LO TRIBUTARIO (nº 612)

Derechos (41): ¿a presentar documentación relevante?

Establece el artículo 34.1 LGT que constituyen derechos de los “administrados tributarios”, entre otros: … r) a presentar ante la Administración la documentación que estimen conveniente y que puede ser relevante para la resolución del procedimiento tributario que se esté desarrollando”. Como norma supletoria, en el Derecho Administrativo común (v. DAd. 1ª. 2. c) Ley 39/2015), se regula (art. 53.1.e) LPAC) el derecho a aportar documentos en cualquier fase del procedimiento anterior al trámite de audiencia que deberán ser tenidos en cuenta al redactar la propuesta de resolución. Como ocurre con los derechos: a hacer alegaciones (art. 34.1.l) LGT; cf art. 53.1.e) Ley 39/2015, PAC), a ser oído en el trámite de audiencia (art. 34.1.m) LGT; cf. art. 82 Ley 39/2015, PAC) y a que se recojan en diligencias las manifestaciones que se hagan (arts. 34.1.q) y 107 LGT), el derecho a presentar documentación tiene su complemento: hay derecho a no aportar aquellos documentos ya presentados por ellos mismos y que se encuentren en poder de la Administración si se indica el día y el procedimiento en que se presentó (cf. art. 53.1.d) Ley 39/2015 PAC).

Se trata de un conjunto de previsiones legales que, además de garantizar la realización de los principios de seguridad jurídica (art. 9 CE) y de no indefensión (art. 24 CE), sitúan al administrado en los procedimientos de aplicación de los tributos como un sujeto jurídico titular de derechos (y no sólo como “obligado tributario”, según la desgraciada denominación establecida en la LGT/2003) respecto de la Administración que es titular de un potestades, competencias, derechos y facultades, pero que, en su ejercicio, está obligada a actuar “plenamente sometida” a la Ley y al Derecho (arts. 103 CE y 3 Ley 40/2015, LRJSP), de modo que toda infracción del ordenamiento jurídico determina, al menos, la anulación de sus actos (art. 48 LPAC), incluidos los casos de desviación de poder, en los que se ejercitan potestades para un fin distinto del que las justifica. Porque la potestad es un poder-deber que impide la arbitrariedad (art. 9 CE) en el desarrollo de los procedimientos tributarios y exige que la Administración cumpla con lo que la Ley y el Derecho la obligan: desde el cumplimiento de los plazos y el respeto de las formas a la obligación de resolver expresamente.

En los Talleres de tributación se agradece esta visión conjunta de derechos y obligaciones que anima el coloquio que abarca, desde las imposibles negativas a recibir documentación aportada por el administrado o a que conste en diligencia todos y cada una de sus manifestaciones precisamente como él las ha producido, a la evidente resolución de la controversia surgida sobre cuándo se deben aportar a los procedimientos las pruebas que el administrado considere convenientes en defensa de su derecho. Frente al argumento administrativo del “abuso procedimental”, se ha reconocido, desde siempre en la vía contenciosa, el derecho del administrado a decidir sobre sus derechos (como los que aquí se consideran); y frente al erróneo argumento de que, si se pudiera alegar o probar al tiempo de los recursos, se vaciaría de contenido el procedimiento de aplicación de los tributos, ha prevalecido (TS s. 18.09.18) el argumento racional que señala que, de no ser así (lo no alegado o no aportado en la aplicación de los tributos no se puede alegar o aportar en la impugnación), lo que quedarían vacíos serían los procedimientos de revisión (reclamaciones y recursos).

DE LO HUMANO A LO DIVINO

El aumento del déficit público y los compromisos de gastos de subsidio plantean la duda de su financiación. Se insinúa impuestos a las comunicaciones, banca y fortunas

Pascua de Resurrección. El cristiano, que sabe que su vida espiritual -sus afanes, su comportamiento, sus deseos- tiene su origen y su fundamento en un encuentro con Cristo (Enc. “Deus caritas est”, 1), también sabe que, aunque es frecuente que Él se haga el encontradizo, para encontrarle hay que buscarle. “Pedid y se os dará; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá” (Mt 7,7). En la Pascua de Resurrección el buscar y el encontrar llevan a las santas mujeres (Mt 28,9) y a María Magdalena (Jn 20,11-18). Pero, antes, son inolvidables: las palabras de Jesús y los dos discípulos del Juan el Bautista que le seguían: - ¿Qué buscáis? Ellos dijeron: - Rabbí – que significa “Maestro”- ¿dónde vives? Les respondió: - Venid y lo veréis. Fueron y vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día. Era más o menos la hora décima” (Jn 1,35-39); al día siguiente, Jesús le dijo a Felipe: - Sígueme y Felipe encontró a Natanael y le dijo: “- Hemos encontrado a aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los Profetas: Jesús de Nazaret”. No lo creyó, pero le siguió al oír: -Ven y lo verás (Jn 1,43-51).

Y de la memoria se recuperan búsquedas y encuentros evangélicos: los Magos de Oriente (Mt 2, 1-12), la mujer cananea “venida de aquellos contornos”, para pedir por su hija poseída por el demonio (Mt 15,21-28), el leproso que vino hacia Él, se puso de rodillas y le rogaba que le sanase (Mc 1,40-45, Lc 5,12-14), el jefe de la sinagoga, Jairo, que vino y se postró suplicando la curación de su hija; y, desde luego: la hemorroísa que oyó hablar de Jesús, vino por detrás de la muchedumbre y le toco el manto (Mc 5,22-42), la mujer griega, sirofenicia de origen, que, en cuanto oyó hablar de Él, le rogaba que expulsara el demonio impuro que poseía a su hija (Mc 7,24-30), el padre que había llevado a Jesús el hijo lunático que tenía un espíritu mudo que los discípulos no pudieron expulsarlo, pero que se curó al tiempo del acto de fe paterno: - Creo, Señor, ayuda mi incredulidad (Mc 9, 14-29; Lc 9,37-42). Desde luego, Nicodemo buscó a Jesús cuando fue a verlo de noche y mantuvo con él un inolvidable diálogo (Jn 3,1-21); y en Caná de Galilea un funcionario real al oír que Jesús venía de Judea a Galilea, se le acercó para rogarle que bajase a Cafarnaún donde estaba su hijo enfermo y al que se le pasó la fiebre (Jn 4,46-54)

También buscó y encontró a Jesús el centurión que pedía la salud para su siervo (Mt 8,5-13); y el que llegó corriendo y se arrodilló para preguntarle qué tenía que hacer para heredar la vida eterna (Mc 10,17-22; Lc 18,18-23); y la mujer pecadora que, al enterarse de que Jesús estaba recostado a la mesa en casa de un fariseo, se puso a sus pies llorando y ungiéndolos con perfume y Él le perdonó sus pecados (Lc 7,36-50); y los diez leprosos que le salieron al paso, se detuvieron a distancia y le dijeron gritando: - ¡Jesús, Maestro, ten piedad de nosotros! Y no se puede olvidar a Zaqueo, jefe de publicanos en Jericó, que intentaba ver a Jesús, pero no podía y se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle (Lc 19,1-9). Y las multitudes le buscaban (Jn 6,22).

Mes de María. Cantos de sabatina escolar: “Y Madre quiere decir amor, cariño, preocupación por sus hijos, miradas dulces, tiernas caricias, sacrificios, beneficios sin cuenta para nosotros. ¡Bendita seas, Madre mía!”

LA HOJA SEMANAL
(del 11 al 16 de mayo)

Lunes (11)

San Mamerto, obispo (5ª de Pascua; mes de María)
Palabras: “El que me ama guardará mi palabra y mi Padre lo amará… (Jn 14,23)
Reflexión: … y vendremos a él y haremos morada en él”
Propósito, durante el día: Señor, guíame, acompáñame, sálvame

Martes (12)

San Pancracio, mártir (5ª de Pascua; Beato Álvaro del Portillo; mes de María)
Palabras: “Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde” (Jn 14, 27)
Reflexión: “Me voy y vuelvo a vuestro lado”
Propósito, durante el día: Señor, defiéndeme del Maligno

Miércoles (13)

Nª Sª de Fátima (5ª de Pascua; san Pedro Regalado; mes de María)
Palabras: “Yo soy la vid, vosotros los sarmientos” (Jn 15,5)
Reflexión: “Porque sin mí no podéis hacer nada”
Propósito, durante el día: Manda, Señor, lo que quieras y dame para que pueda

Jueves (14)

San Matías, apóstol (5ª de Pascua; mes de María)
Palabras: “Soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis… (Jn 15,16)
Reflexión: … y deis fruto y vuestro fruto dure”
Propósito, durante el día: Tuyo soy, para Ti nací, dime, Señor, qué quieres de mi

Viernes (15)

San Isidro, labrador (5ª de Pascua; mes de María)
Palabras: “Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros… (Jn 15,12)
Reflexión: … como yo os he amado”
Propósito, durante el día: Dame amor, Señor, para que derrame amor

Sábado (16)

Santa Gema Galgani (5ª de Pascua; mes de María)
Palabras: “Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mi antes” (Jn 15,18)
Reflexión: Yo os he escogido sacándoos del mundo
Propósito, durante el día: María, Madre, mía, consuelo del mortal, ampárame

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 10, domingo (5º de Pascua, ciclo A), recuerdan la vocación del cristiano a seguir a Cristo en el estado y condición en que vive: “La palabra de Dios iba cundiendo, y en Jerusalén crecía mucho el número de discípulos” (Hech 6); “Vosotros sois una raza elegida, un sacerdocio real, una nación consagrada, un pueblo adquirido por Dios” (1 Pe 2): “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida” (Jn 14). La vida como testimonio del amor de Dios y del amor a todos por amor de Dios. Y con nuestra Madre.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “Reitero: las dos voces plantean diferentes preguntas en nuestro interior. La que viene de Dios nos dice: “¿Qué es bueno para mí?”. En cambio, el tentador insistirá en otra pregunta: “¿Qué me apetece hacer?”. Qué me apetece: la voz del mal siempre gira en torno al ego, a sus pulsiones, a sus necesidades, al “todo y ahora”. Es como los caprichos de los niños: todo y ahora. La voz de Dios, en cambio, nunca promete alegría a bajo precio: nos invita a ir más allá de nuestro ego para encontrar el verdadero bien, la paz. Recordemos: el mal nunca nos da paz, causa frenesí primero y deja amargura tras de sí. Así es el estilo del mal.

La voz de Dios y la del tentador, en definitiva, hablan en diferentes “ambientes”: el enemigo prefiere la oscuridad, la falsedad, el chismorreo; por el contrario, el Señor ama la luz del sol, la verdad, la transparencia sincera. El enemigo nos dirá: “Enciérrate en ti mismo, porque nadie te entiende ni te escucha, ¡no te fíes!”. El bien, contrariamente, nos invita a abrirnos, a ser claros y a confiar en Dios y en los demás. Queridos hermanos y hermanas: en este tiempo, muchos pensamientos y preocupaciones nos llevan a volver a adentrarnos en nosotros mismos. Prestemos atención a las voces que llegan a nuestros corazones. Preguntémonos de dónde vienen. Pidamos la gracia de reconocer y seguir la voz del buen Pastor, que nos saca del redil del egoísmo y nos guía hacia los pastos de la verdadera libertad. Que Nuestra Señora, Madre del Buen Consejo, guíe y acompañe nuestro discernimiento.” (Regina, día 3 de mayo de 2020)

- “La fe, como hemos visto en Bartimeo, es un grito; la no fe es sofocar ese grito. Esa actitud que tenía la gente para que se callara: no era gente de fe, en cambio, él si. Sofocar ese grito es una especie de “ley del silencio”. La fe es una protesta contra una condición dolorosa de la cual no entendemos la razón; la no fe es limitarse a sufrir una situación a la cual nos hemos adaptado. La fe es la esperanza de ser salvado; la no fe es acostumbrarse al mal que nos oprime y seguir así.
Queridos hermanos y hermanas, empezamos esta serie de catequesis con el grito de Bartimeo, porque quizás en una figura como la suya ya está escrito todo. Bartimeo es un hombre perseverante. Alrededor de él había gente que explicaba que implorar era inútil, que era un vocear sin respuesta, que era ruido que molestaba y basta, que por favor dejase de gritar: pero él no se quedó callado. Y al final consiguió lo que quería.” (Audiencia general, 6 de mayo de 2020)

(10.05.20)

Noticia fiscal. Se ha publicado el RD-L 17/2020, de 5 de mayo (BOE del 6) que contiene normas tributarias. Así, beneficios fiscales a acontecimientos (DD AA 2ª a 6ª); modificación del art. 36.1 y 2 LIS sobre inversiones cinematográficas (DA 7ª); modificación del art. 19.1 Ley 49/2002 sobre donaciones a entidades sin ánimo de lucro y mecenazgo (DF 1ª y 2ª)

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