestros hermanos dispersos por el mundo soportan los mismos padecimientos. Y, después de haber sufrido un poco, el Dios de toda gracia, que os ha llamado en Cristo a su eterna gloria, os hará idóneos y so consolidará, os dará fortaleza y estabilidad (1 Pe 5, 7-10)
LA HOJA SEMANAL
(del 6 al 11 de marzo)
Lunes (6)
San Marciano, obispo (1ª Cuaresma)
Palabras: “Venid vosotros, benditos de mi Padre (Mt 25,34)
Reflexión: Éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna
Propósito, durante el día: Pedir ayuda al Señor para ser como Él quiere
Martes (7)
Santas Perpetua y Felicidad, mártires (1ª Cuaresma)
Palabras: “No nos dejes caer en la tentación” (Mt 6,13)
Reflexión: Perdónanos como nosotros también debemos perdonar
Propósito, durante el día: Perdonar. Pedir perdón
Miércoles (8)
San Juan de Dios, religioso (1ª Cuaresma)
Palabras: La gente se apiñaba alrededor de Jesús (Lc 11,29)
Reflexión: Junto a Jesús, escuchando a Jesús, aprendiendo de Jesús
Propósito, durante el día: Pensar frecuentemente que Dios está a mi lado. Hablarle
Jueves (9)
Santa Francisca Romana (1ª Cuaresma)
Palabras: “Cuánto más vuestro Padre del cielo dará cosas buenas” (Mt 7,11)
Reflexión: Pedid y se os dará
Propósito, durante el día: Pedir mucho a Dios, con la confianza de los hijos pequeños
Viernes (10)
San Cayo, mártir (1ª Cuaresma)
Palabras: “Si tu hermano tiene quejas contra ti, …” (Mt 5,23)
Reflexión: … deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con él y vuelve al altar
Propósito, durante el día: Detalles amables con los más próximos; ayuda, comprensión.
Sábado (11)
Santa Áurea, abadesa (1ª Cuaresma)
Palabras: “Sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto” (Mt 5,48)
Reflexión: Amad a vuestros enemigos, rezad por los que os persiguen y calumnian
Propósito, durante el día: Madre mía, enséñame, ayúdame, para vivir bien la Cuaresma
(la reflexión y el propósito, los fija cada uno)
Las lecturas del día 5 (1º de Cuaresma; ciclo A; 6º de san José) nos advierten sobre las tentaciones: “No moriréis… seréis como Dios” (Gn 2); “por un hombre entró el pecado en el mundo” (Rm 5); “Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo” (Mt 4). Todos sabemos de nuestras debilidades, de nuestras tendencias, de nuestras excusas. Y todos sabemos que necesitamos ayuda para vencer, para vencernos. En Cuaresma debemos pedir más, más frecuentemente, el amparo de Dios. María, nuestra Madre, nos ayuda. Y san José, nuestro padre y señor, nos anima con su ejemplo.
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
- “Dios no es un ser lejano y anónimo: es nuestro refugio, la fuente de nuestra serenidad y de nuestra paz. Es la roca de nuestra salvación, a la que podemos aferrarnos con la certeza de no caer; ¡quien se aferra a Dios no cae nunca! Es nuestra defensa del mal siempre al acecho. Dios es para nosotros el gran amigo, el aliado, el padre, pero no siempre nos damos cuenta. No nos damos cuenta de que nosotros tenemos un amigo, un aliado, un padre que nos quiere, y preferimos apoyarnos en bienes inmediatos que nosotros podemos tocar, en bienes contingentes, olvidando, y a veces rechazando, el bien supremo, es decir, el amor paterno de Dios. ¡Sentirlo Padre en esta época de orfandad es muy importante! En este mundo huérfano, sentirlo Padre. Nosotros nos alejamos del amor de Dios cuando vamos hacia la búsqueda obsesiva de los bienes terrenos y de las riquezas, manifestando así un amor exagerado a estas realidades.” (Angelus, día 26 de febrero de 2017)
- “En este sentido la Cuaresma es “signo sacramental de nuestra conversión” (Misal Romano, Oración colecta, I Domingo de Cuaresma); quien hace el camino de la Cuaresma está siempre en el camino de la conversión. La Cuaresma es signo sacramental de nuestro camino de la esclavitud a la libertad, que siempre hay que renovar. Un camino arduo, como es justo que sea, porque el amor es trabajoso, pero un camino lleno de esperanza. Es más, diría algo más: el éxodo cuaresmal es el camino en el cual la esperanza misma se forma. La fatiga de atravesar el desierto —todas las pruebas, las tentaciones, las ilusiones, los espejismos...—, todo esto vale para forjar una esperanza fuerte, sólida, sobre el modelo de la Virgen María, que en medio de las tinieblas de la Pasión y de la muerte de su Hijo siguió creyendo y esperando en su resurrección, en la victoria del amor de Dios.” (Audiencia general, día 1 de marzo de 2017)
(5-03-17)
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