PRIMER ANIVERSARIO (30.IX.13 – 30.IX.14)

LO TRIBUTARIO

Reforma tributaria. LGT (6): control de cumplimientos

La LGT/1963 regulaba sólo un procedimiento de gestión de los tributos que empezaba de oficio o con la declaración del administrado o por investigación de lo no declarado (art. 101) y que terminaba con la liquidación, por prescripción o por perención cuando la ley señalaba un plazo para comprobar (art. 120). En ese procedimiento el trámite de comprobación de los hechos era competencia de la Inspección (art. 140); la liquidación correspondía a otro órgano. Hace treinta años la ley permitió que la Inspección liquidara y que Gestión comprobara limitadamente, ya fuera con los datos declarados y los que tuviera la Administración (“paralelas”), ya fuera mediante requerimientos de justificantes de lo declarado (art. 123). La LGT/2003 multiplicó los procedimientos de Gestión (devolución, declaraciones para liquidar, verificación, comprobación de valores, comprobación limitada) y creó el procedimiento de Inspección, con la sola autolimitación de la que resultara del alcance señalado al iniciarse. Como la doctrina del TS (1996-1998) señaló la necesidad de impedir la inseguridad infinita para el administrado obligado a autoliquidar (determinar la deuda tributaria), con esa multiplicación de procedimientos sucesivos la nueva LGT permite que la inseguridad se prolongue sin límites. La reforma deja aún más abierta la herida del paciente fiscal.

El art. 136.2 amplía el contenido de la comprobación limitada de Gestión. La ley prohibía comprobar la contabilidad y no eran infrecuentes la anulación de liquidaciones por excesos. La reforma permite que si el administrado aporta sin requerimiento la documentación contable, se podrá comprobar sólo para constatar si coincide lo contabilizado con los datos en poder de la Administración. Como también se puede requerir que se aporten los justificantes de los asientos, parece que es poco lo que queda fuera de esa comprobación. Y, así, la aportación voluntaria de documentos para defender el propio derecho se convierte en la puerta que abre el ámbito de control.

El art. 150 regula las actuaciones de inspección ampliando los plazos máximos de duración (ahora: 18 meses, en general; y posible ampliación a 27 meses según la cuantía y el régimen especial aplicable). Como las diligencias argucia y el cómputo de dilaciones, para evitar interrupciones injustificadas o ampliar la duración, habían sido objeto de corrección por la jurisprudencia, se eliminan esos conceptos (ap. 2) y se sustituyen por la “suspensión del cómputo del plazo” (ap.3) por las causas que se señalan y cuando se acepte la petición del inspeccionado en períodos que en su conjunto no pueden exceder de 60 días (ap. 4). El plazo también se amplía (ap. 5) cuando se aporte tardíamente los datos requeridos, cuando originen el acuerdo de actuaciones complementarias, cuando se hubiera apreciado que procede la estimación indirecta. Lógicamente, no se regula la caducidad (ap. 6), sino otras consecuencias, cuando la Inspección incumple el plazo legalmente establecido, ni a pesar de su ampliación.

El art. 158 modifica la estimación indirecta que se hace cuando la Administración no puede determinar la base imponible o las cuotas reales. A partir de ese requisito esencial, la conflictividad estaba en el método de cálculo que no podía llevar a la mezcla de lo real (a aportar por el inspeccionado) y de lo estimado; pero se mantiene la incoherencia. En su regulación este método no es represivo, sino extraordinario.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

“Fue en 1973. Tanto el jefe recién nombrado como la secretaria que acababa de entrar en plantilla iban a tener una experiencia nueva en sus vidas. En vez de escribir un papel con bolígrafo para que se descifrara su letra y se pasara a máquina, él iba a dictar el texto; y ella iba tomar las palabras en taquigrafía. Era un texto tributario y más de una vez contenía las palabras “hecho imponible”. Con doble esfuerzo personal acabaron el acto. Ella se marchó. Volvió mucho tiempo después con el texto mecanografiado. El jefe lo leyó con atención y paró la lectura cuando encontró el error: “el hecho impugnable”. Con una sonrisa y palabras de ánimo corrigió lo que procedía y esperó el nuevo texto mecanografiado, porque en aquellos tiempos cualquier error obligaba a repetir, al menos, toda la página. Y pasó otro largo rato. La nueva lectura fue más rápida, pero se encontró de nuevo el error: “el hecho imposible”. El jefe apenas pudo contener la risa. No por la repetición del error, que auguraba una causa exógena de retrasos en el trabajo a realizar en el futuro, sino porque los sucesivos errores permitían una meditación tributaria: el hecho imponible como hecho impugnable y, en ocasiones, como hecho imposible. Lo comentó a la azarada secretaria y le dio las gracias.”

Así empezaba su andadura la publicación del blog “El hecho imponible”, dando noticia del porqué de ese título. Era el 30 de septiembre de 2013. Ahí estaba el espíritu que debía animar el blog: rigor conceptual en lo tributario y explicación sencilla de la ley (“Lo tributario”); comentario de actualidad para provocar una reflexión tranquila, sin acritud, sin añadir más agobios a los de cada día, que podía llevar (“De lo humano a lo divino”) a una consideración trascendente, religiosa, porque todos estamos llamados a ser santos (Mt 5,48) en medio del mundo, en el estado y condición de cada uno, cualquiera que sea la edad, santificando el trabajo, santificándose con el trabajo y colaborando en la santificación de todos en y desde el propio trabajo, en la relación con los demás, en el seno de la familia; proporcionando una industria humana que podía ser útil para vivir cada día (“La hoja semanal”) en la presencia de Dios, manteniendo la unidad de vida, que no permite dejar en el perchero la fe que debe animar todos nuestros actos, hasta ese día, o ese momento del día, en que volvemos a lo único que importa, porque “sólo una cosa es necesaria”. Y, en todo, unidos al Papa, como buenos hijos de la Iglesia (“Palabras del Papa”), recordando lo que nos ha dicho con ocasión del rezo del Angelus o del Regina, o de una audiencia general o en una homilía. Y, siempre, con un rígido límite de extensión (salvo en las entradas mensuales dedicadas a reciente “Doctrina de los Tribunales”), porque vivimos tiempos en los que puede ser difícil dedicar tiempo a lecturas más largas. Y así hemos llegado al primer año de vida, con visitas (2.905) de todas partes del mundo.

Antes del blog ya se hacía una comunicación por correo electrónico a los amigos, interesados en lo tributario. Y ya se incluía jurisprudencia y reflexiones espirituales. Más de uno apuntaba a la conveniencia de abrir un blog que pudieran leer más personas. Y se tomó la decisión. No fueron fáciles los primeros días. Al empezar septiembre de 2013 ya estaba preparado el primer texto y también el marco informático del blog, pero no se sabía cómo “meter” ahí los textos. Son inolvidables las ayudas para hacerlo, incluida la mejora del diseño que también es obra de la caridad. La intención de incluir fotografías se convirtió en un problema insuperable y, salvo la del perfil, que “apareció” como por ensalmo, hubo que abandonarla. “Estaría de Dios”, como se decía en los pueblos hace años. También el santo abandono está presente en cada entrada. Gracias.

UN DÍA DE LA SEMANA

El día 27 de septiembre de 2014 se celebró en Madrid la ceremonia de beatificación del obispo Álvaro del Portillo, madrileño. Su festividad se celebrará el día 12 de mayo de cada año, en recuerdo del día de su Primera Comunión. Según las noticias, asistieron casi doscientas mil personas –mujeres y hombres, mayores, jóvenes y muchos niños- que venían de todos los continentes del mundo. Al día siguiente, en el mismo lugar, se celebró una misa de acción de gracias, también con numerosa asistencia. La interrelación de las lecturas de esta misa (1ª Lect: Eclo 50, 24-26; 2ª Lect: Col 3, 12-17; Evg: Jn 15, 9-17) permite construir un provechoso esquema de meditación.

- Jesús nos llama amigos. Su mandamiento es que nos amemos unos a otros como Él nos ama. “En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos permaneceréis en m amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor... Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer... (Evg). “Y por encima de todo esto, el amor que es el vínculo de la unidad perfecta (2ª Lect)

- La misericordia de Dios nos llena de alegría y de paz. Debemos agradecer tanto amor. “... Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud...” (Evg). “Que nos dé alegría de corazón y que haya paz en nuestros días, en Israel por los siglos de los siglos. Que su misericordia permanezca con nosotros y en nuestros días nos libere” (1ª Lect). “Cantad a Dios, dando gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados. Que la paz de Cristo reine en vuestro corazón: a ella habéis sido convocados en un solo cuerpo. Sed también agradecidos... Y todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre de Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él “ (2ª Lect)

- Jesús es quien nos ha elegido. Y nos envía para que demos fruto, con la ayuda de Dios, en el amor a los demás. “... No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os ha elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros.” (Evg). “Bendecid al Dios del Universo, el que hace grandes cosas por doquier, el que enaltece nuestra vida desde el seno materno y nos trata según su misericordia” (1ª Lect). “Hermanos: como elegidos de Dios, santos y amados, revestíos de compasión entrañable, bondad, humildad, mansedumbre, paciencia. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo... La Palabra de Cristo hable en vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; exhortaos mutuamente...” (2ª Lect). Es un programa de vida para todos, a cualquier edad, en cualquier estado.

El beato Álvaro del Portillo, en la homilía de la misa en su 80º cumpleaños, enseñó una buena guía para andar el camino: “¡Gracias, Señor! Perdona mi escasa correspondencia y, desde hoy, ayúdame todavía más”. Siempre ayuda la jaculatoria: “Dulcísimo Corazón de María prepara y conserva el camino seguro”.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

“... Un desafío. Se trata de hacer descubrir, también a través de los medios de comunicación social, además de con el encuentro personal, la belleza de todo lo que constituye el fundamento de nuestro camino y de nuestra vida, la belleza de la fe, la belleza del encuentro con Cristo. También en el contexto de la comunicación es necesario que la Iglesia consiga llevar calor que enardezca los corazones.

¿Nuestra presencia, nuestras iniciativas, responde a esta exigencia o permanecemos técnicos?. Tenemos un tesoro precioso que transmitir, un tesoro que da luz y esperanza. ¡Son tan necesarias!. Pero todo esto requiere de una cuidada y cualificada formación, de sacerdotes, religiosos, religiosas, laicos, también en este campo. El gran continente digital no es simplemente tecnología, sino que está formado por hombres y mujeres reales que llevan consigo lo que tienen dentro, sus esperanzas, sus sufrimientos, sus anhelos, la búsqueda de la verdad, de la belleza, del bien. Es necesario saber indicar y llevar a Cristo, compartiendo esas alegrías y esperanzas, como María que llevó a Cristo al corazón del hombre; es necesario saber entrar en la niebla de la indiferencia sin perderse; es necesario bajar también a la noche más oscura sin verse dominados por la oscuridad y perderse; es necesario escuchar las ilusiones de muchos, sin dejarse seducir; es necesario acoger las desilusiones, sin caer en la amargura; palpar la desintegración ajena, sin dejarse disolver o descomponer en la propia identidad (cf. Discurso al episcopado de Brasil, 27 de julio de 2013, 4). Este es el camino. Este es el desafío.” (Audiencia al Consejo Pontificio para las Comunicaciones..., 21 de septiembre de 2013)

(Este texto se incluyó en la primera “entrada” del blog y en él se puede encontrar también una de las motivaciones para utilizar la técnica de comunicación en el deseo de compartir noticias tributarias, experiencias profesionales y vida espiritual)

UNA ORACIÓN A LA VIRGEN NUESTRA MADRE

“Dulce Madre, no te alejes,
tu vista de mi no apartes,
ven conmigo a todas partes
y solo nunca me dejes.

Ya que me proteges tanto,
como verdadera Madre,
haz que me bendiga el Padre,
el Hijo y el Espíritu Santo”

(aprendida de su madre y repetida toda su vida por el beato Álvaro del Portillo)

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