LO TRIBUTARIO

Las pruebas tributarias: confesión extrajudicial e interrogatorios

Antes de su supresión por la LEC, los artículos 1231 a 1239 del Código civil regulaban la confesión como medio de prueba. De aquellos preceptos se debe recordar que tanto para confesión judicial como para la extrajudicial su validez tenía como condición indispensable que recayera sobre hechos personales del confesante y que éste tuviera capacidad para hacerla. La confesión hace prueba contra su autor y el Código permitía su división contra el confesante cuando se refiriera a hechos diferentes o si una parte está probada por otros medios o cuando algún extremo fuera contraria a la naturaleza o a las leyes. La confesión perdía su eficacia probando que se incurrió en error de hecho. La LEC no regula la confesión, sino el interrogatorio de las partes (arts. 301 a 316)

En el ámbito tributario no han faltado pronunciamientos referidos a la confesión extrajudicial. En el recuerdo está la antigua sentencia que desató la polémica doctrinal: La declaración tributaria es confesión extrajudicial (A. Burgos 15-12-88). También está en el recuerdo algún pronunciamiento sobre las actas de inspección: La aceptación de los hechos en las actas de conformidad es confesión extrajudicial (TS 1-4-96); o: La conformidad en las actas es una confesión en documento público sobre los hechos que contienen (TS 18-10-96). Y, con más proximidad en el tiempo, no se puede olvidar la inquietante sentencia que llevó al extremo “la prueba de la prueba” en la consideración de las facturas: La factura tiene la presunción de la corrección del gasto, pero la factura fiscal es una combinación de actos jurídicos: declaración de voluntad, conocimiento de actos de hecho y de derecho, confesión extrajudicial, que admite prueba en contrario como la deducida de la exhaustiva investigación inspectora que demuestra que las facturas no responde a servicios reales y ciertos, sin que se haya probado lo contrario (TSJ Asturias 31-7-12). Pueden ser intentos vanos cuando se trata de señalar como confesión extrajudicial lo que en la ley ya está regulado como otro medio de prueba, como son los documentos privados (facturas y otros escritos internos o remitidos a terceros, declaraciones) o públicos (diligencias, actas)

Precisamente esa referencia a las diligencias permite traer a consideración los interrogatorios que, a veces, se pudieran producir durante un procedimiento tributario y que podrían llevar a considerarlos como confesión extrajudicial. Es un asunto delicado. Si se atiende a lo dispuesto en el artículo 29 LGT, las obligaciones formales de los administrados tributarios se refieren a documentos que se deben expedir, tener, presentar o aportar, como se confirmaría a la vista del artículo 70 LGT que regula los efectos de la prescripción en el cumplimiento de tales obligaciones. También se confirma esta consideración si se recuerda que no hay negligencia cuando se cumplen las obligaciones formales. Sólo quedaría por considerar la obligación de facilitar la práctica de inspecciones y comprobaciones y su infracción (art. 203 LGT). A estos efectos, el artículo 142.3 LGT establece que los administrados tributarios deben atender a la inspección y prestar la debida colaboración en el desarrollo de sus funciones. Pero se puede considerar que esa colaboración no exige someterse a un interrogatorio en los procedimientos tributario más allá de poder dar la explicaciones que se considere conveniente. La obligación es aportar lo que se debe llevar y conservar (TC 26-4-90) y, más allá, no cabe la exigencia a los imputados de infracción para que aporten los datos que les pueden inculpar, estando reconocido "el derecho a callar y a no contribuir a su propia incriminación” (TEDH 25-2-93, caso "Funke contra Francia")

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Los medios de comunicación siguen dando noticia del informe para reformar algunos preceptos de las leyes que regulan los impuestos y la próxima campaña para las elecciones de parlamentarios europeos se ha iniciado, de hecho, con reuniones políticas en las que lo tributario es uno de los asuntos que se comentan, en un sentido u otro. El Gobierno ya ha adelantado que no seguirá algunas de las propuestas del informe: la subida del tipo general del IVA, la eliminación de la deducción por adquisición de vivienda y la renta imputada por tenerla. Pero el pueblo llano sigue atento a lo que más le interesa: el paro. Y los tributaristas ancianos, ya sin faena, sentados al sol de primavera, siguen anclados en sus experiencias y esperanzas: los derechos y garantías de los contribuyentes.

Así surgió un día el asunto de la exigencia tributaria a unos por otros. Es preciso reformar la regulación de la responsabilidad tributaria y, lo que es más grave, la exigencia a unos de las sanciones por las infracciones de otro. Los más detallistas recordaban el artículo 46.6 LGT: cuando concurran varios titulares en una misma obligación se presumirá otorgada la representación a cualquiera de ellos, salvo que se pruebe que la tiene otro. O el artículo 30.2 LGT: en la sucesión de personas físicas, las actuaciones se entenderán con cualquiera de ellos, sin perjuicio de que la liquidación se notifique a todos. E igual en la sucesión de sociedades (art. 40.2 LGT). Lo que puede llevar a que se elija que las actuaciones se sigan, “primero”, cerca del que tiene recursos para pagar. Otros recordaban hechos antiguos cuando en un encuentro oficioso para evitar una situación grave dijo uno: “Mi jefe me ha dicho que arreglemos esto”. A lo que contestó otro: “Mis muchachos sólo piden acabar con tal persona”. Casi una frase evangélica: “Conviene que uno muera” (Jn 11,50). En aquella lejana ocasión, el señalado murió para la fama, para la política, para el mundo, pero Dios, por medio de su ángel, el querido “Eugenio” que lo guardaba desde niño, le salvó de padecer, lo que no evitó a su Hijo que sufrió la angustia en Getsemani y que exclamó en la Cruz: “Dios mío, Dios mío, por qué me has desamparado” (Mt 27,46; Mc 15,34)

Tiempo de Cuaresma. Tiempo de vivir la Pasión y Muerte de Jesús para alcanzar la alegría de la Pascua de Resurrección. “Si eres Simón Cireneo, coge tu cruz y sigue a Cristo. Si estás crucificado con él como un ladrón, como el buen ladrón, confía en tu Dios. Si por ti y por tus pecados Cristo fue tratado como un malhechor, lo fue para que tú llegaras a ser justo. Adora al que por ti fue crucificado, e, incluso si estás crucificado por tu culpa, saca provecho de tu mismo pecado y compra con la muerte tu salvación. Entra en el paraíso con Jesús y descubre de qué bienes te habías privado. Contempla la hermosura de aquel lugar y deja que, fuera, quede muerto el murmurador con sus blasfemias. Si eres José de Arimatea, reclama el cuerpo del Señor a quien lo crucificó, y haz tuya la expiación del mundo. Si eres Nicodemo, el que de noche adoraba a Dios, ven a enterrar el cuerpo, y úngelo con ungüentos. Si eres una de las dos Marías, o Salomé, o Juana, llora desde el amanecer, procura ser el primero en ver la piedra quitada, y verás también quizá a los ángeles o incluso al mismo Jesús.” (“Sermones”, san Gregorio Nacianceno)

“No os preocupéis por el mañana, porque el mañana traerá su propia preocupación. A cada día le basta su contrariedad” (Mt 6,33). El cristiano que ha acogido el don de la fe y que la vive aprovecha cada día para buscar a Cristo, para encontrarlo y amarle más y más, sin descanso y sin cansancio, y para derramar amor para todos, amigos o no.

LA HOJA SEMANAL
(día 31 de marzo a 5 de abril de 2014)

Lunes (31)

Santa Balbina, virgen (4ª semana de Cuaresma)
Las palabras: “Creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino” (Jn 4,50)
La reflexión: El segundo milagro en Galilea. Y creyó él y toda su familia
Propósito, durante el día: Testimonio de fe y amor con los más próximos

Martes (1)

San Hugo, obispo (4ª Semana de Cuaresma)
Las palabras: “Señor, no tengo a nadie” (Jn 5,7)
La reflexión: La piscina Betzata. El enfermo que no podía llegar para curarse
Propósito, durante el día: Seguir a Jesús en la ayuda a quien lo necesite

Miércoles (2)

San Francisco de Paula, ermitaño (4ª semana de Cuaresma)
Las palabras: “Mi Padre sigue actuando y yo también actúo” (Jn 5,17)
La reflexión: Por eso los judíos tenían más ganas de matarlo
Propósito, durante el día: Vivir con alegría nuestra filiación divina

Jueves (3)

San Ricardo, obispo (4ª semana de Cuaresma)
Las palabras: “Si digo esto es para que os salvéis” (Jn 5,34)
La reflexión: El Padre da testimonio de mí, dijo Jesús
Propósito, durante el día: Actos de fe, de adoración, de acción de gracias

Viernes (4)

San Víctor, obispo y mártir (4ª semana de Cuaresma)
Las palabras: “Todavía no había llegado su hora” (Jn 7,30)
La reflexión: La prudencia de Jesús
Propósito, durante el día: Hablar, preguntar, a Jesús. Confiar en Él

Sábado (5)

San Vicente Ferrer, presbítero (4ª semana de Cuaresma)
Las palabras: Dijeron: “Jamás ha hablado nadie como este hombre” (Jn 7,46)
La reflexión: Querían prenderlo. Intervención del fariseo Nicodemo
Propósito, durante el día: Releer, meditar, vivir las palabras de Jesús

(la reflexión y el propósito, claro, los fija cada uno)

El domingo de la 4ª Semana se conoce como domingo “Laetare” (como en Adviento, se conoce un domingo “Gaudete”) atendiendo a la primera palabra de la antífona de entrada: “Alégrate”. Las lecturas nos recuerdan la elección de David como rey (I Sam 16); las palabras de san Pablo: Caminad como hijos de la luz (Ef 5); y la curación del ciego de nacimiento (Jn 9). Dios está con nosotros, nos guía, nos salva. Durante la semana podemos confortar el ánimo apenado por la Pasión y Muerte de Jesús pensando en la alegría de la Resurrección: Vamos a estar con Él para siempre. ¡Para siempre!

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

“En este Evangelio hallamos también nosotros el estímulo para , símbolo de todo lo que aparentemente es importante, pero que pierde valor ante el . ¡Todos tenemos uno o más de uno! Yo os pregunto a vosotros, también a mí: ¿cuál es tu cántaro interior, ese que te pesa, el que aleja de Dios? Dejémoslo un poco aparte y con el corazón escuchemos la voz de Jesús, que nos ofrece otra agua, otra agua que nos acerca al Señor. Estamos llamados a redescubrir la importancia y el sentido de nuestra vida cristiana, iniciada en el bautismo y, como la samaritana, a dar testimonio a nuestros hermanos. ¿De qué? De la alegría. Testimoniar la alegría del encuentro con Jesús, porque he dicho que todo encuentro con Jesús nos llena de alegría, esa alegría que viene de dentro. Así es el Señor. Y contar cuántas cosas maravillosas sabe hacer el Señor en nuestro corazón, cuando tenemos el valor de dejar aparte nuestro cántaro.” (Ángelus, en la plaza de San Pedro, día 23 de marzo de 2014)

“Es verdad, en efecto, que incluso en el sufrimiento nadie está jamás sólo, porque Dios en su amor misericordioso al hombre y al mundo abraza también las situaciones más inhumanas, en las que la imagen del Creador presente en cada persona aparece ofuscada o desfigurada. Así fue para Jesús en su Pasión. En Él todo dolor humano, toda angustia, todo sufrimiento fue asumido por amor, por la pura voluntad de estar cerca de nosotros. Y aquí, en la Pasión de Jesús, está la mayor escuela para todo el que quiera dedicarse al servicio de los hermanos enfermos y sufrientes.” (Audiencia a los participantes en la plenaria del Consejo pontificio para la pastoral de la salud, en la sala Clementina, día 24 de marzo de 2014)

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