LO TRIBUTARIO (nº 203)

Por qué la LGT (7): las normas tributarias

Aunque sea posible la crítica a la expresión “norma tributaria” por referencia a determinadas disposiciones de las que integran el ordenamiento jurídico (porque ninguna norma es “tributaria”, como no hay normas “educativas” o “militares”) de modo que la expresión sólo se admitiría en un ámbito peculiar por referencia a reglas en el modo de proceder, usos o costumbres peculiares y significativos, es habitual como forma de identificar normas con contenido tributario y posiblemente como un medio subliminal de reforzar el concepto de autonomía de lo tributario.

- El artículo 7 LGT regula las fuentes del ordenamiento tributario: la Constitución, los tratados o convenios internacionales, normas de la Unión Europea y organismos internacionales que tenga atribuidas competencias (art. 93 CE) en materia tributaria, la LGT, las leyes que regulan cada tributo, leyes que contengan disposiciones en materia tributaria, disposiciones reglamentarias en desarrollo de esas normas y ordenanzas fiscales, en el ámbito tributario local; en el ámbito de competencias del Estado, corresponde al Ministro de Hacienda dictar órdenes ministeriales que son normas de desarrollo de reglamentos, o de leyes, cuando así se disponga. Tienen carácter supletorio las disposiciones generales de derecho administrativo (leyes, reglamentos) y los preceptos de derecho común, como es el Código civil. Se debe recordar que no son fuentes del ordenamiento tributario las resoluciones ni las instrucciones ni las circulares ni los informes ni las contestaciones a consultas tributarias sean vinculantes o no. Otra cosa es que, en la práctica, sea conveniente conocer y atender al contenido de esas manifestaciones administrativas, entre otros motivos porque, en cuanto orientan u obligan a los empleados públicos, se van a aplicar.

- El artículo 8 LGT regula la reserva de ley (tributaria) que es una manifestación del principio de seguridad jurídica y que contiene la relación de materias que se deben regular por ley y sólo por ley: elementos esenciales de la tributación, presunciones que no admitan prueba en contrario; pagos a cuenta; obligados tributarios y responsables; establecimiento, supresión y prórrogas de exenciones, reducciones, bonificaciones, deducciones y demás beneficios e incentivos fiscales; recargos e intereses de demora, plazos de prescripción, y su interrupción, y de caducidad; infracciones y sanciones; obligación de declarar y de autoliquidar; consecuencias en la eficacia de actos o negocios jurídicos del incumplimiento e obligaciones tributarias; obligaciones entre particulares (repercusiones, retenciones, ingresos a cuenta); condonaciones de deudas y sanciones y concesión de moratorias y quitas; actos susceptibles de reclamación económico administrativa, supuestos de intervención tributaria permanente. Por el portillo de las habilitaciones normativas se incumple frecuentemente esta reserva legal.

- El artículo 9 LGT establece dos deberes para garantizar la seguridad jurídica: por una parte, las leyes y reglamentos que contengan normas tributarias deben mencionarlo expresamente en su título y en la rúbrica de los artículos correspondientes; por otra parte, las leyes y los reglamentos que modifiquen normas tributarias contendrán una relación completa de la norma derogadas y la nueva redacción de las que resulten modificadas. Incumplir este precepto legal con peculiares destinatarios (el legislador en las leyes...) del deber que establece, no tendría consecuencias respecto de la validez y eficacia de las disposiciones afectadas. Lo habitual es que el precepto se cumpla.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Fue noticia de hace pocos días que se había conseguido una cifra histórica en la reducción de deudas tributarias liquidadas, vencidas y no pagadas por los contribuyentes. Y se añadía que había influido en los pagos la mejora económica general y la publicación del listado de morosos. Quizá un deudor, “inmediatamente” apremiado y embargado para hacer efectiva una deuda mucho menor que las publicadas como pendientes de pago, piense que algo falla en este Estado de Derecho.

Cuaresma. Tiempo de conversión: tiempo de mirar lo que hay en el interior del alma, sin dejar rincones en la oscuridad de lo que sabemos que está ahí y no queremos ver. Tiempo de rectificar lo que nos desvía del camino al cielo, de echar lejos lo que nos impide ver, oír, recibir, alojar a Dios como se merece. “Mira, estoy a la puerta y llamo: si alguno escucha mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo” (Ap. 3,20).

- “Dijo también esta parábola a algunos que confiaban en sí mismos teniéndose por justos y despreciaban a los demás: “- Dos hombres subieron al Templo a orar: uno era fariseo y el otro publicano. El fariseo, quedándose de pie, oraba para sus adentros: “Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana, pago el diezmo de todo lo que poseo”. Pero el publicano, quedándose lejos, ni siquiera se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: “Oh Dios, ten compasión de mí que soy un pecador”. Os digo que este bajó justificado a su casa y aquel no. Porque todo el que se ensalza será humillado, y todo el que se humilla será ensalzado” (Lc 18, 9-14; este final igual en Lc 14,11; vid. Mt 23,11)

Quizá no presumimos de buenos, pero sí que hacemos una misericordia de Dios a nuestra medida que nos sirve para esconder en el fondo del alma la mala conciencia por nuestros fallos. Quizá no nos hemos parado a pensar que no debemos medir las buenas obras y las omisiones y malas acciones como leyes, méritos y castigos, sino como “lo que el amor pide” o “la infidelidad al amor que nos da el Amor”. Es otro ámbito en el que no hay que razonar, ni alegar, ni excusar. Y así siempre estaremos insatisfechos porque queremos amar más al Amor y por el Amor.

- Cuaresma. Tiempo de revisión y de conversión también para los que se creen buenos y para los que saben que no lo son, pero aparentan serlo. Jesús ya señalaba: “Vosotros os hacéis pasar por justos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones...” (Lc 16,14). Y también: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas que pagáis el diezmo de la menta, del eneldo y del comino, pero habéis abandonado lo más importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad! Hay que hacer esto sin abandonar lo otro.” (Mt 23,23). Y: “Hacen todas sus obras para que les vean los hombres” (Mt 23,5)

Cuaresma. Tiempo de pedirle ayuda a Dios que ve en lo escondido. “Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres con el fin de que os vean; de otro modo no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos...” (Mt 6, 1-18). “Examíname, Dios mío, y conoce mi corazón; ponme a prueba y conoce mis pensamientos. Mira si voy por el mal camino, y guíame por el camino eterno” (sal. 139)

LA HOJA SEMANAL
(del 14 al 19 de marzo)

Lunes (14)

Santa Matilde, reina (5ª Cuaresma)
Palabras: “Yo soy la luz del mundo” (Jn 8,12)
Reflexión: El que me sigue tendrá la luz de la vida
Propósito, durante el día: Con Jesús: lo que quiera, como quieras, cuando quieras

Martes (15)

Santa Luisa de Marillac, fundadora (5ª Cuaresma)
Palabras: “Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy” (Jn 8,28)
Reflexión: Todo existe, subsiste en Dios que es el que es, el que está siendo
Propósito, durante el día: Con Jesús, junto a la Cruz, recordando sus palabras

Miércoles (16)

San Bonifacio, obispo (5ª Cuaresma)
Palabras: “La verdad os hará libres” (Jn 8,32)
Reflexión: Dios es el camino, la verdad y la vida
Propósito, durante el día: Con Jesús, en el trabajo diario, en la convivencia familiar

Jueves (17)

San Patricio, obispo (5ª Cuaresma)
Palabras: “El que guarda mi palabra... “ (Jn 8, 51)
Reflexión: ... no sabrá lo que es morir para siempre”
Propósito, durante el día: Eucaristía. Vivir para siempre. Visitas al Santísimo

Viernes (18)

San Cirilo de Jerusalén, obispo y doctor de la Iglesia (5ª Cuaresma, abstinencia)
Palabras: “Y muchos creyeron en él allí” (Jn 10,42)
Reflexión: Agarraron piedras para apedrearle, intentaron de nuevo detenerlo...
Propósito, durante el día: Preparar la Semana Santa: vía crucis, visitas al Santísimo

Sábado (19)

San José, Patrono de la Iglesia, esposo de María
Palabras: “Bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad” (Lc 2,51)
Reflexión: Modelo de hijo, modelos de padres, modelo de familia
Propósito, durante el día: Madre, enséñame a rezar, ayúdame a ser bueno

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del domingo día 13 (5º Cuaresma, ciclo C; 7º de san José), nos animan a seguir adelante: “no penséis en lo antiguo; mirad que realizo algo nuevo” (Is 43); “lanzándome hacia lo que está por delante, corro hacia la meta, para ganar el premio” (Flp 3); “Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más” (Jn 8). Dan ganas de echar a correr ya hacia el cielo. Reconciliación. Eucaristía. Dios nos espera.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “Como el padre del Evangelio, también Dios continúa considerándonos sus hijos cuando nos hemos perdido, y viene a nuestro encuentro con ternura cuando volvemos a Él. Y nos habla con tanta bondad cuando nosotros creemos ser justos. Los errores que cometemos, aunque sean grandes, no rompen la fidelidad de su amor. En el sacramento de la Reconciliación podemos siempre comenzar de nuevo: Él nos acoge, nos restituye la dignidad de hijos suyos, y nos dice: “¡Ve hacia adelante! ¡Quédate en paz! ¡Levántate, ve hacia adelante!.” (Angelus, día 6 de marzo de 2016)

- “15. En este Año Santo, podremos realizar la experiencia de abrir el corazón a cuantos viven en las más contradictorias periferias existenciales, que con frecuencia el mundo moderno dramáticamente crea. ¡Cuántas situaciones de precariedad y sufrimiento existen en el mundo hoy! Cuántas heridas sellan la carne de muchos que no tienen voz porque su grito se ha debilitado y silenciado a causa de la indiferencia de los pueblos ricos. En este Jubileo la Iglesia será llamada a curar aún más estas heridas, a aliviarlas con el óleo de la consolación, a vendarlas con la misericordia y a curarlas con la solidaridad y la debida atención. No caigamos en la indiferencia que humilla, en la habitualidad que anestesia el ánimo e impide descubrir la novedad, en el cinismo que destruye. Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a escuchar su grito de auxilio. Nuestras manos estrechen sus manos, y acerquémoslos a nosotros para que sientan el calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y de la fraternidad. Que su grito se vuelva el nuestro y juntos podamos romper la barrera de la indiferencia que suele reinar campante para esconder la hipocresía y el egoísmo.

Es mi vivo deseo que el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las “obras de misericordia corporales y espirituales”. Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina. La predicación de Jesús nos presenta estas obras de misericordia para que podamos darnos cuenta si vivimos o no como discípulos suyos. Redescubramos las obras de “misericordia corporales”: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero, asistir los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos. Y no olvidemos las obras de “misericordia espirituales”: dar consejo al que lo necesita, enseñar al que no sabe, corregir al que yerra, consolar al triste, perdonar las ofensas, soportar con paciencia las personas molestas, rogar a Dios por los vivos y por los difuntos.

No podemos escapar a las palabras del Señor y en base a ellas seremos juzgados: si dimos de comer al hambriento y de beber al sediento. Si acogimos al extranjero y vestimos al desnudo. Si dedicamos tiempo para acompañar al que estaba enfermo o prisionero (cfr Mt 25,31-45). Igualmente se nos preguntará si ayudamos a superar la duda, que hace caer en el miedo y en ocasiones es fuente de soledad; si fuimos capaces de vencer la ignorancia en la que viven millones de personas, sobre todo los niños privados de la ayuda necesaria para ser rescatados de la pobreza; si fuimos capaces de ser cercanos a quien estaba solo y afligido; si perdonamos a quien nos ofendió y rechazamos cualquier forma de rencor o de odio que conduce a la violencia; si tuvimos paciencia siguiendo el ejemplo de Dios que es tan paciente con nosotros; finalmente, si encomendamos al Señor en la oración nuestros hermanos y hermanas. En cada uno de estos “más pequeños” está presente Cristo mismo. Su carne se hace de nuevo visible como cuerpo martirizado, llagado, flagelado, desnutrido, en fuga ... para que nosotros los reconozcamos, lo toquemos y lo asistamos con cuidado. No olvidemos las palabras de san Juan de la Cruz: “En el ocaso de nuestras vidas, seremos juzgados en el amor”.
(Bula “Misericordiae Vultus”, de convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia)

(13.03.16)

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