LO TRIBUTARIO (nº 308)

Conocer el IP (1): ámbitos

El Impuesto sobre el Patrimonio se regula en la Ley 19/1991 y entronca casi sin diferencias con el Impuesto extraordinario sobre el Patrimonio que se incluyó en el sistema tributario por Ley 50/1977. Es un impuesto directo (art. 1 LIP), porque el patrimonio (lo que se tiene) y la renta (lo que se gana) son manifestaciones directas de la capacidad económica que es el principio constitucional (art. 31 CE) de la tributación. La renta que se gasta es una manifestación indirecta de dicha capacidad; por ese motivo, el IVA, el ITP y los Impuestos Especiales (alcohol, tabaco, hidrocarburos…) son indirectos.

- En lo espacial, el IP es un impuesto general porque se aplica en todo el territorio nacional, pero es un impuesto estatal de regulación y gestión foral (art. 2.Uno LIP) y cedido a las Comunidades Autónomas en cuanto a las exenciones, bonificaciones, escala y gestión. Todo sin perjuicio de los convenios y tratados internacionales.

- En lo temporal, se está a la titularidad de bienes o derechos al tiempo del devengo (art. 3.LIP) y se presume que forman parte del patrimonio los elementos que hubieren pertenecido al sujeto pasivo antes del devengo, salvo prueba de transmisión o pérdida.

- En lo subjetivo, el IP es un impuesto personal porque sujeta la totalidad del patrimonio correspondiente a cada persona física que sea residente en España (obligación personal de contribuir) cualquiera que sea el lugar donde estén los elementos patrimoniales (art. 5.Uno.a) LIP); pero si el sujeto pasivo es no residente en España (obligación real de contribuir) tributa sólo por los bienes y derechos situados o que puedan ejercitarse o se hubieran de cumplir en España (art. 5.Uno.b) LIP).

Los no residentes están obligados a designar representante (art. 6 LIP). Cuando un residente pase a tener residencia en otro país (art. 5.Uno.a) LIP) puede optar por seguir tributando por obligación personal en España presentando declaración. Los representante y funcionarios del Estado español y organismos extranjeros en España (art. 5.Tres LIP) tributan por obligación personal o real según corresponda en el IRPF. Los criterios de residencia (art. 5.Dos LIP) son los del IRPF.

- En lo objetivo, el IP se exige sobre los bienes y derechos de los que sea titular el sujeto pasivo, para lo que la ley regula los criterios aplicables. La atribución de titularidad (art. 7 LIP) y también las cargas, gravámenes, deudas y obligaciones, se hace según las normas aplicables al caso, incluidas las que regulan el régimen económico en el matrimonio; en éstos, los bienes comunes se atribuyen por mitad; en general, en los bienes cuya titularidad no resulte acreditada la Administración podrá considerar titular al que figure en un registro fiscal o en otro público.

En contraprestaciones aplazadas (art. 8 LIP) se imputa el valor del elemento se imputa al adquirente que incluirá entre sus deudas lo aplazado y el transmitente incluirá como derecho el crédito por la contraprestación aplazada. En la venta con reserva de dominio, el valor de lo vendido hasta que se transmita su propiedad se computa por las cantidades entregadas hasta el devengo que, a su vez, serán deudas del vendedor al que se imputará el valor correspondiente al elemento.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Peculiar debate en el cálculo sobre el teórico tipo de gravamen efectivamente aplicado en el Impuesto sobre Sociedades. Las organizaciones ajenas a la Administración consideran que los cálculos de ésta son erróneos y les oponen los resultados de su estimación. Todo con cifras globales, sobre datos que pueden pertenecer a diversos ejercicios, sin computar las regularizaciones tributarias ni el efecto “regularización probable o posible”, con discrepancias sobre el cómputo del impuesto satisfecho en el extranjero, con una oscuridad mayor aún en la tributación de grupos.

Y todo para concluir que, en unos y otros cálculos, las sociedades, de hecho, tributan a un tipo de gravamen inferior al legalmente establecido. Y que los empresarios individuales se aproximan más. Es de suponer que sin contar la estimación objetiva. La Ciencia de la Hacienda identifica las estimaciones objetivas como “evasión legal”.

En el esforzado camino hacia el cielo, conviene al cristiano tiempos de paseo sosegado en los que iluminar la conciencia y la voluntad oyendo la voz de Jesús. Algunos trechos pueden llevar a meditar sobre estas palabras del Evangelio:

- “Por lo tanto, si al llevar tu ofrenda al altar recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, vete primero a reconciliarte con tu hermano, y vuelve después para presentar tu ofrenda” (Mt 5,24). “Si tu hermano peca contra ti, ve y corrígele a solas tú con él. Si te escucha habrás ganado a tu hermano” (Mt 18,15). “Y si peca siete veces al día contra ti, y siete veces vuelve a ti, diciendo: me arrepiento, le perdonarás” (Lc 17,3-4). “Y cuando os pongais de pie para orar, perdonad si tenéis algo contra alguno, a fin de que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone vuestros pecados” (Mc 11,25). ¿Guardo rencor? ¿Perdono? ¿Pido perdón?

- “Si alguien golpea tu mejilla derecha, preséntale también la otra… A quien te fuerce a andar una milla, vete con él dos. A quien te pida, dale, y no rehúyas al que quiera de ti algo prestado” (Mt 5,39.41) “Todo lo que queráis que hagan los hombres con vosotros, hacedlo también vosotros con ellos” (Mt 7,12). “No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados. Perdonad y seréis perdonados; dad y se os dará; echarán en vuestro regazo una buena medida, apretada, colmada, rebosante, porque con la misma medida con que midáis se os medirá” (Lc 6, 37-38). ¿Critico? ¿Murmuro?

- “Y al orar no empleéis muchas palabras como los gentiles, que piensan que por su locuacidad van a ser escuchados. Así pues, no seáis como ellos, porque bien sabe vuestro Padre de qué tenéis necesidad antes de que se lo pidáis. Vosotros, en cambio, orad así: Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; venga tu Reino; hágase tu voluntad, como en el cielo, también en la tierra; danos hoy nuestro pan cotidiano; y perdónanos nuestras deudas como también nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos pongas en tentación, sino líbranos del Malo” (Mt 6,7-15). ¿Rezo?

Acaba así el paseo con Jesús: “Recontaré mis ovejas y las recogeré de todos los lugares en que se dispersaron en día de niebla y oscuridad… Buscaré la perdida, haré volver a la descarriada, a la que esté herida la vendaré, y curaré a la enferma. Tendré cuidado de la bien nutrida y de la fuerte. Las pastorearé con rectitud” (Ez 34,12.16). “Os daré un corazón nuevo y pondré en vuestro interior un espíritu nuevo. Arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne” (Ez 36, 26)

LA HOJA SEMANAL
(del 20 al 25 de marzo)

Lunes (20)

San Guillermo, obispo (3ª Cuaresma; misa de san José)
Palabras: “Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel” (Mt 1,24)
Reflexión: Siervo fiel y cumplidor; salvador del mismo Salvador
Propósito, durante el día: Mi padre y señor, cuídame, enséñame, acompáñame al morir

Martes (21)

San Nicolás de Flue, ermitaño (3ª Cuaresma)
Palabras: “…¿Cuántas veces le tengo que perdonar?” (Mt 18,21)
Reflexión: “Si mi hermano me ofende…
Propósito, durante el día: Perdonar. Pedir perdón. No guardar lista de agravios

Miércoles (22)

San Bienvenido, obispo (3ª Cuaresma)
Palabras: “Quien los cumpla y enseñe, será grande en el reino de los cielos” (Mt 5,19)
Reflexión: Cumplir los preceptos divinos, incluso los más pequeños
Propósito, durante el día: Amar los mandamientos; como detalles de amor a Dios

Jueves (23)

San Toribio de Mogroviejo, arzobispo (3ª Cuaresma)
Palabras: “El que no recoge conmigo, desparrama” (Lc 11,23)
Reflexión: Salió el demonio, habló el mudo, la multitud quedó admirada
Propósito, durante el día: Hágase, cúmplase, sea alabada y exaltada la voluntad de Dios

Viernes (24)

Santa Catalina de Suecia, abadesa (3ª Cuaresma)
Palabras: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón… (Mc 12,30)
Reflexión: … con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”
Propósito, durante el día: ¿Quiero a Dios como a quien más he querido? Pues aún más

Sábado (25)

La Anunciación del Señor (3ª Cuaresma; san Dimas, el buen ladrón)
Palabras: “Aquí está la esclava del Señor; hágase en mi según tu palabra” (Lc 1,38)
Reflexión: “Alégrate, llena de gracia”
Propósito, durante el día: Con la Madre: darle cariño, darle gracias, pedirle

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 19, domingo (3º Cuaresma; ciclo A) nos recuerdan el amor de Dios, la cercanía de Dios: “¿Está o no está el Señor en medio de nosotros?” (Ex 17); “El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones” (Rm 5); “Y se quedó allí dos días” (Jn 4). Cada día, en nuestros momentos de soledad y en los de compañía, Dios está con nosotros; nos llena de tanto amor que se derrama y debe llegar a los que están junto a nosotros. La Madre y los santos también nos aman. Es tiempo de acoger y dar.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “La Cruz cristiana no es un ornamento de la casa o un adorno para llevar puesto, la cruz cristiana es un llamamiento al amor con el cual Jesús se sacrificó para salvar a la humanidad del mal y del pecado. En este tiempo de Cuaresma, contemplamos con devoción la imagen del crucifijo, Jesús en la cruz: ese es el símbolo de la fe cristiana, es el emblema de Jesús, muerto y resucitado por nosotros. Hagamos que la cruz marque las etapas de nuestro itinerario cuaresmal para comprender cada vez más la gravedad del pecado y el valor del sacrificio con el cual el Redentor nos ha salvado a todos nosotros. La Virgen Santa supo contemplar la gloria de Jesús escondida en su humanidad. Nos ayude a estar con Él en la oración silenciosa, a dejarnos iluminar por su presencia, para llevar en el corazón, a través de las noches más oscuras, un reflejo de su gloria.” (Angelus, día 12 de marzo de 2017)

- “La hipocresía puede insinuarse en cualquier parte, también en nuestra forma de amar. Esto se verifica cuando el nuestro es un amor interesado, movido por intereses personales; y cuántos amores interesados hay... cuando los servicios caritativos en los que parece que nos esforzamos se cumplen para mostrarnos a nosotros mismos o para sentirnos satisfechos: “¡Pero qué bueno soy!” ¡No, esto es hipocresía! O incluso cuando tendemos a cosas que tengan “visibilidad” para hacer una demostración de nuestra inteligencia o de nuestras capacidades. Detrás de todo esto hay una idea falsa, engañosa, es decir, que, si amamos, es porque nosotros somos buenos; como si la caridad fuera una creación del hombre, un producto de nuestro corazón. La caridad, sin embargo, es sobre todo una gracia; un regalo; poder amar es un don de Dios, y debemos pedirlo. Y él lo da con gusto, si lo pedimos. La caridad es una gracia: no consiste en hacer ver lo que somos, sino lo que el Señor nos dona y que nosotros libremente acogemos; y no se puede expresar en el encuentro con los otros si antes no es generada del encuentro con el rostro manso y misericordioso de Jesús.

Pablo nos invita a reconocer que somos pecadores, y que también nuestra forma de amar está marcada por el pecado. Al mismo tiempo, sin embargo, nos hace portadores de un nuevo anuncio, un anuncio de esperanza: el Señor abre delante de nosotros un camino de liberación, un camino de salvación. Es la posibilidad de vivir también nosotros el gran mandamiento del amor, de convertirse en instrumento de la caridad de Dios. Y esto sucede cuando nos dejamos sanar y renovar el corazón de Cristo resucitado. El Señor resucitado que vive entre nosotros, que vive con nosotros es capaz de sanar nuestro corazón: lo hace, si nosotros lo pedimos. Es Él que nos permite, aun en nuestra pequeñez y pobreza, experimentar la compasión del Padre y celebrar las maravillas de su amor. Y se entiende entonces que todo lo que podemos vivir y hacer por los hermanos no es otra cosa que la respuesta a lo que Dios ha hecho y continúa haciendo por nosotros. Es más, es Dios mismo que, habitando en nuestro corazón y en nuestra vida, continúa haciéndose cercano y sirviendo a todos aquellos que encontramos cada día en nuestro camino, empezando por los últimos y los más necesitados en los cuales Él, en primer lugar, se reconoce.” (Audiencia general, 15 de marzo de 2017)

(19.03.17)

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