LO TRIBUTARIO (n.º 1069)

IRPF: 9) la renta en el tiempo

Cuando se explica el concepto fiscal de renta se parte del concepto de rendimiento que produce un patrimonio y cuando se explica cuál es el objeto de un impuesto sobre la renta se podría referir al que se exige por cada renta que se obtiene del capital humano (trabajo, servicios personales) o de un capital material (patrimonio susceptible de producir rendimiento) o de ambos (rendimientos obtenidos por la conjunción de capital humano y material, como ocurre en la actividad empresarial). Podría haber tantos tributos como rentas y se denominan impuestos reales o de producto. Cuando la referencia es a un impuesto personal sobre la renta ganada se debe referir a un tributo que tiene como objeto la suma de rendimientos obtenidos en un período impositivo. Esa es una consideración analítica de la renta, pero hay una consideración sintética que define la renta del período impositivo como la que resulta de sumar lo empleado en el consumo a la diferencia entre el patrimonio final y el inicial en el período. Ese concepto es el que, a efectos de medir la capacidad económica de una persona, permite considerar que, además de los rendimientos también es renta las variaciones de valor del patrimonio. Controlar, valorar, esas variaciones de valor durante todo el período impositivo sería tarea imposible, lo que no ocurre si se considera como renta las alteraciones patrimoniales (entrada o salida de elementos en el patrimonio) que ponen de manifiesto las variaciones de valor así “realizadas”. El objeto de imposición en el IRPF tiene en cuenta los rendimientos del trabajo, los rendimientos del capital, los rendimientos de actividad y las ganancias y pérdidas patrimoniales; y, que no sean rentas percibidas, hay que añadir: las “imputaciones de renta” (inmuebles desocupados, transparencia fiscal internacional, derechos de imagen, la renta de instituciones de inversión colectiva constituidas en paraísos fiscales), las “atribuciones de renta” (la renta obtenida por sociedades civiles no sujetas al IS, comunidades de bienes, herencias yacentes, patrimonios separados) y las “ganancias por cambio de residencia”,

Esa diversidad de orígenes y circunstancias en cada uno de los componente exigían precisiones más allá de la regulación diferente según la naturaleza (rendimiento neto, valoración, estimación) y de la integración en la renta personal según las condiciones (general, o del ahorro). Un ajuste fiscal inevitable para la realización de la Justicia es el que tiene en cuenta el tiempo en que se produce la renta. Si se considera que el IRPF es un impuesto periódico y que su período impositivo es el año natural, salvo caso de fallecimiento del contribuyente, es necesario situar en el tiempo y dar el tratamiento adecuado a cada situación.

La imputación temporal de los componentes de renta atiende por lo general al criterio de devengo (o exigibilidad; al tiempo de la alteración patrimonial en las ganancias y pérdidas patrimoniales), pero hay reglas especiales como en los casos de cobros atrasados, en los aplazados o a plazos, en ayudas públicas, en las rentas estimadas, según las normas contables en los rendimientos de actividad y otros casos más que regula la ley.

Por otra parte, dado que el impuesto es progresivo con escalas de tipos de gravamen crecientes en la regulación de cada rendimientos (trabajo, capital, actividad) se establece una reducción porcentual para cuando su generación ha sido superior a dos años y una escala diferente para las rentas del ahorro en las que se incluyen algunos rendimientos de capital y las ganancias patrimoniales. Esta es la situación a la que se ha llegado después de sucesivos tratamientos. En los primeros años de aplicación de la ley 44/1978 la irregularidad temporal (generación superior al año) se corregía, primero, mediante la anualización (dividiendo el rendimiento o la ganancia por los años de su generación, sumando el cociente a la renta regular para obtener el tipo medio de gravamen a sumar a toda la renta) y, después, excluyendo de tributación las ganancias de generación más antigua aplicando porcentajes de reducción). Ya no es así y permanece en la crítica racional, como arbitrariedad, la referencia a “dos” años o la escala especial de la renta del ahorro.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Se modifica la norma publicada ampliándola por un error inexistente. Pasó en el IVA con el oro de inversión y no se corrigió como error por ser contra Derecho. El TS aplicó la norma adecuada.

Tiempo Ordinario. El camino de cada día, jornadas de trabajo y de descanso, de esperanza y sinsabores. Pero el cristiano procura consuelo en la alegría de seguir a Jesús y de esperar estar con Dios para siempre. “Como el Padre me amó, así os he amado yo. Permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he dicho esto para que mia alegría esté en vosotros y vuestra alegría sea completa… En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y en cambio el mundo, se alegrará; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría… Así pues también vosotros ahora os entristeceréis, pero os volveré a ver y se os alegrará el corazón, y nadie os quitará vuestra alegría… Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre; pedid y recibiréis para que vuestra alegría sea completa... Padre ha llegado la hora… Pero ahora voy a Ti y digo estas cosas en el mundo para que tengan mi alegría completa en sí mismos”. “Padre quiero que donde yo estoy también estén conmigo los que me has confiado, para que vean mi gloria, la que me has dado porque me amaste antes de la creación del mundo” (Jn 15,9-11.16,20,22,24.17,1,13,24)

En el camino hacia el cielo, el cristiano recupera fuerzas y encuentra ánimos para las futuras jornadas leyendo cartas apostólicas que hace siglos también fueron causa de alegría.

- “Porque la leve turbación de un instante se convierte para nosotros, incomparablemente, en una gloria eterna y consistente, ya que nosotros no ponemos nuestros ojos en las cosas visibles, sino en las invisibles; pues las visibles son pasajeras, y en cambio las invisibles, eternas…. Por eso siempre estamos llenos de buen ánimo, aún sabiendo que mientras moramos en el cuerpo, estamos en destierro lejos del Señor, pues caminamos en la fe y no en la visión. Así pues estamos llenos de buen animo y preferimos salirnos de este cuerpo para volver junto al Señor. Por eso, tanto ahora en el cuerpo como fuera de él, nos empeñamos en agradarle. Porque todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba conforme a lo bueno o malo que hizo durante su vida mortal… Por tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva criatura: lo viejo pasó, ya ha llegado lo nuevo. Y todo proviene de Dios, que nos reconcilió con ñel por medio de Cristo y nos confirió el ministerio de la reconciliación. Porque en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo, sin imputarle sus delitos, y puso en nosotros la palabra de reconciliación” (2 Co 4,17-18. 5,6-11,17-19). “Y a vosotros que estabais muertos muertos por los delitos y por la falta de circuncisión de vuestra carne, os vivificó con él, y perdonó gratuitamente todos nuestros delitos, al borrar el pliego de cargos que nos era adverso, y que canceló clavándolo en la cruz” (Col 2,13-14).

- “Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará con él todas las cosas? ¿Quién presentará acusación contra los elegidos de Dios? Dios es el que justifica ¿Quién condenará? ¿Cristo Jesús, el que murió más aún, el que fue resucitado, el que además está a la derecha de Dios, el que está intercediendo por nosotros? … Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni las cosas presentes, ni las futuras, ni las potestades, ni la altura, ni la profundidad, ni cualquier otra criatura podrá separarnos del amor de Dios, que está en Cristo Jesús, Señor nuestro” (Rm 8,31-35,38-39))

- Poesía litúrgica. “Este mundo del hombre, en que él se afana / tras la felicidad que tanto ansía, / tú lo vistes, Señor, de luz temprana / y de radiante sol al mediodía. / Así el poder de tu presencia encierra /el secreto más hondo de esta vida; / un nuevo cielo y una nueva tierra / colmarán nuestro anhelo sin medida. / Poderoso Señor de nuestra historia, / no tardes en venir gloriosamente; / tu luz resplandeciente y tu victoria / inunden nuestra vida eternamente” (Hora intermedia, sábado IV)

LA HOJA SEMANAL
(del 10 al 15 de febrero de 2025)

Lunes (10)

Santa Escolástica, virgen (5ª TO)
Palabras: “Cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, … (Mc 6,54)
Reflexión: … le llevaban los enfermos en camillas”
Propósito, durante el día: Señor, si quieres, puedes curarme

Martes (11)

Nª Sª de Lourdes
Palabras: “¡Bendita tú entre las mujeres… (Lc 1,40)
Reflexión: … y bendito el fruto de tu vientre!”
Propósito, durante el día: Todo a Jesús por María, todo a María para Jesús

Miércoles (12)

Santa Eulalia de Barcelona, virgen y mártir (5ª TO)
Palabras: “Lo que sale de dentro, eso sí mancha al hombre” (Mc 7,16)
Reflexión: “Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos”
Propósito, durante el día: Señor, toda la gloria para Ti. Todo por la gloria de Dios

Jueves (13)

San Esteban de Rieti, obispo (5ª TO)
Palabras: “Se alojó en una casa, procurando pasar desapercibido” (Mc 7,24)
Reflexión: (una mujer) “se enteró en seguida, fue a buscarlo y se le echó a los pies”
Propósito, durante el día:: Buscar a Jesús, tratar a Jesús, amar a Jesús

Viernes (14)

Santos Cirilo, monje, y Metodio, obispo, patronos de Europa (día de abstinencia)
Palabras: “Designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante de dos en dos… (Lc 10,1)
Reflexión: … ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos”
Propósito, durante el día: Hágase, Señor, lo que Tú digas, como Tú digas, porque Tú lo dices

Sábado (15)

San Claudio de la Colombière, S.J. presbítero (5ª TO)
Palabras: “Me da lástima esta gente. Llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer” (Mc 8,8)
Reflexión: Mandó que la gente se sentara en el suelo. Comieron unos cuatro mil
Propósito, durante el día: Madre quiere decir amor, preocupación por sus hijos, tiernas caricias

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las palabras del día 9, domingo (5º TO, ciclo C; 2º a san José) unen a Jesús: “Escuché la voz del Señor que decía: - ¿A quién mandaré? ¿Quién irá por mí? Contesté: - Aquí estoy mándame” (Is 6); “Pues bien; tanto ellos como yo esto es lo que predicamos; esto es lo que habéis creído” (1 Co 15); “Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: - Rema mar adentro, y echad las redes para pescar… Por tu palabra echaré las redes… hicieron una redada tan grande que reventaba la red” (Lc 5). Dios es así.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- El Evangelio de Juan narra de su encuentro con Jesús resucitado en una manera que nos hace reflexionar. Varias veces se repite que María se “dio vuelta. ¡El Evangelista escoge bien las palabras! En lágrimas, María mira primero dentro el sepulcro, luego se voltea: el Resucitado no está en la parte de la muerte, sino en la parte de la vida. Puede ser intercambiado con una de las personas que encontramos cada día. Después, cuando escucha pronunciar su nombre, el Evangelio dice que nuevamente María se dio vuelta. Es así que crece su esperanza: ahora mira el sepulcro, pero no más como antes. Puede secar sus lágrimas, porque ha escuchado su nombre: solo su Maestro lo pronuncia así. Pareciera que el viejo mundo todavía estuviese, pero ya no está. Cuando sentimos que el Espíritu Santo actúa en nuestro corazón y sentimos que el Señor nos llama por nuestro nombre, sabemos distinguir la voz del Maestro. Querido hermanos y hermanas, aprendamos de la esperanza de María Magdalena, que la tradición llamó “apóstola de los apóstoles”. En el nuevo mundo se entra “convirtiéndose más de una vez”. Nuestro camino es una constante invitación a cambiar de perspectiva. El Resucitado nos lleva a su mundo, paso a paso, con la condición que no pretendamos ya saber todo. Preguntémonos hoy: ¿sé voltearme a mirar las cosas diversamente? ¿Tengo el deseo de conversión?” (Audiencia jubilar, 1 de febrero de 2025)

- “Jesús es la salvación, Jesús es la luz y Jesús es el signo de la contradicción. Iluminados por este encuentro con Jesús, podemos entonces preguntarnos: ¿qué espero de mi vida? ¿Cuál es mi gran esperanza? ¿Anhela mi corazón ver el rostro del Señor? ¿Espero la manifestación de su plan de salvación para la humanidad? Oremos juntos a María, Madre purísima, para que nos acompañe en las luces y sombras de la historia, acompañándonos siempre al encuentro con el Señor.” (Angelus, 2 de febrero de 2025)

- “Dios, que se inclinó sobre la pequeña María para hacer en ella «grandes cosas» y convertirla en la madre del Señor, comenzó a salvar a su pueblo a partir del éxodo, acordándose de la bendición universal que prometió a Abraham (cf. Gn12,1-3). El Señor, Dios fiel para siempre, ha derramado un torrente ininterrumpido de amor misericordioso “de generación en generación” (v. 50) sobre el pueblo fiel a la alianza, y ahora manifiesta la plenitud de la salvación en su Hijo, enviado para salvar al pueblo de sus pecados. Desde Abraham hasta Jesucristo, y hasta la comunidad de los creyentes, la Pascua aparece, así, como la categoría hermenéutica para comprender toda liberación posterior, hasta llegar a la realizada por el Mesías en la plenitud de los tiempos. Queridos hermanos y hermanas, pidamos hoy al Señor la gracia de saber esperar el cumplimiento de todas sus promesas; y que nos ayude a acoger en nuestras vidas la presencia de María. Poniéndonos en su escuela, que todos descubramos que toda alma que cree y espera “concibe y engendra al Verbo de Dios” (San Ambrosio, “Exposición del Evangelio según San Lucas” 2, 26).” (Audiencia general, 5 de febrero de 2025)

(9.02.25)

 

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