LO TRIBUTARIO

Reforma tributaria. La LIS (7): las novedades

Como resumen, en el régimen general son novedad: 1) En el hecho imponible se introduce la definición de actividad económica. 2) En los contribuyentes se incluyen las sociedades civiles con objeto mercantil. 3) Se actualiza el principio del devengo según RD 1514/2007 PGC. 4) Se excluye de la BI la reversión de los gastos fiscalmente no deducibles.5) Se difiere la integración en la BI de las rentas negativas en la transmisión dentro de un grupo de elementos del inmovilizado material, inversiones inmobiliarias, intangibles y valores representativos de deuda y se introduce un mecanismo que limita las rentas negativas a las realmente obtenidas en el grupo. 6) Se simplifican las tablas de amortización. 7) No deducibilidad de cualquier deterioro de otro tipo de activos, salvo existencias y créditos a cobrar (los valores de renta fija no admiten deducibilidad fiscal por su deterioro). 8) En activos no amortizables, como los fondos de comercio, se evita que las variaciones de valor incidan en la base imponible, salvo determinados supuestos. 9) En los gastos: a) la norma fiscal se separa de la contable para instrumentos financieros que mercantilmente representan participación en capital o fondos propios y que contablemente son pasivo financiero, como ocurre con las acciones sin voto o las acciones rescatables y se considera financiación propia los préstamos participativos otorgados a entidades del grupo; b) se limita la deducibilidad en las atenciones a clientes hasta el 1% del importe de la cifra de negocios, con una regla especial para las operaciones híbridas, con distinta calificación para las partes intervinientes, para evitar la deducibilidad de gastos que sean un ingreso exento o con tributación inferior al 10%, cuando la operación sea entre vinculadas; c) en los gastos financieros se establece una regla de imputación temporal específica, añadiendo una limitación en adquisición de participaciones en entidad que se incorpora al grupo o es objeto de una operación de reestructuración. 10) Para operaciones vinculadas: a) se simplifica la documentación cuando el importe neto de la cifra de negocios sea inferior a 45 millones de euros, sin que sea necesaria en determinadas operaciones; b) se restringe en el ámbito de relación socio-sociedad refiriéndola al 25% de participación y se amplía recuperando la vinculación de hecho atendiendo al poder de decisión; c) se elimina la jerarquía y se admite otros métodos y técnicas; d) reglas específicas de valoración en operaciones entre socios y sociedades profesionales; e) se suaviza el régimen sancionador; f) y se establece la estanqueidad respecto de otras valoraciones, como el valor en aduana.

En compensación de bases negativas: 1) se permite sin límite temporal, con la limitación en el 60% de la BI previa y en todo caso en 1 millón de euros; 2) se impide aprovechar la adquisición de actividades inactivas con pérdidas compensables; 3) se permite la comprobación y corrección en bases negativas de períodos prescritos. En la doble imposición: exención general para participaciones significativas; y en el ámbito internacional se elimina el requisito de actividad económica y se añade el de tributación mínima del 10% de tipo nominal. Se simplifica el régimen de exención en las plusvalías internas y la transparencia fiscal internacional. Se reducen los tipos de gravamen. Desaparece la deducción por inversiones medioambientales. Se sustituye la deducción por reinversión de beneficios extraordinarios y por inversión de beneficios por una nueva de reserva de capitalización(para las pymes: reserva de nivelación de bases imponibles negativas). Se mejora la deducción por investigación y para el cine.

Se mantienen, con modificaciones, los 15 regímenes especiales regulados en la ley.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Qué noticia más importante que el nacimiento del Niño Dios. Noticia humana porque humanas son las circunstancias de viaje, falta de alojamiento, el parto y la alegría de los padres y de los pastores. Noticia divina porque celebramos la ternura del Amor de Dios.

En el corazón de los cristianos, como si hoy fuera ayer, se vive el acontecimiento ocurrido en Belén hace más de dos mil años. Y se repasa, palabra por palabra, el relato evangélico: “En aquellos días se promulgó un edicto de César Augusto, para que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento se hizo cuando Quirino era gobernador de Siria. Todos iban a inscribirse, cada uno a su ciudad. José, como era de la casa y familia de David, subió desde Nazaret, ciudad de Galilea, a la ciudad de David llamada Belén, en Judea, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Y cuando ellos se encontraban allí, le llegó la hora del parto, y dio a luz a su hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre en el aposento” (Lc 2, 1-7). Los enamorados son felices conociendo cómo era en su niñez la persona amada. No es infrecuente revivir juntos los recuerdos de aquellos años, ver las fotografías de entonces. Los padres, y sobre todo las madres, sacan del corazón sucedidos que cuentan con toda clase de detalles. El evangelista Lucas explica así su relato de los hechos: “Me pareció también a mí, después de haberme informado con exactitud de todo desde los comienzos” (Lc 1,3). Y María, la madre de Jesús, que “guardaba todas estas cosas ponderándolas en su corazón”, como dice por dos veces el evangelista (Lc 2,19 y 51), fue indudablemente quien informó de lo ocurrido en aquellos días. Había mucho que contar: la anunciación del arcángel Gabriel, la visita a su pariente Isabel, las dudas de san José y cómo el ángel de Dios le explicó en sueños lo ocurrido (Mt 1,19-25) y lo que tenía que hacer (Mt 2, 13-15 y 19). Con el relato del evangelista Lucas el cristiano revive el viaje desde Nazaret a Belén, treinta leguas, tres o cuatro días de camino para un peatón, con la Virgen en avanzado estado de gestación. La imaginación se desborda y, sin otro fundamento, presenta un traslado con una mula llevando a la Madre y un carrito tirado por un buey, con la ropa imprescindible, unos pocos enseres del hogar y los utensilios de trabajo por si tardaban en regresar, como sucedió. Y los cuidados de san José a su esposa. Y la conversación de ambos en los días de viaje: la llanura de Esdrelón, luego Sulam y los montes de Samaria; y, al llegar al valle, el pozo de Jacob; pasar junto a las torres de Sion, divisar a los lejos el templo de Herodes y entrar en los campos de Belén. Y los pensamientos de cada uno en los ratos de silencio. Y la inquietud a la llegada a Belén porque no había sitio para ellos. Y nació el Niño Dios.

“Había unos pastores por aquellos contornos, que dormían al raso y vigilaban por turno su rebaño durante la noche. De improviso un ángel del Señor se les presentó, y la gloria del Señor les rodeó de luz. Y se llenaron de gran temor. El ángel les dijo: - No temáis. Mirad que vengo a anunciaros una gran alegría que lo será para todo el pueblo: hoy os ha nacido en la ciudad de David, el Salvador, que es el Cristo, el Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis a un niño envuelto en pañales y reclinado en un pesebre. De pronto apareció junto al ángel una muchedumbre de la milicia celestial, que alababa a Dios diciendo: “Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres en los que Él se complace”. Cuando los ángeles les dejaron, marchándose hacia el cielo, los pastores se decían unos a otros: - Vayamos a Belén para ver esto que ha ocurrido y que el Señor nos ha manifestado. Y fueron presurosos y encontraron a María y a José y al niño reclinado en el pesebre... (Lc 2, 8-16). Todos estamos allí, llenos de amor del Amor.

LA HOJA SEMANAL
(del 29 de diciembre de 2014 al 3 de enero de 2015)

Lunes (29)

Santo Tomás Becket, obispo y mártir (Octava de Navidad)
Palabras: “Lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor” (Lc 2,22)
Reflexión: Cumplir la ley de Dios. Profecía de Simeón
Propósito, durante el día: Vivir con la Sagrada Familia. Gracias por el don de la fe

Martes (30)

San Sabino, obispo (Octava de Navidad)
Palabras: “El niño iba creciendo y robusteciéndose, llenándose de sabiduría (Lc 2,40)
Reflexión: La profetisa Ana. “La gracia de Dios lo acompañaba”
Propósito, durante el día: Vivir el amor de Dios en la familia: comprensión, ayuda

Miércoles (31)

San Silvestre I, papa (Octava de Navidad)
Palabras: “(La Palabra) Vino a su casa y los suyos no la recibieron” (Jn 1,11)
Reflexión: La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros
Propósito, durante el día: Traer al Niño a nuestras relaciones familiares: amabilidad

Jueves (1)

Solemnidad de Santa María, Madre de Dios (Octava de Navidad)
Palabras: Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón” (Lc 2,19)
Reflexión: Al niño le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel
Propósito, durante el día: Llevar a todos la bondad y la sonrisa del Niño Jesús

Viernes (2)

Santos Basilio, el Grande, y Gregorio Nacianceno, obispos y doctores (T. Navidad)
Palabras: (Juan el Bautista) “Yo soy la voz que grita en el desierto” (Jn 1,23)
Reflexión: Allanad el camino del Señor. Preparando los corazones para Cristo
Propósito, durante el día: Hablar con la Sagrada Familia; vivir su espíritu en la familia

Sábado (3)

Santísimo Nombre de Jesús (Tiempo de Navidad)
Palabras: “He dado testimonio de que este es el Hijo de Dios” (Jn 1,34)
Reflexión: El testimonio de Juan, el Bautista
Propósito, durante el día: Atención a la familia, perdonar y pedir perdón. Comprensión

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

El domingo día 28 (ciclo B) se celebra la Sagrada Familia: Jesús, María y José. Las lecturas están llenas de espíritu familiar: “El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros” (Eco 3); “Vestíos de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión” (Col 3); “El niño iba creciendo...” (Lc 2). Y el propósito semanal puede ser: revisar nuestra conducta en familia, descubrir lo que se hace mal, lo que no se hace y se debería hacer, lo que se podría hacer mejor. Y decidir remedios concretos con examen diario de cómo cumplimos. Dios está con nosotros.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “La familia de Nazaret nos compromete a redescubrir la vocación y la misión de la familia, de cada familia. Y, como sucedió en esos treinta años en Nazaret, así puede suceder también para nosotros: convertir en algo normal el amor y no el odio, convertir en algo común la ayuda mutua, no la indiferencia o la enemistad. No es una casualidad, entonces, que “Nazaret” signifique “Aquella que custodia”, como María, que —dice el Evangelio— “conservaba todas estas cosas en su corazón” (cf. Lc 2, 19.51). Desde entonces, cada vez que hay una familia que custodia este misterio, incluso en la periferia del mundo, se realiza el misterio del Hijo de Dios, el misterio de Jesús que viene a salvarnos, que viene para salvar al mundo. Y esta es la gran misión de la familia: dejar sitio a Jesús que viene, acoger a Jesús en la familia, en la persona de los hijos, del marido, de la esposa, de los abuelos... Jesús está allí. Acogerlo allí, para que crezca espiritualmente en esa familia. Que el Señor nos dé esta gracia en estos últimos días antes de la Navidad.” (Audiencia general, en la plaza de San Pedro, el día 17 de diciembre de 2014)

- “Esta noche santa, en la que contemplamos al Niño Jesús apenas nacido y acostado en un pesebre, nos invita a reflexionar. ¿Cómo acogemos la ternura de Dios? ¿Me dejo alcanzar por él, me dejo abrazar por él, o le impido que se acerque? “Pero si yo busco al Señor” –podríamos responder–. Sin embargo, lo más importante no es buscarlo, sino dejar que sea él quien me busque, quien me encuentre y me acaricie con cariño. Ésta es la pregunta que el Niño nos hace con su sola presencia: ¿permito a Dios que me quiera?
Y más aún: ¿tenemos el coraje de acoger con ternura las situaciones difíciles y los problemas de quien está a nuestro lado, o bien preferimos soluciones impersonales, quizás eficaces pero sin el calor del Evangelio? ¡Cuánta necesidad de ternura tiene el mundo de hoy! Paciencia de Dios, cercanía de Dios, ternura de Dios.
La respuesta del cristiano no puede ser más que aquella que Dios da a nuestra pequeñez. La vida tiene que ser vivida con bondad, con mansedumbre. Cuando nos damos cuenta de que Dios está enamorado de nuestra pequeñez, que él mismo se hace pequeño para propiciar el encuentro con nosotros, no podemos no abrirle nuestro corazón y suplicarle: “Señor, ayúdame a ser como tú, dame la gracia de la ternura en las circunstancias más duras de la vida, concédeme la gracia de la cercanía en las necesidades de los demás, de la humildad en cualquier conflicto”. (Homilía en la misa de la Natividad del Señor, en la Basílica Vaticana, el día 24 de diciembre de 2014)

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