LO TRIBUTARIO (nº 401)

Conocer el IVA (6): adquisiciones intracomunitarias de bienes

La Ley 42/1994, con vigencia desde 1 de enero de 1995, introdujo en la ley del IVA un nuevo hecho imponible a añadir, separadamente, a los dos anteriores: entregas y servicios e importaciones. Para comprender fácilmente esta novedad es suficiente recordar que en la Unión Europea no hay fronteras ni, por tanto, exportaciones ni importaciones (que se producen sólo en el comercio con otros Estados y con control aduanero en las fronteras). Desde ese elemental punto de partida las adquisiciones intracomunitarias en la UE son como las importaciones desde fuera de la UE; y, como en las importaciones, tributa la adquisición y el adquirente, a diferencia de las entregas y servicios en los que tributa la entrega y el transmitente (salvo que proceda la “inversión del sujeto pasivo, art. 84 LIVA).

El artículo 13 LIVA regula las operaciones en las que se produce el hecho imponible: se trata de adquisiciones de bienes, a título oneroso, por empresarios o profesionales o por personas jurídicas que no actúen así cuando el transmitente lo sea y también las adquisiciones de medios de transporte nuevos, a título oneroso, por quien no tenga la condición de empresario o profesional o se una de las personas que realizan adquisiciones intracomunitarias no sujetas (art. 14, 1 y 2 LIVA).

Y, como ocurre con las entregas y servicios, en las adquisiciones intracomunitarias el hecho imponible (la sujeción al impuesto) se delimita: positivamente, con una definición legal (art. 15 LIVA) que añade concreciones, como son que se trate de bienes muebles corporales o que se expidan o transporten al territorio de aplicación del IVA, con destino al adquirente desde otro Estado miembro, por el mismo transmitente o por otro en nombre y por cuenta del adquirente o del transmitente; y negativamente, ya sea como excepciones al regular el hecho imponible (art. 13 LIVA), ya sea por incurrir en uno de los casos regulados en un precepto específico dedicado a las adquisiciones intracomunitarias no sujetas (art. 13 LIVA). Y también se regulan operaciones asimiladas a las adquisiciones intracomunitarias (art. 16 LIVA) por referencia, entre otros supuestos, a la afectación a la actividad empresarial o profesional de un bien propio procedente de otro Estado miembro en el que se haya obtenido, trasformado o adquirido.

El artículo 26 LIVA, como ocurre con las entregas y servicios en los artículos 20 a 25 LIVA, regula las adquisiciones intracomunitarias exentas, con la pretendida asimilación a entregas y servicios no sujetas o sujetas y exentas o a importaciones exentas, o si se cumplen los requisitos que la ley establece. Los artículos 71 y 72 LIVA regulan la localización del hecho imponible (para las entregas y servicios la regulación está en los artículos 68 a 70 LIVA); y el devengo del impuesto (cuándo nace la obligación de tributar) se regula en el artículo 76 LIVA: cuando se consideren efectuadas las adquisiciones, en general y salvo en pagos anticipados, con los criterios establecidos (art. 75 LIVA) para el devengo en las entregas y servicios). La base imponible de las adquisiciones intracomunitarias se regula en el artículo 82 LIVA, siguiendo también lo establecido para entregas y servicios (arts. 78 a 81 LIVA). Los sujetos pasivos se regulan en el artículo 85 LIVA. Y los tipos de gravamen (art. 90 y 91 LIVA) no son diferentes para los distintos hechos imponibles.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Parece una generosidad interesada que se considere una posible quita en pasivos territoriales a cargo de la economía general. No es: “Hacienda somos todos” -como si los contribuyentes, hoy obligados, fueran cosas-, sino que “la Hacienda es de todos” y la Administración la administra.

El cristiano aprovecha todas las ocasiones para encontrar caminos que llevan a Cristo, para poner señales que facilitan el recuerdo frecuente, permanente, de Dios. La liturgia de los domingos, a selección de las lecturas, es uno de esos indicadores y es un provechoso ejercicio espiritual dedicar un tiempo a la consideración de esos textos.

- “Habló Job diciendo: El hombre está en la tierra cumpliendo un servicio, sus días son los de un jornalero; como el esclavo, suspira por la sombra, como el jornalero, aguarda el salario. Mi herencia son meses baldíos, me asignan noches de fatiga; al costarme pienso: ¿Cuándo me levantaré? Se alarga la noche y me harto de dar vueltas hasta el alba. Mis días corren más que la lanzadera, y se consumen sin esperanza. Recuerda que mi vida es un soplo, y que mis ojos no verán más la dicha.” (Job 7, 2-4. 6-7)

Posiblemente sea preciso haber llegado a cierta edad para reconocer en esas palabras algunas de las reflexiones que nos hacemos, ante la carga de trabajo que hemos de soportar; ante los problemas personales, familiares, que hemos de afrontar; ante las dificultades económica, de salud, que hemos de superar; en momentos de abatimiento, de cansancio, cuando no vemos el horizonte ni luz; al caer en la cuenta de lo rápido que pasa el tiempo, y a más edad, más velocidad, perdida la capacidad de sorpresa, dominados los días y las horas por el “todos los días igual”. Ante la sospecha de la muerte, ante el dolor, el fracaso, la traición o el abandono del amigo, el inevitable alejamiento de los hijos, los deseos ilusionados que no se cumplen.

- “Me he hecho débil con los débiles, para ganar a los débiles; me he hecho todo a todos, para ganar, sea como sea, a algunos. Y hago todo esto por el Evangelio, para participar yo también de sus bienes” (1 Co 9, 22-23).

San Pablo recuerda a los de Corinto que predica porque se le ha encargado ese oficio, de modo que: ¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio! Al que está agobiado por las contrariedades de la vida, se le señala un camino por el que podrá andar con menos dificultad, con más ánimo: cuando sienta que Dios le ha señalado como misión a cumplir en los días de su vida, dejarse amar por el Amor y dar amor. “Pon amor donde no hay amor y sacarás amor” (S. Juan de la Cruz, carta a M. María de la Encarnación).

- “En aquel tiempo, al salir Jesús y sus discípulos de la sinagoga, con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre… Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados… Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó a muchos demonios… Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron y al encontrarlo, le dijeron: - Todo el mundo te busca. Él respondió: Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas para predicar allí también” (Mc 1, 29-39). Un día ordinario de Jesús.

Y la esperanza: “Él sana los corazones destrozados, venda sus heridas” (salmo 147.3)

LA HOJA SEMANAL
(del 12 al 17 de febrero)

Lunes (12)

San Melecio de Antioquía, obispo (6ª TO)
Palabras: “Se pusieron a discutir con Jesús” (Mc 8,11)
Reflexión: Jesús dio un profundo suspiro… los dejó y se fue a la otra orilla
Propósito, durante el día: Hágase tu voluntad. ¿Tú lo quieres? Pues yo también

Martes (13)

San Esteban de Rieti, obispo (6ª TO)
Palabras: “Tened cuidado con la levadura de los fariseos” (Mc 8,15)
Reflexión: Los discípulos no lo entendieron y pensaban en el pan
Propósito, durante el día: Espíritu Santo, Dios, aconséjame, enséñame cómo ser

Miércoles (14)

De Ceniza (ayuno y abstinencia; santos Cirilo y Metodio, patronos de Europa)
Palabras: “Que tu ayuno no lo note la gente … (Mt 6,18)
Reflexión: … sino tu Padre, que ve en lo escondido… te recompensará”
Propósito, durante el día: Unido a la Pasión de Jesús, desde la subida a Jerusalén

Jueves (15)

Después de Ceniza (san Claudio La Colombière S.I., presbítero)
Palabras: “El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo… (Lc 9,23)
Reflexión: cargue con su cruz cada día y se venga conmigo”
Propósito, durante el día: Camino de la Pasión. Evitar que estorbe el “yo”

Viernes (16)

Después de Ceniza (santa Juliana, mártir)
Palabras: “Llegará un día en que se lleven al novio y entonces ayunarán” (Mt 9,15)
Reflexión: Camino de la Pasión. Sentir con los sentimientos de Cristo
Propósito, durante el día: Amar la Cruz, abrazar la cruz. “Per crucem ad lucem”

Sábado (17)

Después de Ceniza (los Siete Santos Fundadores, servitas)
Palabras: “Y le dijo: -Sígueme. Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió” (Lc 5,27-28)
Reflexión: Vocación de Mateo. Llamadas que me hace Dios: atención y devoción
Propósito, durante el día: Fiat! Madre, que se haga la voluntad de Dios

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 11, domingo (6º TO; ciclo B; 2º de san José; Nª Sª Lourdes) nos advierten de la lepra del pecado y nos llaman al arrepentimiento: “Vivirá solo y tendrá morada fuera del campamento” (Lv 13); “no buscando mi propio bien, sino el de la mayoría” (1 Co 11); “Sintiendo lástima, extendió la mano, y lo tocó, diciendo: - Quiero, queda limpio” (Mc 1). Con la Cuaresma ya inmediata, es tiempo de acomodar el paso al de Jesús que camina hacia la Pasión. Desembarazados del yo, seremos todo de Cristo.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “Por tanto, en la misa no leemos el Evangelio para saber cómo fueron las cosas, sino que escuchamos el Evangelio para tomar conciencia de lo que Jesús hizo y dijo una vez; y esa Palabra está viva, la Palabra de Jesús que está en el Evangelio está viva y llega a mi corazón. Por esto, escuchar el Evangelio es tan importante, con el corazón abierto, porque es Palabra viva. Escribe san Agustín que “la boca de Cristo es el Evangelio. Él reina en el cielo, pero no cesa de hablar en la tierra”. Si es verdad que en la liturgia “Cristo anuncia todavía el Evangelio”, como consecuencia, participando en la misa, debemos darle una respuesta. Nosotros escuchamos el Evangelio y debemos dar una respuesta en nuestra vida.

Para hacer llegar su mensaje, Cristo se sirve también de la palabra del sacerdote que, después del Evangelio, da la homilía. Recomendada vivamente por el Concilio Vaticano II como parte de la misma liturgia, la homilía no es un discurso de circunstancia —ni una catequesis como esta que estoy haciendo ahora—, ni una conferencia, ni una clase, la homilía es otra cosa. ¿Qué es la homilía? Es “retomar ese diálogo que ya está entablado entre el Señor y su pueblo”, para que encuentre realización en la vida. ¡La auténtica exégesis del Evangelio es nuestra vida santa! La palabra del Señor termina su recorrido haciéndose carne en nosotros, traduciéndose en obras, como sucedió en María y en los santos. Recordad lo que dije la última vez, la Palabra del Señor entra por las orejas, llega al corazón y va a las manos, a las buenas obras. Y también la homilía sigue la Palabra del Señor y hace también este recorrido para ayudarnos para que la Palabra del Señor llegue a las manos, pasando por el corazón.” (Audiencia general, día 7 de febrero de 2018)

(11.02.18)

No hay comentarios:

Publicar un comentario