LO TRIBUTARIO (nº 452)

Actuaciones en obligaciones tributarias formales (1)

Si la “presión fiscal directa” (“carga fiscal”, en términos sectoriales o individuales) es la relación entre los tributos pagados y la renta, “presión fiscal indirecta” es el coste que supone cumplir las obligaciones tributarias. El artículo 3.2 LGT establece que la aplicación del sistema tributario (el sistema no se aplica, sino los tributos) se basará en los principios de proporcionalidad, eficacia, “limitación de costes indirectos derivados del cumplimiento de obligaciones formales” (sic) y el respeto a los derechos y garantías de los administrados (sólo son “principios”, claro). Y el artículo 29 LGT define las obligaciones formales como las que, sin tener carácter pecuniario, se imponen a los administrados tributarios. El precepto relaciona “además de las restantes” que puedan establecer los reglamentos: presentar declaraciones censales; solicitar y utilizar el NIF; presentar declaraciones, autoliquidaciones y comunicaciones (olvida la LGT que también las “declaraciones-liquidaciones”, en el IVA); llevar y conservar contabilidad, registros y programas, ficheros y archivos informáticos y los sistemas de codificación utilizados y sus copias; expedir y entregar y conservar facturas o documentos; aportar libros, registros, documentos o información que se deba conservar y cualquier dato información, antecedente y justificante con trascendencia tributaria que sea requerido; facilitar la práctica de inspecciones y comprobaciones; entregar certificado de retenciones e ingresos a cuenta; y las obligaciones formales aduaneras.

En el RD 1065/2007 se regula: 1) en los Censos Tributarios (arts. 2 a 16), de obligados tributarios, de empresarios, profesionales y retenedores, su contenido (y las informaciones complementarias para personas físicas, entidades y no residentes), su formación (declaraciones de alta, de modificación, de baja; especialidades; modelo de declaración; incidencia en otros impuestos; documento único electrónico), y la gestión de declaraciones; 2) en el Domicilio Fiscal (art.17), la obligación de comunicar su cambio; 3) en el NIF (arts. 18 a 28) se regula su obligatoriedad, su asignación a nacionales y extranjeros, a personas jurídicas y entidades sin personalidad, las especialidades a efectos del IVA y su utilización en general, en operaciones con trascendencia tributaria y con entidades de crédito; 4) respecto de Libros Registro de Carácter Fiscal, se regula su obligación (art. 29); 5) sobre Información (arts. 30 a 58) se regula la obligación general y sus concreciones (operaciones con terceros; operaciones incluidas en registros; cuentas en entidades de crédito; cuentas financieras en el ámbito de asistencia mutua; préstamos, créditos y movimientos de efectivo; tarjetas de crédito o débito; valores, seguros y rentas; titulares de cuentas u operaciones que no han comunicado el NIF; libramiento de cheques; activos financieros; cuentas en entidades financieras en el extranjero; valores, derechos, seguros y rentas en el extranjero; operaciones con Deuda del Estado; constitución, establecimiento, modificación o extinción de entidades; quienes no han comunicado el NIF o los medios de pago en operaciones ante notario; subvenciones o indemnizaciones en actividades agrícolas, ganaderas o forestales; aportaciones a sistemas de previsión social, operaciones financieras con inmuebles; inmuebles y derechos sobre inmuebles en el extranjero; cesión de viviendas con fines turísticos. Junto al suministro de información, se regula (arts. 55 a 57) la obligación de facilitarla a requerimiento de la Administración. Y se regula la transmisión de datos por medios electrónicos, informáticos o telemáticos.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Los cristianos, hijos de María, la Madre de Dios y madre nuestra, estamos de celebraciones: el día 8 (Natividad de la Virgen) la felicitamos en su cumpleaños y el día 12 la felicitamos por su onomástica (el Santo Nombre de María). Los días 14 y 15 recordamos a nuestra Madre en la Exaltación de la Santa Cruz y como Nuestra Señora de los Dolores. Y, como homenaje de amor, no podemos menos que recordar el himno “Stabat Mater” que, indudablemente emparentado con el “Laudismus sanctae Crucis” de san Buenaventura OFM, muerto en 1274, se atribuye a Iacopone da Todi, que murió en 1306. Los de más edad lo cantan o lo recitan en latín, lengua en la que tiene una musicalidad inigualable: “Satabat Mater dolorosa iuxta crucem lacrimosa, dum pendebat Filius… Quis est homo qui no fleret, matrem Christi si videret in tanto supplicio?... En los misales se recoge en español con ritmo poético:

“La Madre piadosa estaba / junto a la cruz y lloraba / mientras el Hijo pendía; / cuya alma, triste y llorosa, / traspasada y dolorosa, / fiero cuchillo tenía.

¡Oh cuán triste y cuan aflicta / se vio la Madre bendita / de tantos tormentos llena! / Cuando triste contemplaba / y dolorosa miraba / del Hijo amado la pena.

Y ¿cuál hombre no llorara / si a la Madre contemplara / de Cristo en tanto dolor? / ¿Y quién no se entristeciera, / Madre piadosa, si os viera / sujeta a tanto rigor?

Por los pecados del mundo / vio a Jesús en tan profundo / tormento la dulce Madre. / Vio morir al Hijo amado / que rindió desamparado / el espíritu a su Padre.

¡Oh dulce fuente de amor! / Hazme sentir tu dolor / para que llore contigo. / Y que, por mi Cristo amado, / mi corazón abrasado / más viva en él que conmigo.

Y porque a amarle me anime, / en mi corazón imprima / las llagas que tuvo en sí. / Y de tu Hijo, Señora, / divide conmigo ahora / las que padeció por mí.

Hazme contigo llorar / y de veras lastimar / de sus penas mientras vivo; / porque acompañar deseo / en la cruz, donde le veo, / tu corazón compasivo.

¡Virgen de vírgenes santas! / Llore yo con ansias tantas / que el llanto dulce me sea; / porque su pasión y muerte / tenga en mi alma, de suerte / que siempre sus penas vea.

Haz que su cruz me enamore / y que en ella viva y more / de mi fe y amor indicio; / porque me inflame y encienda, / y contigo me defienda / en el día del juicio.

Haz que me ampare la muerte / de Cristo cuando, en tan fuerte / trance, vida y alma estén; / porque, cuando quede en calma / el cuerpo, vaya mi alma / a su eterna gloria. Amén”

El himno, sin duda, trae al alma el recuerdo de Jesús crucificado en palabras del Cuarto canto del Siervo: “… No hay en él parecer, no hay hermosura que atraiga nuestra mirada ni belleza que nos agrade en él. Despreciado y rechazado de los hombres, varón de dolores y experimentado en el sufrimiento; como quien se oculta el rostro, despreciado, ni le tuvimos en cuenta. Pero él tomó sobre sí nuestras enfermedades, cargó con nuestros dolores…” (Is 53,2-4). “Ad Jesum per Mariam”: mirando a nuestra Madre junto a la Cruz, le decimos: Madre del Amor Hermoso, ayuda a tus hijos.

LA HOJA SEMANAL
(del 10 al 15 de septiembre)

Lunes (10)

San Nicolás de Tolentino, presbítero (23ª TO; beato Francisco Gárate S.I.)
Palabras: “Extiende el brazo” (Lc 6,10)
Reflexión: Lo hizo y su brazo quedó restablecido. Ellos discutían qué hacer con Jesús
Propósito, durante el día: Dios mío, endereza en mí lo torcido, cura mi debilidad

Martes (11)

San Gabriel Perboyre, mártir (23ª TO)
Palabras: “Salía de él una fuerza que los curaba a todos” (Lc 6,19)
Reflexión: Venían a verlo a que los curara de sus enfermedades
Propósito, durante el día: Señor, si quieres, puedes curarme; el alma y el cuerpo

Miércoles (12)

Santo Nombre de María (23ª TO; Nª Sª de Estíbaliz; de Lluc)
Palabras: “Vuestra recompensa será grande en el cielo” (Lc 6,23)
Reflexión: Cuando os odien, os excluyan, os insulten por causa del Hijo del hombre
Propósito durante el día: Madre mía, mientras mi vida alentare, todo mi amor para ti

Jueves (13)

San Juan Crisóstomo, obispo y doctor de la Iglesia (23ª TO)
Palabras: “La medida que uséis, la usarán con vosotros (Lc 6,38)
Reflexión: Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo
Propósito, durante el día: Dios mío, gracias, perdón y ayúdame más

Viernes (14)

La Exaltación de la Santa Cruz
Palabras: “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo… (Jn 3,16)
Reflexión: … para que no perezca ninguno de los que creen en él”
Propósito, durante el día: Toma, Señor, mi libertad, mi memoria, mi inteligencia

Sábado (15)

Nuestra Señora de los Dolores (de las Angustias, del Camino, Bien Aparecida)
Palabras: “Ahí tienes a tu madre” (Jn 19,27)
Reflexión: Y desde aquella hora el discípulo la recibió como algo suyo (“in sua”)
Propósito, durante el día: Madre mía, aunque mi amor te olvidare, no te olvides de mi

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 9, domingo (23º TO; ciclo B) nos llenan de esperanza en el amor del Amor: “Mirad a vuestro Dios que trae el desquite, viene en persona, resarcirá y os salvará” (Is 35); “¿Acaso no ha elegido Dios a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del reino prometido a los que lo aman?” (St 2); “Todo lo ha hecho bien” (Mc 7). Al empezar el curso, al retomar las tareas, al volver a empezar, Dios, nada menos que Dios, sale al encuentro y nos acompaña. Y nuestra Madre. Y los ángeles.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “El mensaje del Evangelio hoy está reforzado también por la voz del apóstol Santiago, que nos dice en síntesis cómo debe ser la verdadera religión, y dice así: la verdadera religión es “visitar a los huérfanos y a las viudas en su tribulación y conservarse incontaminado del mundo” (v. 27). “Visitar a los huérfanos y a las viudas” significa practicar la caridad hacia el prójimo a partir de las personas más necesitadas, más frágiles, más a los márgenes. Son las personas de las cuales Dios cuida de forma especial, y nos pide a nosotros hacer lo mismo. “No dejarse contaminar de este mundo” no quiere decir aislarse y cerrarse a la realidad. No. Tampoco aquí debe ser una actitud exterior sino interior, de sustancia: significa vigilar para que nuestra forma de pensar y de actuar no esté contaminada por la mentalidad mundana, o sea de la vanidad, la avaricia, la soberbia.” (Angelus, 2 de septiembre de 2018)

- “El domingo no es el día para cancelar los otros días sino para recordarlos, bendecirlo y hacer las paces con la vida. ¡Cuánta gente que tiene tanta posibilidad de divertirse, y no vive en paz con la vida! El domingo es el día para hacer las paces con la vida, diciendo: la vida es preciosa; no es fácil, a veces es dolorosa, pero es preciosa. Ser introducidos en el descanso auténtico es una obra de Dios en nosotros, pero requiere alejarse de la maldición y de su encanto (cfr. Exort. ap. “Evangelii gaudium”, 83). Doblar el corazón a la infelicidad, de hecho, subrayando motivos de descontento es facilísimo. La bendición y la alegría implican una apertura al bien que es un movimiento adulto del corazón. El bien es amoroso y no se impone nunca. Es elegido. La paz se elige, no se puede imponer y no se encuentra por casualidad. Alejándose de las llagas amargas de su corazón, el hombre necesita hacer las paces con eso de lo que huye. Es necesario reconciliarse con la propia historia, con los hechos que no se aceptan, con las partes difíciles de la propia existencia.” (Audiencia general, 5 de septiembre de 2018)

- “169. El discernimiento no solo es necesario en momentos extraordinarios, o cuando hay que resolver problemas graves, o cuando hay que tomar una decisión crucial. Es un instrumento de lucha para seguir mejor al Señor. Nos hace falta siempre, para estar dispuestos a reconocer los tiempos de Dios y de su gracia, para no desperdiciar las inspiraciones del Señor, para no dejar pasar su invitación a crecer. Muchas veces esto se juega en lo pequeño, en lo que parece irrelevante, porque la magnanimidad se muestra en lo simple y en lo cotidiano. Se trata de no tener límites para lo grande, para lo mejor y más bello, pero al mismo tiempo concentrados en lo pequeño, en la entrega de hoy. Por tanto, pido a todos los cristianos que no dejen de hacer cada día, en diálogo con el Señor que nos ama, un sincero “examen de conciencia”. Al mismo tiempo, el discernimiento nos lleva a reconocer los medios concretos que el Señor predispone en su misterioso plan de amor, para que no nos quedemos solo en las buenas intenciones.

171. Si bien el Señor nos habla de modos muy variados en medio de nuestro trabajo, a través de los demás, y en todo momento, no es posible prescindir del silencio de la oración detenida para percibir mejor ese lenguaje, para interpretar el significado real de las inspiraciones que creímos recibir, para calmar las ansiedades y recomponer el conjunto de la propia existencia a la luz de Dios. Así podemos dejar nacer esa nueva síntesis que brota de la vida iluminada por el Espíritu.” (Exh. Ap. “Gaudete et exultate)

(16.09.18)

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