LO TRIBUTARIO

La planificación de inspecciones tributarias

Establece el artículo 116 LGT que la Administración elaborará anualmente un Plan de control tributario que tendrá carácter reservado, aunque se puedan hacer públicos los criterios generales que lo informen. En desarrollo de ese precepto legal, el artículo 170 RD 1065/2007 establece que cada Administración tributaria integrará en el Plan de control tributario, el plan o los planes parciales de inspección que se basarán en los criterios de: riesgo fiscal, oportunidad, aleatoriedad u otros que se estimen pertinentes. El plan o los planes de parciales de inspección recogerán los programas de actuación, ámbitos prioritarios y directrices que sirvan para seleccionar a aquellos “sobre” los que deban iniciarse actuaciones inspectoras en el año de que se trate. El plan o los planes parciales de inspección en curso pueden ser objeto de revisión, de oficio o a propuesta de los órganos territoriales. Los planes de inspección, los medios informáticos de tratamiento de la información y los demás sistemas de selección tendrán carácter reservado, no serán objeto de publicidad o comunicación ni se pondrán de manifiesto a los inspeccionados ni a órganos ajenos a la aplicación de los tributos. La determinación por el órgano competente para liquidar de quienes vayan a ser objeto de comprobación en ejecución del correspondiente plan tiene carácter de acto de mero trámite y no será susceptible de recurso o reclamación.

De los criterios generales del plan de control tributario dan noticia los medios de comunicación, aunque en su generalidad es una referencia absolutamente inútil. Tampoco es importante conocer los planes parciales y los programas de actuación para contrastar si la Administración se ajusta a los criterios señalados, puesto que se incluye la selección aleatoria y otros criterios pertinentes. En cambio, la asignación a un equipo o unidad de los contribuyentes que deben ser objeto de inspección es un aspecto relevante de la inspección puesto que el reglamento de aplicación de los tributos es una autorregulación que constituye acto propio de la Administración. La importancia de incorporar esta asignación al expediente se señaló por los Tribunales: Si se inspecciona por inclusión en un plan se debe indicar al inicio de las actuaciones y en otro caso, mediante orden escrita del inspector Jefe (TSJ Castilla y León 15-6-07). Si las actuaciones son aplicación de un plan específico se debe certificar al iniciarse y, si no es así, se debe acreditar la orden motivada del Inspector Jefe (TSJ Madrid 21-2-08). La Inspección está obligada a justificar y motivar por qué inspecciona a un contribuyente (TSJ Valencia 18-6-04, 23-12-04, 5-4-05, 20-10-05). Se anulan las actuaciones porque no se certificó la inclusión en plan que deja de ser reservado al iniciarse aquéllas ni se acreditó la orden escrita del Inspector Jefe que motivara la inclusión en aquél (TSJ Valencia 17-5-05, 25-5-05, 30-9-09). Sin carga en el plan escrita y razonada se anulan las actuaciones porque no cabe la existencia de un procedimiento sin que se de alguna de las causas que permiten su iniciación (TSJ Valencia 20-5-10)

Aunque esa tendencia ha perdido fuerza (TS 29.11.11, 3.07.12, 18.11.10, 30.09.10): Que en el expediente no conste la orden de inclusión en el plan no comporta invalidez salvo prueba de que la selección se realizó al margen de la normativa (TS 12-2-13). En determinados supuestos es admisible la iniciación de actuaciones sin inclusión en plan ni motivación al respecto (TS 28-2-13). Para evitar la indefensión parece obligado comunicar y motivar cómo ha sido seleccionado el contribuyente que se inspecciona.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

La actualidad tributaria permite traer aquí una noticia de los medios de comunicación sobre la tarea de la Agencia Estatal Tributaria para concienciar sobre el cumplimiento de las obligaciones tributarias. Para los mayores se utilizan muñequitos de plastilina que representan los servicios públicos, justicia, sanidad, enseñanza, cuyos gastos se sufragan con los impuestos. Para los niños hay exposiciones divulgativas en los centros de enseñanza. En breve reportaje televisado se veía a un señor que preguntaba a los escolares: “Preparáis una fiesta, acordáis que todos contribuiréis con diez euros; pero uno de vosotros dice que no los pagará y que irá a la fiesta. ¿Qué os parece?”. Seguramente, la secuencia entera completará satisfactoriamente la exposición, pero atendiendo a esa parte del reportaje, es de suponer que los contribuyentes adultos que la vieran, la completarían añadiendo: “No os preocupéis. Elegiréis a los más fuertes de entre vosotros y obligaréis a contribuir al que se negaba a hacerlo”. Y algunos ampliarían la conclusión: “Aunque sea pobre”.

En la Ciencia de la Hacienda se encuentra otra forma de exponer el asunto. Un barco naufraga y algunos de los supervivientes alcanzan una isla al parecer desierta. Al principio, cada uno se procura sustento y cobijo, pero alguno están heridos o son viejos y no pueden valerse (necesidad individual). La distinta fortuna o pericia lleva de forma natural al intercambio de cosas (necesidad recíproca). Otros, más fuertes, se aprovechan del trabajo de los demás sin hacer nada por su parte. Y se acuerda establecer normas de convivencia que van desde la resolución de conflictos o la defensa frente a peligros externos a la ayuda a los necesitados, por la ancianidad o la corta edad, por la enfermedad o las heridas (necesidad social). Entre todos designan un grupo de dirección y se contribuye a su mantenimiento y para que sus decisiones se cumplan. Ha nacido, rudimentariamente, la Hacienda Pública. Se vive un tiempo de paz y alegría.

Tiempo de Pascua de Resurrección. En el Evangelio leemos que María Magdalena, ante el sepulcro vacío, no conoció a Jesús y creyó que era el hortelano, hasta que la llamó por su nombre y se le arrebató el corazón (Jn 20, 15-16). Tampoco lo conocieron los discípulos que iban camino de Emaús porque sus ojos eran incapaces de reconocerle hasta que se les abrieron y le reconocieron al partir y bendecir el pan (Lc 24, 16 y 31). Cuando se apareció a los once en el Cenáculo, se llenaron de espanto y de miedo, pensando que veían un espíritu (Lc 24, 36). El apóstol Tomás fue más reacio, pero Jesús volvió a presentarse en medio de ellos. De esa visita son frases que se llevan en el corazón: “¡Señor mío y Dios mío”, “Porque me has visto has creído, bienaventurados los que sin haber visto han creído” (Jn 20, 28-29). Juan, el discípulo amado, nos da una lección doble: cuando corrió con Pedro y vieron el sepulcro vacío, aunque había llegado antes, entró después “vio y creyó” (Jn 20,8) y, en la pesca milagrosa, cuando desde la barca vieron a Jesús que les decía que echaran la red y la echaron capturando tanta pesca que no eran capaces de sacarla, le dijo a Pedro: “¡Es el Señor!” (Jn 21,7). Es el amor, la alegría que se desborda en los encuentros con Jesús.

Los cristianos que vivimos la fe estamos de celebración porque Jesús ha resucitado, lo hemos conocido, está con nosotros,. En estos días lo sentimos así especialmente, pero es una alegría para todo el año, para toda nuestra vida. Y esa cercanía de Dios con nosotros nos anima, nos da confianza, de modo que el amor del Amor que llena y rebosa el alma nos lleva a procurar ser mejores hijos de Dios y a repartir amor a todos: cercanos, alejados y desconocidos, amigos y los que no quieren serlo.

LA HOJA SEMANAL
(del 28 de abril al 3 de mayo)

Lunes (28)

Segunda semana de Pascua (san Pedro Chanel, presbítero y mártir)
Las palabras: “El que no nazca de nuevo no puede ver el Reino” (Jn 3,3)
La reflexión: El que no nazca del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios
Propósito, durante el día: Renacer: en ese detalle de amor, en ese fallo corregido

Martes (29)

Segunda semana de Pascua (santa Catalina de Siena, virgen y doctora de la Iglesia)
Las palabras: “Para que todo el que cree en él, tenga vida eterna” (Jn 3,15)
La reflexión: Los nacidos del Espíritu
Propósito, durante el día: Vivir el cielo en la vida ordinaria

Miércoles (30)

Segunda semana de Pascua (san Pío V, papa)
Las palabras: “Para que el mundo se salve” (Jn 3,18)
La reflexión: Los hombres prefirieron las tinieblas, porque sus obras eran malas
Propósito, durante el día: Procurar hacer bien lo que hay que hacer

Jueves (1)

Segunda semana de Pascua (san José, obrero)
Las palabras: “¿De dónde saca éste esa sabiduría y esos milagros? (Mt 13,55)
La reflexión: El hijo del artesano. El hijo de María. La vida oculta de Jesús
Propósito, durante el día: Ofrecer el trabajo diario, hacerlo con amor y dar amor

Viernes (2)

Segunda semana de Pascua (san Atanasio, obispo y doctor de la Iglesia)
Las palabras: “Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes...” (Jn 6,12)
La reflexión: Recogieron lo que sobró para que no se desperdiciara
Propósito, durante el día: Vivir en Dios la vida ordinaria, familiar, en el trabajo

Sábado (3)

Segunda semana de Pascua (santos Felipe y Santiago, apóstoles)
Las palabras: “Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré” (Jn 14,14)
La reflexión: Muéstranos al Padre y nos basta
Propósito, durante el día: Rezar el Padrenuestro con devoción

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del Domingo de la 2ª semana de Pascua, de “Quasi modo”, de la Divina Misericordia, nos hablan de la vida de la Iglesia naciente: “A diario acudían al templo todos unidos, celebraban la fracción del pan... alabando a Dios con alegría y de todo corazón” (Hech 2); “No habéis visto a Jesucristo y lo amáis; no lo veis y creéis en él; y os alegráis con un gozo inefable” (I P 1); “Dichosos los que crean sin haber visto” (Jn 20); el propósito semanal lleva a vivir la paz y la alegría de quienes por del don de la fe han conocido a Jesús resucitado y saben que Dios está con nosotros.


PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO


- “También para cada uno de nosotros hay una en el comienzo del camino con Jesús. tiene un significado bonito, significa para nosotros redescubrir nuestro bautismo como fuente viva, sacar energías nuevas de nuestra fe y de nuestra experiencia cristiana. Volver a Galilea significa sobre todo volver allí, a ese punto incandescente en que la gracia de Dios me tocó al comienzo del camino. Con esta chispa puedo encender el fuego para hoy, para cada día, y llevar calor y luz a mis hermanos y hermanas. Con esta chispa se enciende una alegría humilde, una alegría que no ofende el dolor y la desesperación, una alegría buena y serena” (Homilía en la misa de la vigilia pascual, en San Pedro, el día 19 de abril de 2014)


- “<¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?> (Lc 24,5). Esta pregunta nos hace superar la tentación de mirar hacia atrás, a lo que pasó ayer, y nos impulsa hacia delante, hacia el futuro. Jesús no está en el sepulcro, es el Resucitado. Él es el Viviente. Aquel que siempre renueva su cuerpo que es la Iglesia y le hace caminar atrayéndolo hacia Él. era la tumba de Jesús y la tumba de la Iglesia, el sepulcro de la verdad y de la justicia; es la resurrección perenne hacia la que nos impulsa el Espíritu Santo, donándonos la plena libertad.

Hoy se dirige también a nosotros este interrogativo. Tú, ¿por qué buscas entre los muertos al que vive, tú que te cierras en ti mismo después de un fracaso y tú que no tienes ya la fuerza para rezar? ¿Por qué buscas entre los muertos al que está vivo, tú que te sientes solo, abandonado por los amigos o tal vez también por Dios? ¿Por qué buscas entre los muertos al que está vivo, tú que has perdido la esperanza y tú que te sientes encarcelado por tus pecados? ¿Por qué buscas entre los muertos al que está vivo, tú que aspiras a la belleza, a la perfección espiritual, a la justicia, a la paz?” (Audiencia general, en la plaza de San Pedro, el día 23 de abril de 2014)

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