LO TRIBUTARIO (nº 476)

Procedimientos tributarios (7): la prueba (y 2)

La investigación de los hechos no declarados y la comprobación de los declarados permiten obtener pruebas para, en su caso, regularizar la situación tributaria. Cuando la discrepancia no es en los hechos, sino en la consideración jurídica de los mismos, en vez de comprobación o investigación se actúa mediante calificación (art. 13 LGT).

- El artículo 105 LGT establece que en los procedimientos de aplicación de los tributos quien haga valer su derecho debe probar los hechos constitutivos del mismo. El artículo 106 LGT establece que en los procedimientos tributarios se aplican las normas que sobre medios y valoración de la prueba se contienen en el Código civil y en la Ley de Enjuiciamiento Civil (LEC), salvo que por ley se establezca otra cosa. Así en la ley propia de cada tributo se podrá exigir requisitos formales de deducibilidad para determinadas operaciones que tenga relevancia para cuantificar la obligación tributaria.

En la regulación de los medios de prueba en el Código civil sólo han quedado los artículos referidos a los documentos públicos (arts. 1216 a 1224 Cc) y a los documentos privados (arts. 1225 y 1227 a 1230 Cc) porque los demás se derogaron por la Ley 1/2000 LEC que regula: el objeto, la proposición, admisión y práctica de la prueba (arts. 281 a 300 LEC), el interrogatorio de las partes (arts. 301 a 316 LEC), los documentos públicos (arts. 317 a 324 y 328 a 334 LEC), los documentos privados (arts. 324 a 327 y 328 a 334 LEC), el dictamen de peritos (arts. 335 a 352 LEC), el reconocimiento judicial (arts. 353 a 359 LEC), el interrogatorio de testigos (arts. 360 a 381 LEC), la reproducción de sonido e imagen (arts. 382 a 384 LEC) y las presunciones (arts. 385 y 386 LEC).

- La ley regula la factura como medio de prueba prioritarias que no privilegiado (art. 106.4 LGT), el carácter de documentos públicos y sus efectos probatorios de las diligencias (art. 107 LGT) y actas (art. 144 LGT), las presunciones de veracidad en declaraciones del administrado y de terceros informantes (art. 108.4 LGT) y la denuncia pública (art. 114 LGT). Y las potestades y facultades de comprobación (arts. 115 y 142 LGT) y la posibilidad de comprobación de hechos y datos correspondientes a períodos prescritos cuando tienen trascendencia tributaria en período no prescrito, extendiendo esta potestad a modificar la calificación de los hechos ocurridos en un período prescrito a efectos de regularizar la situación tributaria en períodos no prescritos (art. 115.2 LGT)

Conviene señalar: a) que la declaración tributaria no es una confesión extrajudicial a efectos probatorios, sino el cumplimiento de una obligación tributaria formal (art. 29.1.a) LGT); b) que lo declarado se debe presumir cierto, salvo prueba en contrario o error de hecho, porque lo exige la presunción de inocencia (art. 24 CE); c) que la información proporcionada por terceros y la elaboración de una base de datos, impiden considerar el resultado como prueba y ante la protesta del afectado lo adecuado a Derecho no es contratar datos, sino comprobar y regularizar la situación tributaria del informante; d) que la factura es un medio de prueba admitido en Derecho de modo que contra su validez y eficacia probatoria cabe, desde luego, la prueba de falsedad o falseamiento, pero expedida la factura, aceptada por el destinatario y, a veces, pagado su importe, es contrario a Derecho exigir la prueba de la prueba, como se suele hacer.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Los datos de octubre señalan que la recaudación por impuestos del Estado, sobre todo por el IRPF y el IVA, superará los 200.000 millones de euros: un máximo histórico si, como parece probable, se superan los 200.676 millones de euros de 2007.

“Gaudete in Domino; iterum dico, gaudete. Dominum enim prope est”. “Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. El Señor está cerca”. Así dice la antífona de entrada de la misa en el tercer domingo de Adviento, domingo “gaudete”. Del mismo modo que en el cuarto domingo de Cuaresma, domingo “laetare” (festejad, alegraos) la liturgia anima al cristiano a vivir la alegría de la próxima Pascua de Resurrección, en este tercer domingo de Adviento la liturgia llama a la alegría ante la próxima Pascua de Navidad. No es un paréntesis en la preparación del alma para acoger al Niño Jesús, a Dios hecho niño; es un recordatorio insistente al cristiano para que no olvide que Dios nos ama; que somos hijos de Dios; que Dios mirándonos a los ojos, llamándonos por nuestro nombre, nos llama para estar continuamente con él. Continuamente con Dios, abrazados a Dios y por Dios: sumidos en Dios, anegados de Dios. A esta maravilla nos llama el Adviento. ¿Cómo no corresponder con nuestro amor, con la limpieza de nuestra alma, con el ánimo despierto para no perder la atención ni un instante? “¿Saber que me quieres tanto, Dios mío, y … no me he vuelto loco?” (san Josemaría, “Camino nº 425)

Estos días son tiempo de confianza en Dios. De acogernos a Él, de pedirle, de prometerle que Le seremos fieles, de darle gracias por todo lo que hace por nosotros incluidos los beneficios que ignoramos (“pro universis beneficiis tuis, etiam nobis ignotis”) o en los que no hemos sido conscientes de su protección, de su consejo, de su ayuda o de que eso era precisamente lo que nos convenía: “Acostúmbrate a elevar el corazón a Dios, en acción de gracias, muchas veces al día. -Porque te da esto y lo otro. -Porque te han despreciado – Porque no tienes lo que necesitas o porque lo tienes. Porque hizo tan hermosa a su Madre, que es también Madre tuya. -Porque creó el sol y la luna y aquel animal y aquella otra planta. -Porque hizo a aquel hombre elocuente y a ti te hizo premioso… Dale gracias por todo, porque todo es bueno” (san Josemaría, “Camino” nº 268)

Es tiempo adecuado para cantar: “El Señor es mi luz y mi salvación: ¿a quién temeré? El Señor es el refugio de mi vida: ¿de quién tendré miedo? ... Escucha mi voz, Señor: yo te invoco; ten piedad de mí, respóndeme. De ti piensa mi corazón: “Busca su rostro”. Tu rostro, Señor, buscaré. No me escondas tu rostro. No rechaces con ira a tu siervo. Tú eres mi auxilio: no me rechaces, no me abandones, Dios de mi salvación” (salmo 27, 1. 7-9). Y también: “Muéstrame, Señor, tus caminos, enséñame tus sendas. Hazme caminar en tu fidelidad, instrúyeme, pues Tú eres mi Dios salvador y en Ti espero todo el día. Acuérdate, Señor, de tu misericordia y de tu amor que son eternos” (salmo 25,4-6). Es tiempo de preparar la llegada de la Navidad acostumbrada el alma a la presencia permanente de Dios junto a cada uno, en las tareas ordinarias de cada día. En las preocupaciones, en la obra acabada, en los éxitos y en los fracasos, en la salud y en la enfermedad: “Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?” (Rm 8,31)

Tiempo de acompañar a nuestra Madre que es Madre de Dios; viviendo con Ella, en el último mes, los preparativos para el nacimiento del Niño y, antes, para el viaje a Belén.

LA HOJA SEMANAL
(del 17 al 22 de diciembre)

Lunes (17)

Feria de Adviento (san Modesto de Jerusalén, obispo)
Palabras: “Jacob engendró a José, el esposo de María, … (Mt 1,16)
Reflexión: … de la cual nació Jesús, llamado Cristo”
Propósito, durante el día: Rezar por los niños que esperan nacer

Martes (18)

Feria de Adviento (NªSª Esperanza, Expectación del Parto de la Virgen, María de la O)
Palabras: “Estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, … (Mt 1,18)
Reflexión: … resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo”
Propósito, durante el día: Rezar por las esposas que esperan un hijo

Miércoles (19)

Feria de Adviento (san Anastasio I, papa)
Palabras: “Isabel era estéril, y los dos eran de avanzada edad …” (Lc 1,7)
Reflexión: … Los dos eran justos y caminaban sin falta según los mandamientos”
Propósito, durante el día: Rezar por los matrimonios que no tienen hijos

Jueves (20)

Feria de Adviento (santo Domingo de Silos, abad)
Palabras: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo…” (Lc 1,28)
Reflexión: “… Hágase en mí según tu palabra”
Propósito, durante el día: Rezar por las embarazadas y madres no casadas

Viernes (21)

Feria de Adviento (san Padreo Canisio, presbítero y doctor de la Iglesia)
Palabras: “¡Bendita tú entre las mujeres… (Lc 1,42)
Reflexión: … y bendito el fruto de tu vientre!
Propósito, durante el día: Rezar por el amor entre hombre y mujer en los matrimonios

Sábado (22)

Feria de Adviento (santa Francisca Javiera Cabrini, virgen y fundadora)
Palabras: “Se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador, … (Lc 1,47)
Reflexión: … porque ha mirado la humildad de su esclava”
Propósito, durante el día: Decir muchas veces a la Virgen: Monstra te esse matrem

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 16, domingo (3º de Adviento; ciclo C; “Gaudete”) son una llamada a la alegría porque Dios nos ama, a cada uno y a todos: “Él se goza y se complace en ti, te ama y se alegra con júbilo como en día de fiesta” (Sof 3); “ Estad alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres” (Flp 4); “… la gente preguntaba a Juan: - ¿Entonces, qué hacemos? Él contestó: - El que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo” (Lc 3). El que da con alegría, da dos veces.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “Para preparar el camino al Señor que viene, es necesario tener en cuenta los requisitos de conversión a la que invita el Bautista. ¿Cuáles son estos requisitos de conversión? Ante todo, estamos llamados a “rellenar los barrancos” causados por la frialdad y la indiferencia, abriéndonos a los demás con los mismos sentimientos de Jesús, es decir, con esa cordialidad y atención fraterna que se hace cargo de las necesidades del prójimo. Es decir, rellenar los barrancos producidos por la frialdad. No se puede tener una relación de amor, de fraternidad, de caridad con el prójimo si hay “agujeros”, así como no se puede ir por un camino con muchos baches, ¿no? Hace falta cambiar de actitud. Y todo esto hacerlo también con una atención especial por los más necesitados. Después es necesario “rebajar tantas asperezas” causadas por el orgullo y la soberbia. Cuánta gente, quizás sin darse cuenta, es soberbia, áspera, no tiene esa relación de cordialidad. Hay que superar esto haciendo gestos concretos de reconciliación con nuestros hermanos, de solicitud de perdón por nuestras culpas. No es fácil reconciliarse, siempre se piensa: ¿quién da el primer paso? Pero el Señor nos ayuda a hacerlo si tenemos buena voluntad. La conversión, de hecho, es completa si lleva a reconocer humildemente nuestros errores, nuestras infidelidades, nuestras faltas.” (Angelus, día 9 de diciembre de 2018)

- “Pero ninguno de nosotros está obligado a abrazar la teoría que alguno sostuvo en el pasado: que la oración de petición es una forma débil de la fe, mientras que la oración más auténtica sería la alabanza pura, aquella que busca a Dios sin la carga de alguna petición. No, esto no es verdad. La oración de petición es auténtica, es espontánea, es un acto de fe en Dios que es el Padre, que es bueno, que es omnipotente. Es un acto de fe en mí, que soy pequeño, pecador y necesitado. Y por este motivo la oración, para pedir algo, es muy noble. Dios es el Padre que tiene una inmensa compasión de nosotros, y quiere que sus hijos le hablen sin miedo, directamente llamándolo Padre; o en la dificultad diciendo: “Señor, ¿qué me has hecho?”. Por este motivo le podemos contar todo, también las cosas que en nuestra vida permanecen distorsionadas o incomprensibles. Y nos ha prometido que estará con nosotros siempre, hasta el último día que pasaremos sobre esta tierra. Rezamos el Padrenuestro empezando simplemente así: “Padre” o “Papá”. Y él nos comprende y nos ama mucho” (Audiencia general, día 12 de diciembre de 2018) (trad. propia)

Noticia del blog. Ya se ha incluido en el blog “Por entero y sin condiciones” la monografía sobre la tributación por IAJD de los préstamos con garantía hipotecaria.

(16.12.18)

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