LO TRIBUTARIO (n.º 1055)
Los impuestos: El IRPF (1): concepto y naturaleza
Como algunos, vamos a empezar por el principio. “La ley es la ordenación racional para el bien común por quien tiene a su cargo el cuidado de la sociedad solemnemente promulgada.” (Tomás de Aquino). “Un tributo es la obligación de dar dinero establecida por ley y coactivamente exigible” (Giannini). Los sistemas tributarios integran todos los tributos establecidos en una sociedad nacional. Los tributos pueden ser: impuestos, exacciones, contribuciones especiales o tasas (art. 2 LGT). Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos según su capacidad económica mediante un sistema tributario justo, inspirado en los principios d igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrán carácter confiscatorio (art. 31.1 CE). La ordenación del sistema tributario se basa en la capacidad económica de las personas obligadas a satisfacer los tributos y en los principios de justicia, generalidad, igualdad, progresividad, equitativa distribución de la carga tributaria y no confiscatoriedad (art. 3.1 LGT).
La capacidad económica a efectos de contribución tributaria se manifiesta en lo que se tiene (patrimonio), lo que se gana (la renta) o lo que se gasta (el consumo). El patrimonio, o capital, es la fuente susceptible de producir renta que, a su vez, se puede ahorrar o consumir. Se puede convenir en llamar capital humano al que produce renta por las cualidades propias de cada persona y también que, por lo general, el patrimonio que se tiene es la renta ganada que no se ha consumido. En una determinación sintética de la renta en un determinado período de tiempo se considera que es la que resultan de sumar el consumo en dicho período a la diferencia entre patrimonio final y el patrimonio inicial en el mismo. Una determinación analítica de renta (art. 15 LIRPF) es la que suma todos los rendimientos obtenidos en un período: los que produce el capital humano (trabajo), los que produce el capital material mobiliario o inmobiliario (bienes o derechos cedidos o producidos por un patrimonio rentable) o ambos (los rendimientos mixtos: empresariales, profesionales o de deportistas y artistas que ordenan en nombre y por cuenta propia recursos materiales y humanos). El rendimiento neto es la renta ganada con deducción de los gastos necesario para su obtención. También se considera renta ganada la que se manifiesta en la alteración en la composición del patrimonio (entrada de un elemento sin contrapartida, salida de une elemento sin contrapartida, entrada y salida de elementos como prestaciones recíprocas) produciendo una modificación en más (ganancia) o en menos (pérdida) en su valor (art. 33 LIRPF).
Los impuestos pueden directos o indirectos, entendiendo como directos los que se exigen por una manifestación directa de la capacidad económica (renta ganada o patrimonio poseído) y como indirectos, cuando la manifestación es indirecta o presuntiva (la renta o patrimonio que se gasta o emplea). Son impuestos indirectos los que son legalmente repercutibles. Los impuestos pueden ser personales, cuando sujetan a toda la manifestación de capacidad económica atribuible a una persona (toda la renta ganada en un período), o reales, cuando sujetan manifestaciones particulares de la capacidad económica de una persona (rendimientos del trabajo, rendimientos del capital inmobiliario, rendimientos de capital mobiliario, rendimientos mixtos, ganancias o pérdidas de patrimonio). Los impuestos pueden ser subjetivos, cuando tienen en cuenta las circunstancias personales, familiares, de estado civil, salud… atribuibles a una persona; y pueden ser objetivos cuando no tienen en cuenta las circunstancias de la persona sujeta a tributar. Económicamente los impuestos pueden ser ordinarios (que recaen efectivamente sobre la renta) o extraordinarios (que detraen una parte del patrimonio para satisfacer us importe). Sociológicamente, los impuestos se puede calificar como irritantes (los que se “sienten” desagradablemente cuando se deben pagar), como los que recaen sobre la renta que se gana o el patrimonio que se tiene; y pueden ser anestesiantes (cuando es menor el sentimiento que se tiene al pagarlos), como son los impuestos sobre la renta gastada que se incluyen en los precios, en la oferta o al adquirir bienes o servicios, o el impuesto sobre sucesiones y donaciones, en cuanto minora adquisiciones sin esfuerzo económico.
DE LO HUMANO A LO DIVINO
Parece que encuentra acomodo societario en la historia de algunos pueblos la dictadura democrática en la que las cualidades personales del dirigente político atraen la adhesión inquebrantable social.
Adviento. Tercera semana. Domingo “Gaudete”, como empieza la antífona de entrada: Gaudete in Domino semper; iterum dico, gaudete, Dominus enim prope est”. “Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. El Señor está cerca”. El cristiano, caminante hacia el cielo, sabe del esfuerzo de la cuesta arriba y el terreno pedregoso del Adviento, pero también siente que hay un tramo en el que parece que se pisa suelo llano o hierba suave y que el alma empieza a cantar y a reír. “¡Que el desierto y el yermo se alegren, que se goce la estepa y florezca como las azucenas! Florezca pujante y alégrese con gozo y cánticos de júbilo... Sed fuertes, no temáis. Mirad a vuestro Dios, que trae el desquite; viene en persona. Resarcirá y os salvará.. vendrán … con cánticos: en cabeza, alegría perpetua; siguiéndolos, gozo y alegría. Pena y aflicción se alejarán” (Is 35, 1,2,4,10). Y en la segunda venida: “Erguíos y levantad la cabeza porque se aproxima la redención (Lc 21,28)
Alegría de Jesús. “Veía yo a Satanás caer del cielo como un rayo… Pero no os alegréis que los espíritus se os sometan, alegraos más bien de que vuestros nombres están escritos en el cielo” (Lc 10,18.20). “Os digo que lloraréis y os lamentaréis, y en cambio el mundo se alegrará, vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría… Así también vosotros ahora os entristecéis, pero os volveré a ver y se os alegrará el corazón y nadie os quitará vuestra alegría… Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre; pedir y recibiréis para que vuestra alegría sea completa… Cuando estaba con ellos yo los guardaba en tu nombre. He guardado a los que me diste y ninguno de ellos se ha perdido, excepto el hijo de la perdición para que se cumpliera la escritura. Pero ahora voy a Ti y digo estas cosas en el mundo, para que tengan mi alegría completa en sí mismos” (Jn 16, 20, 22, 24. 17,12-13)
Lo escriben los apóstoles: “Estad siempre alegres. Sed constantes en el orar. Dad gracias en toda ocasión: ésta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros. No apaguéis el espíritu, no despreciéis el don de de profecía, sino examinadlo todo, quedando os con lo bueno. Guardaos de toda forma de maldad. (1 Tes 5,16-22); “Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito estad alegres… El Señor está cerca. Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios. Y la paz de Dios que sobrepasa todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en cristo Jesús” (Flp 4-7). “ Que la caridad esté libre de hipocresía, abominando del mal, adhiriéndoos al bien; amándoos de corazón unos a otros con amor fraterno, honrando cada uno a los otros más que a sí mismo, diligentes en el deber, fervorosos en el espíritu, servidores del Señor, alegres en la esperanza, pacientes en la tribulación, constantes en la oración, compartiendo las necesidades de los santos, procurando practicar la hospitalidad… Alegraos con los que se alegran, llorad con los que lloran” (Rm 12,9-13,15). “Por eso os alegráis, aunque ahora, durante algún tiempo, tengáis que estar afligidos por diversas pruebas, para que la calidad probada de vuestra fe -mucho más preciosa que el otro perecedero que sin embargo se acrisola por el fuego- sea hallada digna de alabanza, gloria y honor, cuando se manifieste Jesucristo: a quien sin haberlo visto; y en quien, sin verlo todavía, creéis y os alegráis con un gozo inefable y glorioso, alcanzando así la meta de vuestra fe, la salvación de las almas” (1 Pe 1,6-9)
Y una poesía. “De luz nueva se viste la tierra, / porque el Sol que del cielo ha venido / en el seno feliz de la Virgen / de su carne se ha revestido. / El amor hizo nuevas las cosas, / el Espíritu ha descendido / y la sombra del que es poderoso / en la Virgen su luz ha encendido. / Ya la tierra reclama su fruto / y de bodas se anuncia alegría, / el Señor que en los cielos moraba / se hizo carne en la Virgen María. / Gloria a Dios, el Señor poderoso, / a su Hijo y Espíritu Santo, / que en su gracia y su amor nos bendijo / y a su reino nos ha destinado” (himno de Laudes en Adviento)
LA
HOJA SEMANAL
(del 16 al 21 de diciembre)
Lunes (16)
Santa Adelaida, emperatriz (3ª Adviento)
Palabras: “Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto” (Mt 21,27)
Reflexión: “¿Con qué autoridad haces esto?
Propósito, durante el día: Señor, creo que estás aquí, que me ves y que me oyes
Martes
(17)
Feria de Adviento (San Juan de Mata, presbítero y fundador )
Palabras: “Jacob engendró a a José, el esposo de María...” (Mt 1,16)
Reflexión: “… de la cual nació Jesús, llamado Cristo”
Propósito, durante el día: Señor, que vea lo que quieres; Señor, que sea como Tú quieres
Miércoles
(18)
Feria de Adviento (Nª Sª de la Esperanza, La expectación del parto, Nª Sª de la O)
Palabras: “Cuando José despertó hizo lo que le había mandado el ángel… (Mt 1,24)
Reflexión: … y se llevó a casa a su mujer”
Propósito, durante el día: Señor, mándame lo que quieras y ayúdame para hacerlo
Jueves
(19)
Feria de Adviento (San Anastasio I, papa)
Palabras: “Isabel, su mujer, estuvo sin salir cinco meses… (Lc 1,24)
Reflexión: … Así me ha tratado el Señor cuando se ha dignado quitar mi afrenta”
Propósito, durante el día: Señor, soy todo tuyo, dispón de mí
Viernes
(20)
Feria de Adviento (Santo Domingo de Silos, abad) (día de abstinencia)
Palabras: “Para Dios, nada hay imposible ...” (Lc 1,37)
Reflexión: … Hágase en mí según tu palabra”
Propósito, durante el día: Toma, Señor, mi libertad, mi memoria, mi entendimiento, mi voluntades
Sábado
(21)
Feria de Adviento (san Pedro Canisio, presbítero y doctor de la Iglesia)
Palabras: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre… (Lc 1,42)
Reflexión: “Dichosa tú que has creído porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.
Propósito, durante el día: Madre, mientras mi vida alentare, todo mi amor para ti
(la reflexión y el propósito
los fija cada uno, claro)
Las lecturas del día 15, domingo (3º Adviento, Gaudete, ciclo C) rebosan alegría en Dios: “El Señor, tu Dios, en medio de ti, es un guerrero que salva. Él se goza y se complace en ti, te ama y se alegra con júbilo como en día de fiesta” (So 3); “Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito estad alegres. Que vuestra mesura la conozca todo el mundo. El Señor esta cerca” (Flp 4); “(Juan el Bautista) Viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de la sandalia” (Lc 3).
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
- “María, por lo tanto, como la saluda el Arcángel Gabriel, es la “llena de gracia” (Lc 1,28), la Inmaculada, enteramente al servicio de la Palabra de Dios, siempre con el Señor, al que se encomienda completamente. En ella no hay nada que ofrezca resistencia a su voluntad, nada que se oponga a la verdad y a la caridad. He aquí su bienaventuranza, que cantarán todas las generaciones. Alegrémonos también nosotros, porque la Inmaculada nos ha dado a Jesús, que es nuestra salvación. Hermanos y hermanas, completando este misterio podemos preguntarnos: En nuestro tiempo, agitado por guerras y concentrado en el esfuerzo de poseer y dominar, ¿yo dónde pongo mi esperanza? ¿En la fuerza, en el dinero, en los amigos poderosos? ¿Pongo ahí mi esperanza? ¿O en la misericordia infinita de Dios? Y frente a los muchos falsos modelos relucientes que circulan en los medios y en internet, ¿dónde busco mi felicidad? ¿Dónde está el tesoro de mi corazón? ¿Está en el hecho de que Dios me ama gratuitamente, que su amor siempre me precede y está listo para perdonarme cuando regreso arrepentido a Él? ¿En esa esperanza filial en el amor de Dios? ¿O me engaño tratando de afirmar a toda costa mi yo y mi voluntad?” (Angelus, 8 de diciembre de 2024)
- “Esperanza” no es una palabra vacía, ni nuestro vago deseo de que las cosas vayan bien: la esperanza es una certeza, porque se fundamenta en la fidelidad de Dios a sus promesas. Y por eso se llama virtud teologal: porque está infundida por Dios y tiene a Dios como garante. No es una virtud pasiva, que se limita a aguardar que las cosas sucedan. Es una virtud sumamente activa que ayuda a que sucedan. Alguien que luchó por la liberación de los pobres escribió estas palabras: “El Espíritu Santo está en el origen del clamor de los pobres. Es la fuerza que se da a los que no tienen fuerza. Él dirige la lucha por la emancipación y la plena realización del pueblo de los oprimidos”. El cristiano no puede contentarse con “tener” esperanza; también debe “irradiar” esperanza, ser un sembrador de esperanza. Éste es el don más hermoso que la Iglesia puede hacer a la humanidad entera, especialmente en los momentos en que todo parece incitar a arriar las velas.
- “IV. AMOR QUE DA DE BEBER… La difusión de la devoción al Corazón de Cristo… 109. Poco a poco el costado herido, donde reside el amor de Cristo, del cual a su vez mana la vida de la gracia, fue asumiendo la figura del corazón, especialmente en la vida monástica. Sabemos que a lo largo de la historia el culto al Corazón de Cristo no se manifestó de idéntica manera, y que los aspectos desarrollados en la modernidad, relacionados con diversas experiencias espirituales, no se pueden extrapolar a las formas medievales y menos aún a las formas bíblicas donde entrevemos semillas de este culto. No obstante, hoy la Iglesia no desprecia nada de todo lo bueno que el Espíritu Santo nos regaló a lo largo de los siglos, sabiendo que siempre será posible reconocer un significado más claro y pleno a ciertos detalles de la devoción, o comprender y desplegar nuevos aspectos de la misma.” (Enc. “Dilexit amoris”)
(15.12.24)
Noticia de los blogs. En el blog “Por entero y sin condiciones” (6.460 páginas visitadas en siete años, desde España, Reino Unido y Estados Unidos entre los países más frecuentes) se publicó el día 8 de diciembre de 2024 el Cuaderno “Ciencia de la Hacienda”, que recoge las páginas publicadas en las anteriores 64 semanas, con divulgación de la citada materia.
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