LO TRIBUTARIO

IRPF (8): la liquidación del impuesto

“Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica...” (art. 31 CE). Si la suma de rendimientos, ganancias e imputaciones es la manifestación de la “capacidad económica para contribuir” por la renta ganada durante el período impositivo, el importe de la contribución que cada uno debe hacer es el resultado del tratamiento que la ley del impuesto regula.

El primer ajuste fiscal consiste en distinguir entre la renta general y la renta del ahorro (arts. 44 a 49). Se trata de una peculiaridad sin fundamento: primero, por lo que considera “ahorro” (desde las cuentas a la vista a las ganancias obtenidas en operaciones especulativas de compra y venta tiempos próximos); segundo, por lo que excluye (la renta de acciones es de ahorro, la renta del arrendamiento inmobiliario no); tercero, porque, determinando esa desagregación una tributación diferente, es injusta; y cuarto, porque la protección fiscal de la renta del ahorro no sólo es un concepto obsoleto, sino injustificado cuando se une a la protección fiscal de la renta del trabajo o de la renta empresarial que, precisamente, llevó hace siglos a gravar más la renta del capital (ahorro) y que ahora lleva a establecer reducciones en los rendimientos del trabajo y en los de actividad. De modo que, atendiendo al conjunto de tratamientos, todo se reduce a una apariencia que oculta la incoherencia.

Determinadas la base imponible general y la del ahorro, las correspondientes bases liquidables (art. 50 LIRPF) se obtienen restando, en el orden que establece la ley, las reducciones por aportaciones a sistemas de previsión social y a patrimonios protegidos y por pago de pensiones compensatorias (arts. 51 a 55 LIRPF). Esta última reducción, al ser por pagos obligatorios, está justificada; las aportaciones a la previsión social lo están como reconocimiento de que las pensiones son muy bajas, pero entrañan injusticia en cuanto que sólo se aplican a quien alcanza una capacidad de ahorro y en cuanto que al afectar al tipo marginal favorecen a las rentas altas. Pero lo que no tiene justificación es la reducción por pago de cuotas a partidos políticos (art. 61 bis LIRPF) que la Ley 26/2014 ha convertido en deducción (nuevo art. 68.3 LIRPF).Y aún hay que ajustar más esa renta ganada, porque la ley establece un tratamiento especial para los mínimos (arts. 56 a 61 LIRPF) del contribuyente, por descendientes, por ascendientes y por discapacidad. En 1998, con todo fundamento, se consideraron renta no sujeta porque siendo mínimos de supervivencia, no podían quedar sujetos gravamen. Una técnica errónea llevó en 2006 a convertir ese tratamiento en una “exención con progresividad” (art. 63 y 74 LIRPF), de modo que los mínimos se computan para determinar el tipo de gravamen y, luego, se resta la cuota que correspondería al importe de aquellos mínimos.

La tributación es diversa: según se trate de renta general (art. 63) o del ahorro (art. 66); y según la comunidad autónoma en que resida el contribuyente (arts. 71 a 78 LIRPF). Aplicando los tipos de gravamen a las bases liquidables se obtiene la cuota íntegra; y restando las deducciones (arts. 67 a 70), en las que se producen diferencias territoriales según la comunidad autónoma de residencia, resulta la cuota líquida estatal y autonómica. No acaba ahí la liquidación, de la cuota líquida se resta (arts. 79 a 81 LIRPF) la deducción por doble imposición internacional, por obtención de rentas del trabajo, por maternidad y por los pagos a cuenta (retenciones, ingresos a cuenta, pagos fraccionados). Así resulta la cuota diferencial, a ingresar o a devolver.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Ya se formaron los ayuntamientos, ya se han constituido los órganos de las comunidades autónomas. Hasta la próxima, que no está lejos. Para entonces ya se podrá disponer de la experiencia de cómo se comportan las nuevas ideologías. No hay que esperar hasta entonces para haber sacado la primera lección: si en la anterior legislatura unos no cumplieron cuando ganaron aquello a lo que antes se habían comprometido; en la legislatura que empieza, otros han abandonado antes sus programas con tal de tener un poquito de poder. Es la confirmación de los riesgos de la política como medio de vida, como profesión. Y aún no se sabe que pasó con la filtración de la declaración del IRPF de una candidata. Tampoco se sabe, aunque es fácil de adivinar, qué ocurrirá con los que han exigido la exclusión, o han excluido, de personas que han sido llamados a declarar como imputados en diligencias penales, si al tiempo de concretar las acusaciones, o antes, resulta que no hay reproche contra ellos. Más que de dignidad es un asunto de justicia que se declare incapaces y peligrosos para la política y para cualquier empleo público a los que actuaron con tanto rigor sin fundamento.

Al cerrarse ese paréntesis ha vuelto las noticias fiscales. Una de las agrupaciones triunfantes en las recientes elecciones, propone que la escala progresiva de tipos de gravamen en el IRPF se sustituya por un tipo único del 46%, que más adelante será del 49%. Al mismo tiempo y con la financiación de esa imponente recaudación tributaria, se establecerá una renta personal para todos. Las críticas científicas se han producido inútilmente. En el otro extremo, está la noticia que hace propaganda de que con la reforma del IRPF “se inyectará 2.400 millones a los españoles en 2016”; y se concreta: “las rentas a partir de 94.200 euros tendrán más rebaja que las de 30.000”; pero rebajas para todos; y más: “el 62,4% de los contribuyentes saldrá beneficiado, mientras que el 5,2%, pagará más”; ¿beneficiado?, habría que precisar ese término cuando se trata de pagar impuestos. Más que olvidar, esa noticia no dice que la carga fiscal no resulta de la aplicación de la ley, sino de la exigencia tributaria, que aunque debiera ser lo mismo, no lo es en absoluto. Si esas noticias nacían de un programa político y de un informe de expertos, la noticia con datos reales es la que dice que la AEAT recaudó 2.889 millones de euros “por fraude fiscal” en el primer trimestre de 2015, lo que supone un incremento de 13,5% respecto de igual período en 2014 y la “mayor cantidad de la historia en un primer trimestre”. Pero esa noticia no es veraz. No hay fraude en considerar no deducibles gastos declarados, tampoco en las regularizaciones por discrepancia en la interpretación, ni siquiera en la corrección de omisiones. Fraude es no declarar o declarar con maquinación y utilización de medios para que no se descubra el incumplimiento. No hay fraude descubierto en la comprobación de lo declarado, el fraude se descubre en la investigación de lo no declarado. El fraude descubierto constante y creciente no alegra porque es el sistema lo que origina y estimula el fraude.

Para el cristiano la vida es mucho más que cumplir deberes y no incurrir en la maldad. La vida del cristiano supera la “lealtad” que lleva a cumplir las obligaciones para realizarse en la “fidelidad” que comporta el amor de Dios y el amor a Dios y a los demás, amigos o no, cercanos o lejanos, incluso desconocidos. El “dar a cada uno lo suyo” que es la definición elemental de la “justicia”, tiene que ir más allá añadiendo la “caridad”, porque Dios es amor y amar es darse; y aún hay que dar un paso más añadiendo la misericordia: “Bienaventurados los misericordiosos porque alcanzarán misericordia” (Mt 5,7). Eso hace Dios con nosotros y eso es lo que tenemos que hacer en nuestra familia, en el trabajo, en nuestras relaciones. Se trata de vivir, en, con Dios.

LA HOJA SEMANAL
(del 22 al 27 de junio)

Lunes (22)

San Juan Fisher, cardenal, y santo Tomás Moro, mártires (12ª TO)
Palabras: “No juzguéis y no seréis juzgados” (Mt 7,1)
Reflexión: La mota en el ojo de tu hermano; la viga en el nuestro
Propósito, durante el día: Caridad. Amabilidad, comprensión, ayudar.

Martes (23)

San Zenón, mártir (12ª TO)
Palabras: “Tratad a los demás como queréis que ellos os traten” (Mt 7,12)
Reflexión: Entrad por la puerta estrecha
Propósito, durante el día: Fraternidad. Sonreír, animar, callar

Miércoles (24)

Natividad de san Juan Bautista (12ª TO)
Palabras: “La mano del Señor estaba en él” (Lc 1,66)
Reflexión: La colaboración del hombre en el plan de Dios
Propósito, durante el día. Testimonio. Ofrecer, encomendar; personas, tareas.

Jueves (25)

San Guillermo, abad (12ª TO)
Palabras: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino” (Mt 7,21)
Reflexión: Sino el que cumple la voluntad de mi Padre
Propósito, durante el día: Meditación. Ratos con Dios; amistad y confianza

Viernes (26)

San Josemaría Escrivá, presbítero, fundador del Opus Dei (12ª TO)
Palabras: “Señor, si quieres, puedes limpiarme” (Mt 8,2)
Reflexión: “Quiero, queda limpio”
Propósito, durante el día: Acciones de gracias

Sábado (27)

San Cirilo de Alejandría, obispo y doctor de la Iglesia (12ª TO)
Palabras: “Señor no soy quien para entres bajo mi techo” (Mt 8,8)
Reflexión: “Que se cumpla como has creído”
Propósito, durante el día: Madre del Perpetuo Socorro, llévame contigo al cielo

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del domingo día 21 (12ª semana, ciclo B), nos llenan de alegría porque nuestro Padre es Dios todopoderoso: “¿Quién cerró el mar con una puerta...?” (Jb 38); “El que es de Cristo es una criatura nueva” (2 Co 5); “El viento cesó y vino una gran calma” (Mc 4). En el mundo, en la vida ordinaria, nos sabemos con Cristo y vivimos en el amor de Dios que es Amor. Le damos gracias por todo y le pedimos para todos y, en especial, para las familias. Jesús, María y José que esté siempre con los tres

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “De estas dos parábolas nos llega una enseñanza importante: el Reino de Dios requiere “nuestra colaboración”, pero es, sobre todo, “iniciativa y don del Señor”. Nuestra débil obra, aparentemente pequeña frente a la complejidad de los problemas del mundo, si se la sitúa en la obra de Dios no tiene miedo de las dificultades. La victoria del Señor es segura: “su amor hará brotar y hará crecer cada semilla de bien presente en la tierra”. Esto nos abre a la confianza y a la esperanza, a pesar de los dramas, las injusticias y los sufrimientos que encontramos. La semilla del bien y de la paz germina y se desarrolla, porque el amor misericordioso de Dios hace que madure.” (Angelus, en la plaza de San Pedro, el día 14 de junio de 2015)

- “En esta fe, podemos consolarnos unos a otros, sabiendo que el Señor venció la muerte una vez para siempre. Nuestros seres queridos no han desaparecido en la oscuridad de la nada: la esperanza nos asegura que ellos están en las manos buenas y fuertes de Dios. El amor es más fuerte que la muerte. Por eso el camino es hacer crecer el amor, hacerlo más sólido, y el amor nos custodiará hasta el día en que cada lágrima será enjugada, cuando “ya no habrá muerte, ni duelo, ni llanto, ni dolor” (Ap 21, 4). Si nos dejamos sostener por esta fe, la experiencia del luto puede generar una solidaridad de los vínculos familiares más fuerte, una nueva apertura al dolor de las demás familias, una nueva fraternidad con las familias que nacen y renacen en la esperanza. Nacer y renacer en la esperanza, esto nos da la fe. Pero quisiera destacar la última frase del Evangelio que hemos escuchado hoy (cf. Lc 7, 11-15). Después que Jesús vuelve a dar la vida a ese joven, hijo de la mamá viuda, dice el Evangelio: “Jesús se lo entregó a su madre”. ¡Esta es nuestra esperanza! Todos nuestros seres queridos que ya se marcharon, el Señor nos los devolverá y nos encontraremos con ellos. Esta esperanza no defrauda. Recordemos bien este gesto de Jesús: “Jesús se lo entregó a su madre”, así hará el Señor con todos nuestros seres queridos en la familia.” (Audiencia general, el día 17 de junio de 2015)

No hay comentarios:

Publicar un comentario