LO TRIBUTARIO

Inspección tributaria: trámite de audiencia

Tradicionalmente se venía regulando el trámite de audiencia en el procedimiento administrativo común (art. 84 Ley 30/1992): “Instruidos los procedimientos e inmediatamente antes de redactar la propuesta de resolución, se pondrán de manifiesto a los interesados o, en su caso, a sus representantes...” que podrán alegar y presentar los documentos y justificantes que estimen pertinentes. En el ámbito tributario ese trámite fue una novedad de la Ley de Derechos y Garantías de los Contribuyentes (art. 3.l) que también recogió la LGT como tal derecho (art. 34.1.m), aunque su regulación (art. 99.8) es sólo para señalar cuando se puede prescindir de él (actas con acuerdo y en los procedimientos en los que esté previsto un trámite de alegaciones posterior a la propuesta de resolución). Se debe dar en las actas (arts. 156 y 157 LGT). Hay que ir al RD 1065/2007 (art. 96) para conocer el contenido del trámite: se pondrá de manifiesto el expediente con las actuaciones realizadas, los elementos de prueba en poder de la Administración y los informes emitidos por otros organismos y con las alegaciones y documentos aportados por los administrados antes del trámite y que deben ser tenidos en cuenta en la propuesta de resolución. Allí se regula que, después del trámite, no se podrá incorporar al expediente más documentación acreditativa de hechos, salvo prueba de imposibilidad de hacerlo antes. El artículo 183 RD se remite a esa regulación.

Se trata de una garantía para proteger la seguridad jurídica (art. 9 CE) del contribuyente. Porque es así parece que es obligado que se ponga de manifiesto el expediente íntegro desde la asignación de la actuación a la correspondiente unidad de inspección a la última diligencia formalizada. Pero se establecen limitaciones: tanto en la LGT, que establece que no se incluye la denuncia que sea causa de la inspección (art. 114. 2), como en el RD 1065/2007 (art. 170.7) en cuanto a los planes de inspección y sistemas de selección de inspeccionados, aunque parece que sí debe constar la asignación porque, de no ser así, sería inútil que se regulara que es un acto de mero trámite no susceptible de recurso o reclamación. Se debe recordar que se trata de mostrar documentos (de los que el inspeccionado puede obtener copia) y no fundamentos de derecho ni otras consideraciones. La garantía se refiere a que el inspeccionado pueda conocer todos los datos de hecho que fundamentarán la propuesta y sólo a ellos debe referir las alegaciones y la aportación de documentos que considere convenientes. No obstante, en ocasiones, podría ser conveniente alegar la necesidad de conocer el contenido de la denuncia, si la hubo (TSJ Cataluña 30-11-06: Hay derecho a conocer la denuncia porque ha sido objeto de valoración y decisión de archivo o no -TSJ Aragón 30-9-04- y ha de constar en el expediente cono derecho a conocerla según art. 35.a) Ley 30/1992), o la asignación al plan de inspección, así como hacer la reserva de poder aportar más adelante otros documentos relevantes si se considerara conveniente.

Se trata de un trámite devaluado en la práctica: 1) Si en la puesta de manifiesto se pide copia del expediente, fue procedente dar nueva vista y plazo de alegaciones al tiempo de entregar las copias (AN 3-3-10). 2) Que se formalizara el acta antes de que concluyera el plazo de alegaciones en la audiencia previa no es invalidante porque no ha causado indefensión (TSJ Castilla y León 30-11-09). 3) La falta del trámite de audiencia no es ausencia de procedimiento, art. 62 Ley 30/1992, y al tratarse de un defecto procedimental -de forma- no determina anulabilidad, art. 63 Ley 30/1992, si no produce indefensión (TSJ Valencia 30-4-10)

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Aunque lo importante para las sociedades es el cierre de cuentas que se suele producir alrededor de marzo, en cuanto a la tributación es el mes de julio el que se suele relacionar con el tiempo de presentación de las declaraciones y autoliquidaciones. Es, después de la campaña del IRPF, que acaba con el mes de junio, el último esfuerzo cuando ya está el calor aumentando el sufrimiento en el trabajo y se empieza a soñar con el tiempo de descanso que puede ser el mes de agosto. En julio, además, hay que presentar otras declaraciones y no se paran las actuaciones de la Hacienda que no se toma vacaciones.

Precisamente en este tiempo se ha podido leer en la prensa un artículo de un catedrático que, advirtiendo de los juicios que pudiera provocar, desarrolla su teoría sobre la conveniencia de eliminar el Impuesto sobre Sociedades, señalando tanto los argumentos contrarios, como los que se pueden considerar favorables a la sugerencia. Trata de la inexistencia de “capacidad económica” para contribuir (art. 31 CE), de la doble imposición al ganar el beneficio obtenido y en su reparto, de la tributación de la renta real en los socios cuando se distribuyen beneficios y de la justificada ausencia de tributación por los no repartidos en cuanto supone una especie de capitalización de las entidades. No desconoce el autor que su idea significaría una caída importante de los ingresos tributarios, pero aprovecha para señalar que el remedio está en la reducción de los cuantiosos gastos públicos que permanecen y crecen a pesar de lo tantas veces señalado como objetivo prioritario. Y todo esto lo dice cuando el Gobierno ya ha aprobado un anteproyecto de ley que regula íntegramente ese impuesto en lo que sería ya la tercera versión completa (1978, 1995) de su regulación.

Por poca fortuna que pueda tener la sugerencia, hay que reconocer que estos días de verano son tiempo propicio para divagar, inventar y soñar, incluso, en un mundo fiscal mejor. Otros aprovecharán los días de descanso, si pueden tenerlos, para estudiar las novedades tributarias que se preparan para el otoño. Y, entre esos estudiosos, no faltarán los que piensen que lo más relevante en la tributación, no son las leyes que regulan los impuestos, sino las modificaciones en su aplicación y exigencia. Los cambios en la Ley General Tributaria se dicen justificados porque pretenden el bien del ciudadano, “obligado tributario”, y para luchar contra el fraude, aunque lo que se puede leer son más exigencias formales (utilización informática), más dudas (la novedad del tratamiento de las “obligaciones conexas”), más inquietud (el alargamiento del tiempo de actuaciones inspectoras) y más rigor (interpretaciones vinculantes, sanciones). Aunque el tema estrella es la nueva regulación del procedimiento administrativo paralelo a la tramitación de diligencias judiciales en los casos de delito. Un asunto que se trató sin paz ni coincidencias hace casi cuarenta años, cuando se reactivó el delito contra la Hacienda.

A pesar de tantos motivos de reflexión, no faltarán quienes consideren preciso dedicar las vacaciones de verano al “dolce far niente”, al abandono de las exigencias del resto del año, a la relajación de todo y en todo. Se dice que es tiempo de egoísmos. Pero debe ser tiempo de mejorar en la convivencia. Es un estupendo tiempo para “servir” a los otros. Es tiempo de crecer en el “darse” a los demás, porque hay más tiempo para sentir a Dios con nosotros: “Yo bendigo al Señor, que me aconseja: hasta de noche mi corazón me instruye. Pongo ante mí al Señor, sin cesar; con Él a mi derecha no vacilo. Por eso se alegra mi corazón, se goza mi alma, hasta mi carne descansa en la esperanza… Me enseñas la senda de la vida, saciedad de gozo en tu presencia, alegría perpetua a tu derecha.” (Sal 15; 16 V)

LA HOJA SEMANAL
(del 21 al 26 de julio)

Lunes (21)

San Lorenzo de Brindis, presbítero y doctor de la Iglesia (semana 16ª TO)
Las palabras: “Tres días y tres noches estará el Hijo del hombre…” (Mt 12,40)
La reflexión: Los escribas y fariseos pedían: Queremos ver un signo tuyo…
Propósito, durante el día: Dios mío hazme sencillo de corazón, confiado en Ti

Martes (22)

Santa María Magdalena
Las palabras: “Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?” (Jn 20,15)
La reflexión: Ella no sabía que era Jesús resucitado
Propósito, durante el día: Buen Jesús, que te busque, que te encuentre, que te ame

Miércoles (23)

Santa Brígida, religiosa
Las palabras: “El resto cayó en tierra buena y dio grano” (Mt 13,8)
La reflexión: Un poco cayó en el camino, otro poco en terreno pedregoso, otro…
Propósito, durante el día: Dios mío, que no sea estéril mi vida, que dé fruto

Jueves (24)

San Francisco Solano, presbítero
Las palabras: “A vosotros se os ha dado conocer los secretos del Reino” (Mt 13,11)
La reflexión: Miran sin ver, escuchan sin oír ni entender
Propósito, durante el día: Dios mío, que mire con tus ojos, que palpite con tu corazón

Viernes (25)

Santiago, apóstol, patrón de España
Las palabras: “El Hijo del Hombre ha venido para servir y dar su vida“ (Mt 20,28)
La reflexión: La madre pidió para sus hijos los dos primeros puestos en el Reino
Propósito, durante el día: Dios mío, haz capaz a mi corazón para amar más y a más

Sábado (26)

San Joaquín y santa Ana, padres de la Virgen María
Las palabras: “Muchos desearon ver lo que veis y no lo vieron…” (Mt 13, 17)
La reflexión: ¡Dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen!
Propósito, durante el día: Haz Jesús mío que en todo te vea, que siempre te escuche

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

El domingo día 20 (16º del TO, ciclo A) nos lleva a considerar a Dios que es clemente y está atento a nuestras necesidades: “En el pecado, das lugar al arrepentimiento” (Sab 12), “El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad” (Rm 8), “No, que al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo” (Mt 13). Es ocasión para vivir la semana con un propósito de acción de gracias y de confianza porque Dios está con nosotros.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

“Esta parábola habla hoy a cada uno de nosotros, como hablaba a quienes escuchaban a Jesús hace dos mil años. Nos recuerda que nosotros somos el terreno donde el Señor arroja incansablemente la semilla de su Palabra y de su amor. ¿Con qué disposición la acogemos? Y podemos plantearnos la pregunta: ¿cómo es nuestro corazón? ¿A qué terreno se parece: a un camino, a un pedregal, a una zarza? Depende de nosotros convertirnos en terreno bueno sin espinas ni piedras, pero trabajado y cultivado con cuidado, a fin de que pueda dar buenos frutos para nosotros y para nuestros hermanos.

Y nos hará bien no olvidar que también nosotros somos sembradores. Dios siembra semilla buena, y también aquí podemos plantearnos la pregunta: ¿qué tipo de semilla sale de nuestro corazón y de nuestra boca? Nuestras palabras pueden hacer mucho bien y también mucho mal; pueden curar y pueden herir; pueden alentar y pueden deprimir. Recordadlo: lo que cuenta no es lo que entra, sino lo que sale de la boca y del corazón.” (Angelus, en la plaza de San Pedro, el día 13 de julio de 2014)


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