Responsables tributarios
Los sujetos pasivos, sean contribuyentes o sustitutos del contribuyente, están obligados al pago del tributo que les corresponde. Pero la ley señala otras personas a las que se puede dirigir la Administración para exigir ese pago ya sea de forma solidaria con el obligado a hacerlo o de forma subsidiaria. En este sentido, también los responsables son obligados tributarios.
Los artículos 41 a 43 LGT regulan la responsabilidad tributaria y los artículos 174 a 176 regulan el procedimiento para exigirla. En general, salvo los casos en que la ley señale otra cosa, la responsabilidad es subsidiaria, de modo que sólo se exige cuando el deudor principal haya sido declarado fallido. El contenido de la deuda exigible es la totalidad de la deuda tributaria incluyendo, en su caso, intereses de demora y recargos. En cambio, salvo que se disponga otra cosa, lo que ocurre en muchos casos, no alcanza a las sanciones que se hubieran impuesto al deudor principal. También salvo que la ley disponga otra cosa, la exigencia al responsable se debe hacer mediante un acto de derivación que se dicta después de un trámite de audiencia y sin perjuicio de la adopción de medidas cautelares para asegurar el cobro. El responsable tiene derecho de reembolso frente al deudor principal según lo dispuesto en la legislación civil.
Son responsables solidarios: los que sean causantes o colaboren activamente en la realización de una infracción tributaria; los partícipes en entidades sin personalidad en proporción a su participación; los que suceden en la actividad del deudor principal salvo cuando se haya obtenido previamente certificación de las deudas tributarias de dicho deudor; y los que obstaculicen la recaudación. Son responsables subsidiarios: los administradores de hecho o de derecho de personas jurídicas, hayan cesado o no éstas en su actividad; los integrantes en la administración concursal y los liquidadores de entidades; los adquirentes de bienes afectos al pago de la deuda tributaria; los agentes y comisionistas de aduanas que actúen en nombre y por cuenta de sus comitentes; los contratistas y subcontratistas, por las cantidades que se hubiesen debido repercutir o retener, salvo obtención de certificado de que encontrarse al corriente de sus obligaciones tributarias; las personas o entidades que tengan el control efectivo de las personas jurídicas creadas o utilizadas de forma abusiva o fraudulenta y también las personas o entidades, así creadas o utilizadas, en las que los obligados tributarios tengan el control efectivo. Por ley se pueden establecer otros casos de responsabilidad.
En la regulación de la responsabilidad tributaria hay muchos aspectos jurídicamente discutibles. Sin duda, por afectar al principio de personalidad de la pena, el más relevante se refiere a la derivación de sanciones a quien no cometió las infracciones. Ninguna de las justificaciones jurídicas de la sanción (castigo, disuasión) se producen en la derivación. La reducción de la sanción que se impuso al deudor por pago del responsable (Ley 7/2012) cuando se le deriva, lo confirma. Como anomalía jurídica, también es discutible que si el responsable impugna la liquidación que originó la deuda que se le ha derivado y se estima su pretensión, se establezca que la resolución sólo surte efectos para él, sin que se pueda revisar la liquidación si adquirió firmeza, en cuanto que, precisamente, parece un caso de los que permiten revisar actos firmes. Y también es discutible el tiempo de duración de las actuaciones (art. 104.1 LGT) cuando la derivación se produce en el procedimiento de apremio.
Noticia tributaria
El RD-L 1/2014, de 24 de enero (BOE, día 25), de reforma en materia de infraestructuras y transporte y otras medidas económicas, ha introducido las siguientes modificaciones:
IS
Se modifica la DA 14ª LIS: “Desde 1 de enero de 2012 y hasta 31 de diciembre de 2014”, el porcentaje de retención del 19% (art. 140.6.a) LIS) se eleva al 21%
IVA
- Se modifica el art. 91.1 LIVA: Se añaden los números 4 y 5: ... 4. Tributan al 10% las importaciones de objetos de arte, antigüedades y objetos de colección, cualquiera que sea el importador, y las entregas de objetos de arte realizadas por: 1º sus autores o causahabientes; 2º empresarios o profesionales distintos de los revendedores de objetos de arte (art. 136 LIVA), cuando tengan derecho a deducir íntegramente el impuesto soportado o satisfecho en la adquisición o importación del mismo bien. 5 Las adquisiciones intracomunitarias de objetos de arte cuando el proveedor de los mismos sea cualquiera de las personas antes señaladas.
- Se modifica el art. 135.1.3º LIVA: Se aplica el régimen especial de bienes usados, antigüedades, objetos de arte y objetos de colección a las entregas de los objetos de arte adquiridos por empresarios o profesionales en operación a las que se aplica el tipo reducido del 10% según el art. 91.1.4 y 5 LIVA
DE LO HUMANO A LO DIVINO
Al menos hace muchos años, se produjo el éxito de las revistas “magacines” que permitían distraer la imaginación y tener noticia elemental y breve de asuntos varios. En una de esas publicaciones se pudo incluir una encuesta-cuestionario sobre las reacciones de las personas ante la llegada de un sobre con membrete de la Oficina de Tributos. Se presentaban como alternativas: a) se deja el sobre cerrado para leer la comunicación otro día; b) se sufre un ataque de inquietud y ansiedad que obliga a ir al psicoterapeuta; c) se lleva con mucho cuidado al despacho del asesor fiscal para que la lea, reflexiones y aconseje; d) se piensa lo peor en sus distintos grados (se cometió un error, se olvidó declarar algo; quizá se impute un fraude; en todo caso, habrá que pagar una cantidad adicional); e) se abre tranquilamente el sobre y se lee la comunicación porque está seguro de sí mismo. Y la encuesta-cuestionario avisaba: si la reacción es la primera, casi con seguridad, se pasará un plazo, con fatales consecuencias.
Con ese recuerdo, muchos cristianos traerán de la memoria el de la parábola del sembrador (Mt 13, 3-23; Mc 4, 1-20; Lc 8, 4-15): salió un sembrador a sembrar y al echar la semilla, parte cayó junto al camino y vinieron los pájaros y se la comieron; otra parte cayó en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra y brotó pronto por no ser hondo el suelo, pero al salir el sol, se agostó y se secó porque no tenía raíz; otra parte cayó entre espinos, crecieron los espinos y la ahogaron; otra, en cambio, cayó en buena tierra y comenzó a dar fruto, una parte el ciento, otra el sesenta y otra el treinta. Cuando los discípulo pidieron a Jesús que explicara la parábola, lo hizo y se puede comprender así: lo sembrado en el camino se refiere a la Palabra que se oye y no se entiende y viene el Maligno y arrebata lo que había llegado al corazón; lo sembrado en terreno pedregoso se refiere a la Palabra que se oye y, al momento, se recibe con alegría, pero se es inconstante y al venir la tribulación o persecución por causa de la Palabra, enseguida se tropieza y se cae; lo sembrado entre espinos se refiere a la Palabra que se oye, pero las preocupaciones de este mundo y la seducción de las riquezas la ahogan y queda estéril; y lo sembrado en buena tierra se refiere a la Palabra que se oye y se entiende y fructifica y da fruto más o menos abundante.
A cada uno nos corresponde examinar cómo acogemos las palabras que dirige Dios a nuestra alma. Son palabras que podemos escuchar ante la realidad del mundo en que vivimos, que Dios ha creado y que puede llamar nuestra atención: desde el cielo y el mar a los animales grandes o pequeños; y las personas de las que tenemos noticia o que conocemos o con las que convivimos, desde el niño recién nacido que cogemos en brazos al anciano que nos aconseja o que calla; el trabajo de cada día, en el cansancio y en el descanso, en los buenos y en los momentos no tan buenos; en la noticia del periódico, en el libro que estudiamos o leemos para distraernos o informarnos; en nuestras incursiones informáticas; en la homilía de la misa, en la predicación de un sacerdote; en nuestro diálogo con Dios ante el Sagrario que, quizá, hemos empezado diciendo “Creo que estás aquí, que me ves, que me oyes” y con el que hemos dejado en el Corazón de Cristo nuestras alegrías y nuestras preocupaciones, nuestros deseos y nuestras inquietudes. “Mira cómo estoy; mira lo que me pasa”. Y sabemos que Dios nos atiende y que hace suyas nuestras cosas, porque es el Amor.
Dios en todo y en todos. Las “parábolas del Reino”, recuerdan la progresión evangélica: El reino de Dios está cerca. El Reino de Dios ha llegado. El Reino de Dios está dentro de nosotros. Es el amor del Amor, el amor en el Amor, el amar porque Él nos ama.
LA HOJA SEMANAL
(del 27 de enero al 1 de febrero de 2014)
Lunes (27)
Santa Ángela de Mérici, virgen
Las palabras: “Todo se les podrá perdonar a los hombres” (Mc 3,28)
La reflexión: Pero no se perdona el pecado contra Espíritu Santo, contra la esperanza
Propósito, durante el día: Vivir la fe como amor en la esperanza. Dios es amor.
Martes (28)
Santo Tomás de Aquino O.P., presbítero y doctor de la Iglesia
Las palabras: “El que cumple la voluntad de Dios ése es mi hermano” (Mc 3,35)
La reflexión: Tu madre y tus hermanos están fuera y te buscan...
Propósito, durante el día: ¿Dios mío, tú lo quieres?, pues yo también.
Miércoles (29)
San Sulpicio, obispo
Las palabras: “Escuchan la palabra, la aceptan y dan fruto” (Mc 4,20)
La reflexión: La parábola del sembrador. Acoger las llamadas de Dios
Propósito, durante el día: Contarle todo a Dios, dar gracias, rectificar la intención
Jueves (30)
San Félix, papa
Las palabras: “La medida que uséis la usarán con vosotros” (Mc 4,24)
La reflexión: Dios justo. Dios misericordioso. Dios Amor.
Propósito, durante el día: Amabilidad: ver a Cristo en todo y en todos.
Viernes (31)
San Juan Bosco, presbítero, confesor y fundador
Las palabras: “La semilla germina y va creciendo” (Mc 4,27)
La reflexión: Crecer desde dentro. Crecer. Dar fruto
Propósito, durante el día: Oración frecuente. Mortificaciones, aún las pequeñas
Sábado (1)
Santa Brígida, virgen
Las palabras: “Él estaba a popa, dormido sobre un almohadón” (Mc 4,38)
La reflexión: ¿No te importa que nos hundimos?. Vino una gran calma
Propósito, durante el día: Aunque parezca que duermes, sé que me estás cuidando
(La reflexión y el propósito, claro, los decide cada uno)
Las lecturas del domingo (3º T.O., ciclo A) nos lleva al propósito semanal de vivir la alegría por la luz de la fe (“aumentaste el gozo”, Isaías), que nos une en la Iglesia (“no andéis divididos”, 1ª Corintios) y nos llama a la conversión (“está cerca el reino de los cielos”, Mt 4). El Niño Jesús nos mira con sus preciosos ojos, sonríe; no podemos dejar de mirarlo, de decirle palabras de cariño. ¡Cómo no hacer lo que sabemos que le gusta!
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
“¿Qué significa para la Iglesia, para nosotros, hoy, ser discípulos de Jesús Cordero de Dios? Significa poner en el sitio de la malicia, la inocencia; en el lugar de la fuerza, el amor; en el lugar de la soberbia, la humildad; en el lugar del prestigio, el servicio. Es un buen trabajo. Nosotros, cristianos, debemos hacer esto: poner en el lugar de la malicia, la inocencia; en el lugar de la fuerza, el amor; en el lugar de la soberbia, la humildad; en el lugar del prestigio, el servicio. Ser discípulo del Cordero no significa vivir como una
“Que la imagen del buen samaritano que venda las heridas del hombre apaleado, versando sobre ellas aceite y vino, nos sirva como guía. Que nuestra comunicación sea aceite perfumado para el dolor y vino bueno para la alegría. Que nuestra luminosidad no provenga de trucos o efectos especiales, sino del hacernos prójimo, con amor y con ternura, de quien encontramos herido en el camino. No tengan miedo de hacerse ciudadanos del mundo digital. El interés y la presencia de la Iglesia en el mundo de la comunicación son importantes para dialogar con el hombre de hoy y llevarlo al encuentro con Cristo: una Iglesia que acompaña en el camino sabe ponerse en camino con todos. En este contexto, la revolución de los medios de comunicación y de la información constituye un desafío grande y apasionante que requiere energías renovadas y una imaginación nueva para transmitir a los demás la belleza de Dios” (Mensaje para la jornada mundial de las comunicaciones; en el Vaticano, 24 de enero de 2014, fiesta de san Francisco de Sales)
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