LO TRIBUTARIO (nº
650)
“Favoralia sunt amplianda, odiosa sunt
restringenda”
“Lo favorable se debe interpretar de forma amplia, lo
contrario restrictivamente” podría ser una traducción libre de lo que
literalmente, atendiendo a los neutros (favoralia, odiosa) y a los gerundios de
la perifrástica pasiva, sería: “Las cosas favorables deben ser ampliadas, las
odiosas deben ser restringidas”. La aplicación moral de tal expresión lleva a
un criterio de discernimiento respecto de lo que se puede hacer y de lo
prohibido o inconveniente. La aplicación jurídica de este precioso principio
adquiere sentidos diversos según se trate del ámbito de los derechos civiles,
de la protección del trabajo en lo laboral, de la prohibición de la analogía
“malam partem” en lo penal y en la jurisdicción contenciosa, según reiterada y
abundante jurisprudencia, el principio no se aplica a los hechos.
En el ámbito tributario, no faltan referencias legales
en las que lo regulado se fundamente y aplica según el principio, pero sólo en
la parte desfavorable: “odiosa sunt restringenda”; entendiendo por “odiosa” lo
que puede llegar a ser no favorable para la Hacienda. Es reiterada la doctrina
administrativa y contenciosa que recuerda que el recurso de nulidad ((art. 217
LGT) es un procedimiento de revisión, además de especial, extraordinario, lo
que significa que los motivos que lo permiten, los requisitos, los plazos, se
deben interpretar restrictivamente; y es así porque “la nulidad” produce unos
efectos radicales (como si el acto nulo no hubiera existido). También es
abundante y reiterada la doctrina de los tribunales que señala que el recurso
extraordinario de revisión (art. 244 LGT) sólo procede cuando se respetan todos
los requisitos que la ley exige y, a la hora de interpretarlos, se atiende a
criterios rigurosos (si una sentencia es un documento, si el documento ha
aparecido después o se había producido antes…). El seguimiento asiduo de la
jurisprudencia pone de manifiesto que, salvo casos adecuados a la previsión
legal, son muchos los recursos que se inadmiten o se desestiman porque los
contribuyentes pretenden agarrarse a la nulidad o la revisión extraordinaria
como último recurso cuando han fracasado los intentos de impugnación por vía
ordinaria.
Un aspecto peculiar en el que el principio se pone de
manifiesto es en la interpretación de las normas y en su aplicación respecto de
las exenciones y beneficios tributarios: durante mucho tiempo se mantenía que
se debía proceder de forma “restrictiva”, hasta que ha triunfado la doctrina
que considera que no debe ser así, sino que la interpretación de las normas que
regulan los beneficios tributarios se deben interpretar y aplicar
“estrictamente” según los términos. En este sentido se debe recordar que, la
integración analógica (art. 14 LGT), está prohibida para extender más allá de
sus “estrictos” términos tanto el hecho imponible (lo odioso para el
contribuyente), como las exenciones y beneficio o incentivos fiscales
(favorables para el contribuyente). En un Taller de tributación es un placer
comprobar con qué soltura y precisión se distingue entre estricto (sin poner ni
quitar) y restrictivo (quitando) o entre calificación (jurídica de los
hechos), interpretación (lo que quieren decir las normas) y analogía (lo que no
dicen las normas, pero se puede entender que así lo acogen).
Se viene señalando, y es necesario acabar
recordándolo, que en la relación Hacienda-Contribuyente lo favorable para una
es desfavorable para el otro, pero no debería ser así porque se trata de
realizar la Justicia. El origen: el fraude y los excesos recaudatorios.
DE LO HUMANO A LO DIVINO
Clama la Justicia para que, como en la declaración de
lesividad que permite revisar actos firmes contrarios a la Hacienda, se
permita, a instancia del afectado, la revocación de los actos firmes contrarios
a Derecho desfavorables al contribuyente.
El cristiano sabe que no está solo ni siquiera cuando
está en soledad: Dios está con él. Dios sabe lo que le preocupa, conoce sus
aspiraciones y deseos, le anima, le consuela: Señor, Tú me sondeas y me
conoces. Me conoces cuando me acuesto y me levanto; de lejos penetras mis
pensamientos, distingues mi camino y mi descanso” (salmo 139). El cristiano
sabe que puede hablar cuando quiera con Dios. Eso es la oración. Orar es elevar
el corazón a Dios, adorarlo, darle gracias y pedirle, decía un antiguo
Catecismo.
En el Evangelio el cristiano encuentra modelos a
imitar, consejos y guías de oración. “Cuando oréis, no seáis como los
hipócritas, que son amigos de orar puestos de pie en las sinagogas y en las
esquinas de las plazas, para exhibirse delante de los hombres; en verdad os
digo que ya recibieron su recompensa. Tú, por el contrario, cuando te pongas a
orar, entra en tu aposento y, con la puerta cerrada, ora a tu Padre, que está
en lo oculto; y tu Padre, que ve en lo oculto, te recompensará. Y al orar no
empleéis muchas palabras como los gentiles, que piensan que por su locuacidad
van a ser escuchados. Así pues no seáis como ellos, porque bien sabe vuestro
Padre de qué tenéis necesidad antes de que se lo pidáis. Vosotros, en cambio,
orad así: “Padre nuestro que están en los cielos, santificado sea tu Nombre;
venga tu Reino; hágase tu voluntad, como en el cielo, también en la tierra;
danos hoy nuestro pan cotidiano; y perdónanos nuestras deudas, como también
nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos pongas en tentación, sino
líbranos del Malo” (Mt 6,5-13). “De madrugada, todavía muy oscuro, se levantó,
salió y se fue a un lugar solitario, y allí hacía oración” (Mc 1,35). “En
aquellos días salió al monte a orar y pasó toda la noche en oración” (Lc 6,12).
Una parábola: “Dos hombres subieron al Templo a orar:
uno era fariseo y el otro publicano. El fariseo, quedándose en pie, oraba para
sus adentros: “Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres,
ladrones, injustos, adúlteros, ni como ese publicano. Ayuno dos veces por
semana, pago el diezmo de todo lo que poseo. Pero el publicano, quedándose
lejos, ni siquiera se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que se
golpeaba el pecho diciendo: Oh Dios, ten compasión de mí, que soy un pecador.
Os digo que éste bajó justificado a su casa y aquél no. Porque todo el que se
ensalza, será humillado y todo el que humilla será ensalzado” (Lc 18,10-14)
En las cartas apostólicas también se encuentran
recomendaciones: “Alegres en la esperanza, pacientes en la tribulación,
constantes en la oración” (Rm 12,12“Orad sin cesar” (1 Tes 5,17); “Está triste
alguno de vosotros? Que rece” (St 5,13); “Descargad sobre Él todas vuestras
preocupaciones, porque Él cuida de vosotros” (1 P 5,7).
“No es otra cosa la oración mental, a mi parecer, sino
tratar de amistad estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos que
nos ama” (santa Teresa de Jesús, “Vida” 8,5). “Me has escrito: “Orar es hablar
con Dios. Pero ¿de qué?” – ¿De qué? De Él, de ti: alegrías, tristezas, éxitos y
fracasos, ambiciones nobles, preocupaciones diarias…, ¡flaquezas!; y
hacimientos de gracias y peticiones; y Amor y desagravio. En dos palabras:
conocerlo y conocerte: “tratarlo” (san Josemaría, “Camino” 91)
LA HOJA SEMANAL
Lunes (12)
Nuestra Señora del Pilar
Palabras: “Mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios … (Lc 11,28)
Reflexión: … y la cumplen”
Propósito, durante el día: A Jesús por María; a María para Jesús
Martes (13)
San Teófilo de Alejandría, obispo (28ª TO)
Palabras: “Dad limosna de lo de dentro … (Lc 11,41)
Reflexión: … y lo tendréis limpio todo”
Propósito, durante el día: Rectificar la intención; limpieza del corazón
Miércoles (14)
San Calixto I, papa y mártir (28ª TO)
Palabras: “¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo … (Lc 11,42)
Reflexión: … pasáis por alto el derecho y el amor de Dios!”
Propósito, durante el día: Presencia de Dios: estás aquí y me quieres
Jueves (15)
Santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia (28ª TO)
Palabras: “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados…(Mt 11,28)
Reflexión: … mi yugo es llevadero y mi carga ligera”
Propósito, durante el día: Quien a Dios tiene nada le falta. Sólo Dios basta
Viernes (16)
Santa Margarita María de Alacoque, virgen (28ª TO; día de penitencia)
Palabras: “No tengáis miedo” (Lc 12,7)
Reflexión: Hasta los pelos de vuestra cabeza están contados
Propósito, durante el día: Tu bondad y tu misericordia me acompañan
Sábado (17)
San Ignacio de Antioquía, obispo y mártir
Palabras: “El Espíritu Santo os enseñará lo que tenéis que decir” (Lc 12,12)
Reflexión: Al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará
Propósito, durante el día: Ruega por nosotros Santa Madre de Dios
(la reflexión y el propósito los fija cada uno)
Las lecturas del día 11, domingo (28º TO, ciclo A; Nª
Sª de Begoña, san Juan XXIII, papa) nos llenan de gozo en la magnanimidad de
Dios: “El Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros” (Is 25); “Mi
Dios proveerá a todas vuestras necesidades con magnificencia, conforme a su
espléndida riqueza en Cristo Jesús” (Flp 4); “Id ahora a los cruces de los
caminos y a todos los que encontréis, convidadlos a la boda” (Mt 22). Dios nos
invita a estar con Él, desde ahora y para siempre. Sólo hay que decir sí a
Dios.
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
-
“San Pablo, en la segunda lectura de la liturgia de hoy, nos dice cómo ser
buenos obreros en la viña del Señor: todo cuanto hay de verdadero, de noble, de
justo, de puro, de amable, de honorable, todo cuanto sea virtud y cosa digna de
elogio, todo eso tenedlo en cuenta. (cf. Flp 4,8). Lo repito: todo
cuanto sea virtud y cosa digna de elogio, todo eso tenedlo en cuenta. Es la
actitud de la autoridad y también la de cada uno de nosotros, porque cada uno
de nosotros, en lo que le toca, tiene una cierta autoridad. Nos convertiremos
así en una Iglesia cada vez más rica en frutos de santidad, daremos gloria al
Padre que nos ama con infinita ternura, al Hijo que sigue dándonos la
salvación, al Espíritu que abre nuestros corazones y nos impulsa hacia la
plenitud del bien.” (Angelus, día 4 de octubre de 2020)
- “En el
alma de quien reza, el sentido de la propia debilidad es más valioso que los
momentos de exaltación, cuando parece que la vida es una cabalgata de victorias
y éxitos. En la oración sucede siempre esto: momentos de oración que nosotros
sentimos que nos levantan, también de entusiasmo, y momentos de oración de
dolor, de aridez, de pruebas. La oración es así: dejarse llevar por Dios y
dejarse también golpear por situaciones malas y tentaciones. Esta es una
realidad que se encuentra en muchas otras vocaciones bíblicas, también en el
Nuevo Testamento, pensemos por ejemplo en San Pedro y San Pablo. También su
vida era así: momentos de júbilo y momentos de abatimiento, de sufrimiento.”
(Audiencia general, día 7 de octubre de 2020)
- Carta encíclica “Fratelli
tutti” del Santo Padre Francisco sobre la
fraternidad y la amistad social (3.10.20)
1. “Fratelli tutti”,
escribía san Francisco de Asís para dirigirse a todos los hermanos y las
hermanas, y proponerles una forma de vida con sabor a Evangelio. De esos
consejos quiero destacar uno donde invita a un amor que va más allá de las
barreras de la geografía y del espacio. Allí declara feliz a quien ame al otro “tanto
a su hermano cuando está lejos de él como cuando está junto a él”. Con estas pocas y sencillas palabras expresó lo esencial
de una fraternidad abierta, que permite reconocer, valorar y amar a cada persona
más allá de la cercanía física, más allá del lugar del universo donde haya
nacido o donde habite…
... 6. Las siguientes páginas no pretenden resumir la doctrina
sobre el amor fraterno, sino detenerse en su dimensión universal, en su
apertura a todos. Entrego esta encíclica social como un humilde aporte a la
reflexión para que, frente a diversas y actuales formas de eliminar o de
ignorar a otros, seamos capaces de reaccionar con un nuevo sueño de fraternidad
y de amistad social que no se quede en las palabras. Si bien la escribí
desde mis convicciones cristianas, que me alientan y me nutren, he procurado
hacerlo de tal manera que la reflexión se abra al diálogo con todas las
personas de buena voluntad.”
(11.10.20)
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