Inspección tributaria: iniciación
La consideración de la inspección como procedimiento a partir de la LGT/2003 exige atender a los tres momentos: iniciación, desarrollo y terminación; así como a diferenciar ese procedimiento de otras actuaciones, como las de obtención de información (arts. 93 a 95), y de otros procedimientos anteriores de gestión, como serían el de devolución, declaración para liquidar, verificación, o comprobación limitada (arts. 127; 130.b; 133.1.e; 139.1.c), o de inspección (art. 148.3)
Por lo general, el procedimiento de inspección se inicia de oficio, pero, iniciada una inspección de alcance parcial, se debe continuar ampliando éste o iniciar otra de alcance general si así lo pide el interesado (art. 149 LGT; art. 179 RD 1065/2007). El procedimiento se puede iniciar mediante comunicación notificada para que, en un plazo no inferior a diez días, comparezca en el lugar, día y hora que se señale poniendo a disposición o aportando lo que se estime necesario (arts. 87 a 89 RD). Pero también es posible, cuando se estime conveniente para la adecuada práctica de las actuaciones, que se inicie el procedimiento sin previa comunicación mediante la personación en la empresa, oficinas, dependencias, instalaciones, centros de trabajo o almacenes o donde exista alguna prueba de la obligación tributaria (art. 172 RD). En este caso, las actuaciones se entenderán con el inspeccionado, si estuviese presente, y, de no estarlo, con los encargados o responsables de tales lugares. La entrada en estos lugares exige el consentimiento del inspeccionado o de la persona responsable que allí esté que se puede presumir si ejecutan los actos normalmente necesarios que dependan de ellos para que las actuaciones se puedan llevar a cabo. Si no se diera la conformidad a la entrada los inspectores deben pedir autorización al Delegado o al Director del departamento de la AEAT de que dependan. Si se tratara de la entrada en el domicilio del inspeccionado, la falta de su consentimiento exige autorización judicial. Todas estas previsiones son sin perjuicio de que, cuando procedan, se puedan adoptar medidas cautelares (art. 146 LGT) debidamente motivadas para impedir que se destruyan o alteren pruebas o que posteriormente se niegue su existencia. Pueden consistir en el precinto, depósito o incautación de mercancías o productos sometidos a gravamen, así como de libros registros, documentos, archivos, locales o equipos electrónicos de tratamiento de datos. Y deben ser proporcionadas, limitadas en el tiempo y sin producir perjuicios de imposible o difícil reparación. El órgano competente debe ratificarlas en el plazo de quince días y se deben levantar si desaparecen las circunstancias que las motivaron.
Algunos pronunciamientos: La publicación del inicio de actuaciones inspectoras no atenta contra el derecho a la intimidad (TS 24-7-01). Se lesionó el derecho a la inviolabilidad del domicilio al haberse realizado la entrada o registro en la sede de la entidad sin permiso de su titular (TS 25-1-12). No atenta contra el principio de intimidad la citación por edictos para iniciar actuaciones inspectoras (AN 19-12-96). La falta de comunicación de iniciación de la inspección (AN 11-2-98). No se declaró falsa la denuncia anónima cuando se ordenó el archivo provisional y cuando se inició la comprobación no se lesionó ningún derecho fundamental porque en la misma tuvo todas las garantías. La denuncia no es un acto que inicia el procedimiento de inspección (AN 24-10-13). Indebida iniciación de inspección del IRNR porque, notificada al designado representante que había fallecido, que no es lo mismo que desconocido, se produjo indefensión al desarrollarse el procedimiento sin presencia del inspeccionado (AN 6-3-14)
DE LO HUMANO A LO DIVINO
Se llenó el mundo de las comunicaciones con la noticia de la abdicación de la corona por el rey. Lógicamente, toda la semana se ha visto llena de recuerdos, valoraciones, opiniones, predicciones y deseos. Y se ha preparado lo preciso para llegar cuanto antes a la nueva situación institucional. En la letra pequeña o en el olvido han quedado otras noticias de hechos que han pasado: ha tenido que dimitir un magistrado del Tribunal Constitucional por conducir su moto en condiciones indebidas, se ha producido la llegada de emigrantes en penosa situación. Incluso han perdido relevancia el anuncio de la bajada de impuestos o la reducción del paro o la preparación del mundial de fútbol.
Ocasiones así llevan a lo que algunos llaman “filosofar”: “Sic transit gloria mundi”, dirán unos. “¿Qué pieza del mundo crees que se desquiciará por el hecho de que faltes?”, nos plantearán otros. No faltará quien piense que hay pérdidas irreparables a las que no se puede acostumbrar el ánimo: no en vano se ha entendido que esa es la prueba de que el amor vence a la muerte. Otros relativizarán el asunto: “Hay situaciones peores”. Y no faltará el que pregunte: “¿Qué hay de lo mío?”.
¡Pascua de Pentecostés!. La manifestación del Espíritu Santo “no hecho ni creado ni engendrado, sino que procede del Padre y el Hijo”, dice el Símbolo Atanasiano; “el amor de Dios derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que habita en nosotros (Rm 5,5). La secuencia que se lee en la misa es un tesoro litúrgico: “Ven, Espíritu Santo,/ manda tu luz desde el cielo./ Padre amoroso del pobre;/ don, en tus dones espléndido;/ luz que penetra las almas,/ fuente del mayor consuelo./ Ven, dulce huésped del alma,/ descanso de nuestro esfuerzo,/ tregua en el duro trabajo,/ brisa en las horas de fuego,/ gozo que enjuga las lágrimas/ y reconforta en los duelos./ Entra hasta el fondo del alma,/ divina luz, y enriquécenos./ Mira el vacío del hombre,/ si tú le faltas por dentro;/ mira el poder del pecado,/ cuando no envías tu aliento./ Riega la tierra en sequía,/ sana el corazón enfermo,/ lava las manchas, infunde/ calor de vida en el hielo,/ doma el espíritu indómito,/ guía al que tuerce el sendero./ Reparte tus siete dones,/ según la fe de tus siervos;/ por tu bondad y tu gracia,/ dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse/ y danos tu gozo eterno.”
Cada frase vale para que el alma se detenga, medite y sienta cómo se llena del Amor de ese “dulce huésped” que está en nosotros, junto a nosotros, procurándonos el descanso en nuestra tarea cotidiana de trabajo y de esfuerzo; dándonos consuelo en los momentos de desánimo; llamándonos a una esperanza cierta en el vacío que producen nuestras infidelidades, nuestras faltas de amor, cuando olvidamos, cuando arrinconamos, cuando oponemos nuestro yo al amor del Amor; dispuesto a cambiar todo si queremos cambiar: sana el corazón enfermo, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero... El Espíritu Santo nos da la fuerza de la gracia divina que nos santifica, es nuestro Defensor, nuestro Consejero. Sus dones nos regalan: sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad, temor de Dios, que nos permiten ver en cada ocasión la voluntad de Dios: lo que debemos hacer y lo que debemos evitar y tener el valor necesario. Así podremos hacer realidad sus frutos: amor, alegría, paz, paciencia, longanimidad, bondad, benignidad, mansedumbre, fe, modestia, continencia y castidad. Toda una relación de virtudes para meditar y hacer propósitos concretos.
Con el alma henchida del Espíritu Santo el cristiano se siente animado a superar todos los obstáculos, aunque sea el propio yo el que los pone. El Reino de Dios está cerca.
LA HOJA SEMANAL
(del 9 al 14 de junio)
Lunes (9)
San Efrén, diácono y doctor de la Iglesia (10ª semana T.O.)
Las palabras: “Estad alegres y contentos” (Mt 5, 12)
La reflexión. Las bienaventuranzas. La recompensa en el cielo
Propósito, durante el día: Corazón de Jesús, hazme limpio de corazón
Martes (10)
San Máximo, obispo
Las palabras: “Que vean vuestra buenas obras” (Mt 5,16)
La reflexión: Sois la sal de la tierra. Sois la luz del mundo
Propósito, durante el día: Corazón de Jesús, ayúdame a dar testimonio de Ti
Miércoles (11)
Nª Sª de la Capilla. San Bernabé, apóstol
Las palabras: “El reino de los cielos está cerca” (Mt 10,7)
La reflexión: Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis
Propósito, durante el día: Corazón de Jesús, que viva de tu amor y dando amor
Jueves (12)
Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote
Las palabras: “Esto es mi cuerpo... Esta copa es la nueva alianza...” (Lc 22, 19-20)
La reflexión: Que se entrega por vosotros... Que se derrama por vosotros...
Propósito, durante el día: Corazón de Jesús, que viva en comunión contigo.
Viernes (13)
San Antonio de Padua, presbítero y doctor de la Iglesia (“Trisagio angélico”)
Las palabras: “Si tu ojo derecho te hace caer... si tu mano derecha... (Mt 5, 29-30)
La reflexión: No cometerás adulterio
Propósito, durante el día: Corazón de Jesús, que viva la santa pureza
Sábado (14)
San Eliseo, profeta (“Trisagio angélico”)
Las palabras: “No juréis en absoluto” (Mt 5,34)
La reflexión: Os basta decir “sí” o “no”. Lo que pasa de ahí viene del Maligno
Propósito, durante el día: Corazón de Jesús, protégeme del “respeto humano”
(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)
El domingo día 8 celebramos la Pentecostés. Las tres lecturas (Hech, 2; 1 Co 12; Jn 20) nos remiten a la manifestación del Espíritu Santo, nuestro santificador: “Nadie puede decir
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
- “Sin embargo, Jesús permanece presente y activo en las vicisitudes de la historia humana con el poder y los dones del Espíritu; está junto a cada uno de nosotros, aunque no lo veamos con los ojos, Él está. Nos acompaña, nos guía, nos toma de la mano y nos levanta cuando caemos. Jesús resucitado está cerca de los cristianos perseguidos y discriminados; está cerca de cada hombre y cada mujer que sufre. Está cerca de todos nosotros, también hoy está aquí con nosotros en la plaza: el Señor está con nosotros. ¿Vosotros creéis esto? Entonces lo decimos juntos: ¡El Señor está con nosotros!.” (Regina coeli, en la plaza de San Pedro, el domingo día 1 de junio de 2014)
- “Porque algunos piensan que tener piedad es cerrar los ojos, poner cara de estampa, aparentar ser como un santo. En piamontés decimos: hacer la
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