LO TRIBUTARIO (nº 797)
La otra Ley 11/21: los regímenes
especiales
En lo tributario hay aspectos misteriosos que sólo se
descubren en su existencia cuando se vive muchos años dedicados a la profesión
del Derecho. En 1974, tras el fracaso de la comisión ministerial creada al
efecto, se pudo descubrir que era imposible conocer el número de beneficios
tributarios creados a lo largo de los últimos diez años (desde la reforma
Espinosa de 1964). Años más tarde, con el talante progresista arribado desde
2000 y mantenido en lo fiscal hasta 2019, porque cambiaron los dorsales, pero
no los talantes personales, se propuso la eliminación de la mayor parte de los
numerosos tratamientos especiales que existen en el sistema tributario. Y no
sólo siguen, sino que han dejado de ser un asunto relevante para los expertos.
Es un enigma cuyos orígenes se mueven entre lo sociológico, por la influencia
de sectores, lo político, por el clientelismo, la formación profesional, más
proclive a la ejecución que a la reflexión, y, a veces, la armonización
internacional, como ocurre en el IVA, aunque sólo en los regímenes de obligada
aplicación. El ideal es el régimen general y la determinación directa de las
bases imponibles, porque los métodos y los regímenes especiales rompen la
igualdad, afectan al tratamiento de la capacidad económica y lesionan la
justicia.
Por una parte, se ha considerado que la estimación
objetiva de bases imponibles (art. 31 LIRPF y art. 114 LIS) y de las cuotas
devengadas (art. 123 LIVA), con la inexactitud que entraña y la relajación de
obligaciones formales que conlleva, es un riesgo cierto de cobijar mecanismos
de elusión tributaria, Y, por otra parte, se considera que si son demasiados
los regímenes especiales en el IS y que no todos los del IVA son obligatorios,
aquéllos, de estar justificados, se podrían sustituir por normas específicas y
condicionadas y habría que revisar éstos cuando sólo responden al principio de
coste-beneficio (gastos de comprobación / recaudación segura) o evitando su
inexactitud.
La Ley 11/21 ha modificado la tributación de las
Sociedades de Inversión de Capital Variable (SICAV). Es un régimen que se
justificaba porque son entidades que permitían el acceso a la inversión
mobiliaria a muchas personas, al menos cien socios, que de otro modo no podrían
acceder a esa clase de inversión. El riesgo: que muy pocos tuvieran la mayor
parte de participación en el capital, desde el principio o después, de forma
directa o indirecta. Se modifica el artículo 29 LIS que condiciona la
aplicación del tipo del 1% a que el número de partícipes computables tengan al
menos un importe de inversión que se señala y que así sea la mayor parte del
año: ahora se trata de que se acojan muchos “ricos”. Una nueva DT 41ª LIS
facilita la disolución de las entidades, con excepciones.
También se modifica el tratamiento tributario de las
Sociedades Cotizadas de Inversión en el Mercado Inmobiliario (SOCIMI) reguladas
por Ley 11/2009, estableciendo (art. 9.4) un gravamen especial del 15% sobre la
parte de los beneficios no distribuidos que proceda de rentas que no hayan
tributado al tipo general del IS ni estén en plazo legal de reinversión, si se
adecúan a las obligaciones de suministro que se establecen (art. 11.1: Y
también se modifica el art. 36.2 LIS que regula un tratamiento favorable para
los productores cinematográficos mediante una deducción, sometida a las
condiciones que establece la nueva DTª 42 LIS. Como decía Bataglia: La ley de
privilegio no es particular, sino que sólo se aplica al único que reúne sus
condiciones. Y como el principio de igualdad (art. 14 CE): no es la misma ley
para todos, sino para los iguales.
DE LO HUMANO A LO DIVINO
Pascua de Resurrección. “Ofrezcan los cristianos /
ofrendas de alabanza / a gloria de la Víctima / propicia de la Pascua. /
Cordero sin pecado / que a las ovejas salva, / a Dios y a los culpables / unió
con nueva alianza. / Lucharon vida y muerte / en singular batalla, / y muerto
el que es la Vida, / triunfante se levanta. / ¿Qué has visto en el camino, /
María, en la mañana? / A mi Señor glorioso, / la tumba abandonada, / los
ángeles testigos, / sudarios y mortaja. / ¡Resucitó de veras / mi amor y mi
esperanza! / Venid a Galilea, / allí el Señor aguarda; / allí veréis los suyos
/ la gloria de la Pascua. / Primicia de los muertos, / sabemos por tu gracia /
que estás resucitado; / la muerte en ti no manda. / Rey vencedor, apiádate / de
la miseria humana / y da a tus fieles parte / en tu victoria santa. Amén.”
(Secuencia en la misa de la Pascua de la Resurrección del Señor)
Los cristianos celebran con alegría la Pascua que abre
las puertas del cielo: “Pues si los muertos no resucitan, tampoco Cristo ha
resucitado; pero si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe, todavía estáis
en vuestros pecados. E incluso los que han muerto en Cristo perecieron. Y si
tenemos puesta la esperanza en Cristo sólo para esta vida, somos los más
miserables de todos los hombres” (1 Co 15,16-19). Pero Cristo ha resucitado.
¡Aleluya! También es tiempo de seguir el camino meditando las preguntas de
Jesús:
- “María estaba fuera, junto al sepulcro y lloraba.
Estando así llorando, se inclinó hacia el sepulcro y vio dos ángeles vestidos
de blanco sentados donde había estado el cuerpo de Jesús. Uno a la cabecera y
otro a los pies. Y le dijeron: Mujer ¿por qué lloras? Ella les respondió:
Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto. Al decir esto, se
volvió hacia atrás y vio a Jesús de pie. Pero no sabía que era Jesús. Le dice
Jesús: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, creyendo que era el
hortelano, le dice: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo
lo cogeré” (Jn 20,11-15). Tiempo de meditar los tres “lo”, tantas veces
saboreado: lo necesito, lo buscaré, no lo soltaré. Y el “noli me tangere” (no
me toques) que en las nuevas versiones es “noli me tenere” (no me detengas),
porque “aún tengo que subir al Padre”. Y seguir a Jesús.
- “Y sucedió que, mientras ellos conversaban y
discutían entre sí, el mismo Jesús se acercó y caminaba con ellos. Pero sus
ojos estaban dominados de modo que no conocieron. Y les dijo: ¿Qué conversación
es ésa que lleváis entre vosotros en el camino? Y se pararon con rostro triste.
Respondió uno que se llamaba Cleofás, y le dijo: ¿Tú eres el único peregrino de
Jerusalén que no sabe las cosas que han pasado en ella en estos días? Y les
dijo: ¿Qué cosas? Ellos le respondieron: Lo referente a Jesús el nazareno que
fue varón profeta, poderoso en obras y palabra delante de Dios y de todo el
pueblo… Entonces él les dijo: ¡Oh, insensatos y tardos de corazón para creer
todo lo que dijeron los profetas! ¿No es verdad que era necesario que el Cristo
padeciese estas cosas antes de entrar en su gloria?” (Lc 24, 15-20. 25-26)
- “Y mientras contaban esto, él mismo se presentó en
medio de ellos y les dice: Paz con vosotros. Quedaron sobrecogidos y llenos de
miedo; creían ver un espíritu. Pero él les dijo: ¿Por qué os turbáis y por qué
dudáis en vuestros corazones? Ved mis manos y mis pies. Soy yo mismo. Tocadme y
ved. Un espíritu no tiene carne y huesos, como véis que yo tengo. Y cuando esto
dijo, les mostró las manos y los pies. Como siguiesen incrédulos por la alegría
y admirados, añadió: ¿Tenéis aquí algo de comer? Y ellos le dieron un trozo de
pez asado. Él lo tomó y comió delante de todos” (Lc 24, 36-42)
LA HOJA SEMANAL
(del 18 al 23 de abril) (año de la familia)
Lunes (18)
De la Octava de Pascua (san Juan Isauro, monje)
Palabras: “De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: Alegraos” (Mt 28,9)
Reflexión: No tengáis miedo: Id y comunicad a mis hermanos que vayan a Galilea
Propósito, durante el día: Hijo de Dios, hermano de Cristo, protegido del Espíritu Santo
Martes (19)
De la Octava de Pascua (san León IX, papa)
Palabras: “Ve a mis hermanos y diles: Subo al Padre mío y Padre vuestro …” (Jn 20,17)
Reflexión: María Magdalena dijo a los discípulos: He visto al Señor y ha dicho esto
Propósito, durante el día: Señor, auméntanos la fe
Miércoles (20)
De la Octava de Pascua (santa Inés de Montepulciano, virgen)
Palabras: “Quédate con nosotros porque atardece y el día va de caída” (Lc 24,29)
Reflexión: ¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino?
Propósito, durante el día: Señor, que te escuche, que haga tu voluntad
Jueves (21)
De la Octava de Pascua (san Anselmo de Canterbury, obispo y doctor de la Iglesia)
Palabras: “El Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día… (Lc 24,46)
Reflexión: … y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados”
Propósito, durante el día: Señor, dame tu amor y tu gracia
Viernes (22)
De la Octava de Pascua (santos Sotero y Cayo, mártires)
Palabras: “Y el discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: Es el Señor” (Jn 21,7)
Reflexión: Esta fe la tercera vez que se apareció a los discípulos después de resucitar
Propósito, durante el día: Señor, que te busque, que te encuentre, que te siga
Sábado (23)
De la Octava de Pascua (san Jorge, mártir)
Palabras: Por último, se apareció Jesús a los Once cuando estaban a la mesa (Mc 16,14)
Reflexión: Les echó en cara que no habían creído a los que lo habían visto resucitado
Propósito, durante el día: Reina del Cielo, alégrate. ¡Aleluya! Porque resucitó de verdad
(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)
Las lecturas del día 17, domingo (de Pascua de
Resurrección del Señor) rebosan de la alegría de la Resurrección: “Dios lo resucitó
al tercer día y nos lo hizo ver no a todo el pueblo, si a los testigos que él
había designado” (Hech 10); “Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los
bienes de allá arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios” (Col 3);
“Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro, los dos corrían
juntos” (Jn 20,7). Cristianismo es vida de detalles de amor, de respeto. Con
todos.
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
- “Padre,
perdónalos, porque no saben lo que hacen. El Evangelio destaca que Jesús “decía”
(v. 34) esto. No lo dijo una sola vez en el momento de la crucifixión, sino que
pasó las horas que estuvo en la cruz con estas palabras en los labios y en el
corazón. Dios no se cansa de perdonar. Debemos entender esto, pero entenderlo
no sólo con la mente, sino entenderlo también con el corazón. Dios nunca se
cansa de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de pedirle perdón, pero
Él nunca se cansa de perdonar. Él no es que aguante hasta un cierto punto para
luego cambiar de idea, como estamos tentados de hacer nosotros. Jesús -enseña
el Evangelio de Lucas- vino al mundo a traernos el perdón de nuestros pecados
(cf. Lc 1,77) y al final nos dio una instrucción precisa: predicar a
todos, en su nombre, el perdón de los pecados (cf. Lc 24,47).
Hermanos y hermanas, no nos cansemos del perdón de Dios, ni nosotros sacerdotes
de administrarlo, ni cada cristiano de recibirlo y testimoniarlo. No nos
cansemos del perdón de Dios.” (Homilía, misa del domingo de Ramos, 10 de abril
de 2022)
- “La paz
que Jesús nos da en Pascua no es la paz que sigue las estrategias del mundo,
que cree obtenerla por la fuerza, con las conquistas y con varias formas de
imposición. Esta paz, en realidad, es solo un intervalo entre las guerras: lo
sabemos bien. La paz del Señor sigue el camino de la mansedumbre y de la cruz:
es hacerse cargo de los otros. Cristo, de hecho, ha tomado sobre sí nuestro
mal, nuestro pecado y nuestra muerte. Ha tomado consigo todo esto. Así nos ha
liberado. Él ha pagado por nosotros. Su paz no es fruto de algún acuerdo, sino
que nace del don de sí. Esta paz mansa y valiente, sin embargo, es difícil de
acoger. De hecho, la multitud que alababa a Jesús es la misma que unos días
después grita “Crucifícale” y, asustada y desilusionada, no mueve un dedo por
Él.” (Audiencia general, 13 de abril de 2022)
-
“Jesucristo, siendo signo de contradicción —que no siempre es algo cruento ni
duro, ya que la misericordia es signo de contradicción y mucho más lo es la
ternura—, Jesucristo, digo, hace que se revelen estos ídolos, que se vea su
presencia, sus raíces y su funcionamiento, y así el Señor los pueda destruir, y
ésta es la propuesta: dar espacio para que el Señor pueda destruir nuestros
ídolos escondidos. Y debemos recordarlos, estar atentos, para que no renazca la
cizaña de esos ídolos que supimos esconder entre los pliegues de nuestro
corazón. Y quisiera concluir pidiéndole a san José, padre castísimo y sin
ídolos escondidos, que nos libre de todo afán de posesión, ya que este, el afán
de posesión, es la tierra fecunda en la que crecen los ídolos. Y que nos dé
también la gracia de no claudicar en la ardua tarea de discernir estos ídolos
que, con tanta frecuencia, escondemos o se esconden. Y también le pedimos a san
José que allí donde dudamos acerca de cómo hacer las cosas mejor, interceda por
nosotros para que el Espíritu nos ilumine el juicio, como iluminó el suyo
cuando estuvo tentado de dejar “en secreto” (“lathra”) a María, de modo tal
que, con nobleza de corazón, sepamos supeditar a la caridad lo aprendido por
ley” (homilía en la misa crismal, 14 de abril de 2022)
Para todos los lectores del blog: ¡Feliz Pascua de
Resurrección!
(17.04.21)
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