Inspección tributaria: los inspeccionados
La comprobación de lo declarado, la investigación de lo no declarado y las demás obligaciones que corresponden a los contribuyentes son el objeto de las actuaciones inspectoras (art. 145 LGT). En la práctica de la aplicación de esta norma se encuentran situaciones peculiares que exigen consideración. A ellas se refiere el RD 1065/2007: 1) Hay obligaciones tributarias que afectan a situaciones que no tienen personalidad jurídica (art. 35.4 LGT: comunidades de bienes, herencias yacentes, patrimonios separados) y respecto de ellas (art. 105 RD) se establece: a) las actuaciones inspectoras se desarrollarán con quien tenga su representación (art. 45.3 LGT) y las liquidaciones se harán a su nombre, sin perjuicio de la responsabilidad solidaria de los titulares o partícipes; b) en los impuestos en que imputen rentas (IRPF, IS, IRPF) la imputación se inspeccionará cerca de cada socio, heredero o partícipe, utilizando los datos de la inspección a las correspondientes situaciones (UTE, AIE...). 2) Cuando concurran varios en el mismo presupuesto de una obligación y se produce la sujeción solidaria de todos ellos (art. 35.6 LGT), la inspección (art. 106 RD) se podrá realizar con cualquiera de ellos, comunicando la iniciación del procedimiento a todos los conocidos y continuando con los que se personen, haciendo la liquidación a nombre de todos los que hubieran comparecido y notificándola a los demás conocidos, sin perjuicio de lo establecido para la división de la deuda cuando la Administración sólo conoce a uno. 3) Cuando la inspección se refiera a personas fallecidas o entidades disueltas o extinguidas (art. 107 RD), actuarán ante la Administración aquellos a quienes se hayan transmitido los derechos y obligaciones y, en su caso las sanciones, pero la Administración puede actuar cerca de cualquiera de ellos, comunicando la circunstancia a los demás que podrán comparecer, practicándose la liquidación a nombre de todos los que hayan comparecido y se notificará a los demás (en las herencias yacentes se actuará cerca del representante: art. 39.3 LGT). 4) Cuando la inspección tenga lugar antes de la extinción de la entidad (art. 108.1 RD) se actuará cerca de los liquidadores; disuelta y liquidada, igualmente, deben comparecer si son requeridos en cuanto representantes que fueron y custodios de los libros y documentación. 5) En situaciones de concurso se actuará con el concursado si el juez no hubiera suspendido sus facultades de administración y disposición, y, en todo caso, con los administradores concursales (art. 108.2 RD); 6) En la inspección a no residentes se actuará con el representante (art. 109 RD) según las precisiones reglamentarias para caso de incumplimiento y para cuando no existiendo establecimiento permanente exista un responsable.
Estas previsiones normativas se deben considerar en cuanto referidas a las actuaciones inspectoras, sin confundirlas con las establecidas respecto de la derivación de responsabilidad y procedimiento (art. 177 LGT) para el cobro de la deuda tributaria en casos de sucesión de personas físicas (arts. 39 LGT) o de personas jurídicas y entidades sin personalidad (art. 40 LGT)
No faltan pronunciamientos sobre este asunto. Fue correcta el acta a nombre de la sociedad extinguida con notificación de la liquidación a la misma, porque sus obligaciones se transmiten a los sucesores a título universal (TS 3-7-12). Si la SL se transformó en sociedad civil sin disolución ni liquidación ni pérdida de la personalidad, la Inspección puede actuar cerca de la sociedad civil como sucesora (AN 14-2-13)
DE LO HUMANO A LO DIVINO
Aunque se producen durante todo el año, en los meses en que se desarrolla la campaña del IRPF son frecuentes las noticias sobre lucha contra el fraude y sobre acusaciones o condenas por delito contra la Hacienda Pública. Así ocurre desde hace treinta años. De por entonces fue la sonada condena a una artista que cantaba, bailaba e interpretaba películas gozando del cariño y la devoción popular. Posiblemente falla la memoria, pero en ella podría estar grabado un pasaje de la sentencia que diría algo así como no se pudo determinar la cantidad defraudada, pero que siendo al menos la señalada en el tipo penal, procedía la condena. Tan llamativo fallo es el motivo para pensar que hay un error en el recuerdo. Sea como sea, en estos días también se han producido noticias sobre el presunto fraude de una magnífica cantante de fama mundial. Y tanto entonces como ahora, se puede pensar en el inútil esfuerzo disuasorio para los millones de contribuyentes del IRPF que no ganan renta suficiente para delinquir.
Pero hay noticias para todos los niveles de renta. Unas se han referido a la campaña de personación de improviso en pequeñas empresas para inspeccionar mediante el acceso a los equipos y programas informáticos. Otras a un plan, aún no especificado, para facilitar a la Administración un control informático continuado de las operaciones realizadas que se registran o constan en equipos electrónicos. Se señala que así se lucha contra el fraude que se comete mediante la economía sumergida. Pero ocurre como en la historieta del toro que perseguía por el campo a varios muchachos. Uno de ellos cojeaba y le gritaba al animal: “Ve a por los otros que a mí me tienes seguro”. La economía sumergida está bajo el agua; no está en censos, no presenta declaraciones, no tiene domicilio fiscal con equipos informáticos allí instalados o vive amparada en una estimación legal que la permite de hecho. Posiblemente sean deudas tributarias pequeñas, pero son muchas deudas. El fraude no se encuentra comprobando lo declarado, sino investigando operaciones ocultas. Comprobando declaraciones se pueden regularizar errores, discrepancias o deficiencias, aunque deuda regularizaba sea importante. Es lo que se echa de menos en las estadísticas que no diferencian: por una parte, fraude –maquinación dolosa- descubierto; y, por otra, correcciones, rectificaciones, diferencia de apreciaciones, olvidos o, incluso, omisiones fácilmente detectables, sobre todo, con el cruce de informaciones en poder de la Administración.
Leves reflexiones como éstas, en algún momento de tranquilidad, son las que aconsejan eliminar la presunción y la imputación de maldad en todos los contribuyentes, porque lo adecuado es presumir su buena fe (art. 33 Ley 1/1998). La paz fiscal es el objetivo.
¡Pascua de Resurrección!. Tiempo de paz y de alegría. Los cristianos acomodamos nuestros sentimientos y nuestro andar al ritmo del corazón y de los pasos de Jesús que camina a nuestro lado, como hizo con los discípulos que iban a Emaús. Los Evangelios señalan el itinerario. Y, del mismo modo que nos señalan la importancia de la vida ordinaria de cada día con la falta de noticias desde el encuentro en el templo cuando Jesús tenía 12 años hasta el bautismo en el río Jordán casi veinte años después, nos animan en el quehacer cotidiano con Cristo también desde después de las apariciones del Domingo de Resurrección hasta la pesca milagrosa (Jn 21) y la Ascensión. El papa Francisco recordaba en la Vigilia Pascual la invitación del Resucitado a volver a Galilea y comentaba: “Volver a Galilea significa, sobre todo, volver allí, a ese punto incandescente en el que la gracia de Dios me tocó al comienzo del camino”. Y así debemos estar los cristianos en estos días: llenos de amor y dando amor.
LA HOJA SEMANAL
(del 12 al 17 de mayo)
Lunes (12)
San Pancracio, mártir (4ª semana de Pascua; “mes de María”)
Las palabras: “Yo soy el buen pastor” (Jn 10,11)
La reflexión: Nos conoce, conocemos su voz; trae a otras que no son de este redil
Propósito, durante el día: Madre mía, ayúdame a oír su voz y a seguir a Jesús
Martes (13)
Nª Sª de Fátima. San pedro Nolasco, fundador (4ª semana de Pascua; “mes de María”)
Las palabras: “Yo y el Padre somos uno” (Jn 10,30)
La reflexión: Nadie me arrebatará las ovejas que el Padre me ha dado
Propósito, durante el día: Madre mía, ayúdame a vivir como hijo de Dios
Miércoles (14)
San Matías, apóstol (4ª semana de Pascua; “mes de María”)
Las palabras: “Esto os mando: que os améis unos a otros” (Jn 15,17)
La reflexión: Os llamo amigos
Propósito, durante el día: Madre mía, ayúdame a ser amigo fiel del Amigo
Jueves (15)
San Isidro, labrador (4ª semana de Pascua; “mes de María”)
Las palabras: “Yo sé bien a quiénes he elegido” (Jn 13,18)
La reflexión: Enviados por Cristo. Traición a Cristo
Propósito, durante el día: Madre mía, ayúdame a cuidar los detalles de amor
Viernes (16)
Santa Gema Galgani, virgen (4ª semana de Pascua; “mes de María”)
Las palabras: “Yo soy el camino y la verdad y la vida” (Jn 14,6)
La reflexión: Para que donde yo estoy, estéis también vosotros
Propósito, durante el día: Madre mía, ayúdame a vivir en Jesús como el cielo
Sábado (17)
Nª Sª de la Novena. San Pascual Bailón (4ª semana de Pascua; “mes de María”)
Las palabras: “Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré” (Jn 14,14)
La reflexión: Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre
Propósito, durante el día: Madre mía, haz que viva en el amor trinitario
(la reflexión y el propósito, los fija cada uno, claro)
Las lecturas del domingo de la 4ª semana de Pascua, ciclo A, nos señalan el camino junto al Buen Pastor: “¿Qué tenemos que hacer?” (Hech 2); “Andábais descarriados” (1 Pe 2); “Yo soy la puerta, quien entre por mí se salvará” (Jn 10). Son días de examinar cómo respondemos a nuestra vocación cristiana, cada uno en su estado y con su tarea. En el mes de María debemos llenar de detalles de amor a nuestra Madre y a todos por ella. “Ad Iesum per Mariam”, “A Jesús por María”, dice la conocida jaculatoria.
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
- “El camino de Emaús se convierte así en símbolo de nuestro camino de fe: las Escrituras y la Eucaristía son los elementos indispensables para el encuentro con el Señor. También nosotros llegamos a menudo a la misa dominical con nuestras preocupaciones, nuestras dificultades y desilusiones... La vida a veces nos hiere y nos marchamos tristes, hacia nuestro
- “La condición esencial para conservar este don es la oración. Volvemos siempre al mismo tema: ¡la oración! Es muy importante la oración. Rezar con las oraciones que todos sabemos desde que éramos niños, pero también con nuestras palabras. Decir al Señor:
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