LO TRIBUTARIO (nº 446)

Aplicación de los tributos (13): los actos administrativos

Era práctica escolar antigua distinguir entre “actos del hombre” y “actos humanos”. Los “actos del hombre” incluían los actos instintivos, a semejanza de los de cualquier animal. Los “actos humanos” se caracterizan por el componente de la racionalidad, teóricamente son actos libres y voluntarios y, por tanto, son actos responsables, de los que se puede derivar una responsabilidad. A diferencia de los actos instintivos, los actos humanos manifiestan una voluntad, se hacen por algún motivo o causa y para alguna finalidad. Los actos de la Administración son actos humanos porque se realizan por una voluntad humana responsable.

No existe definición legal del acto administrativo. La Ley 39/2015, LPA (art. 34), señala que puede ser dictado de oficio o a instancia del administrado y exige que se produzca por órgano competente (recuérdese que la competencia puede ser territorial, material, orgánica o funcional; la incompetencia territorial y la material determinan la nulidad: art. 47 LPA), ajustándose a los requisitos y al procedimiento establecido (prescindir absolutamente del procedimiento establecido determina la nulidad: art. 47 LPA). El contenido de los actos se ajustará a lo dispuesto por el ordenamiento jurídico y adecuado a los fines de tales actos (los actos contrarios al ordenamiento son anulables, incluso por desviación de poder: art. 48 LPA). Los actos de la Administración sujetos al Derecho Administrativo son ejecutivos con arreglo a la LPA (art. 38 LPA). Los actos de la Administración se presumen válidos y producen efectos desde la fecha en que se dicten, salvo que se disponga otra cosa (por lo general, la eficacia del acto administrativo queda demorada hasta su notificación, publicación o aprobación: v. arts. 39 a 46 LPA)

Es conveniente recordar la diferencia entre actos y resoluciones. Éstas que, por lo general, son actos por los que concluye un procedimiento, en todo caso son manifestaciones de voluntad de la Administración que contienen un mandato, una ordenación, una decisión que se debe cumplir. Las resoluciones de carácter particular (por razón de la persona, de la materia, del territorio…), no pueden vulnerar (art. 37 LPA) lo dispuesto en una disposición de carácter general (decretos, órdenes ministeriales …), aunque aquéllas procedan de un órgano de igual o superior jerarquía. Son nulas las resoluciones administrativas que vulneren una disposición reglamentaria y aquellas en las que concurra causa de nulidad (art. 47 LPA). La resolución debe ser expresa y en plazo, salvo caducidad. El “silencio negativo” puede permitir recurso.

Los actos de la Administración, en su forma (art. 36 LPA) pueden ser gestuales (como en la ordenación del tráfico), orales (cuando se ordena a un órgano inferior, si debe quedar constancia escrito se firmará por este órgano, expresando en la comunicación del mismo la autoridad de que procede: por orden de…) o escritos (a través de medios electrónicos, a menos que su naturaleza exija otra forma más adecuada de expresión y constancia (art. 26 LPA, sobre el contenido de los documentos electrónicos). Igualmente se regula la validez y eficacia de las copias realizadas por la Administración (art. 27 LPA). Y se regula la obligación de cumplir los plazos establecidos y su cómputo, así como la ampliación y la tramitación de urgencia (arts. 29 a 33 LPA)

DE LO HUMANO A LO DIVINO

- “El Señor Dios tomó al hombre y lo colocó En el jardín de Edén para que lo trabajara y los guardara; y el Señor Dios impuso al hombre este mandamiento: “-De todos los árboles del jardín podrás comer, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que comas morirás. Entonces dijo el Señor Dios: -No es bueno que el hombre esté solo; voy a hacerle una ayuda adecuada para él… Entonces el Señor Dios infundió un profundo sueño al hombre y éste se durmió; tomó luego una de sus costillas y cerró el hueco con carne. Y el Señor Dios, de la costilla que había tomado del hombre, formó una mujer y la presentó al hombre. Entonces dijo el hombre: - Ésta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Se la llamará mujer, porque del varón fue hecha. Por eso, dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán una sola carne. Ambos estaban desnudos, el hombre y la mujer, y no sentían vergüenza” (Gn 2,15-18 y 21-25)

El pasaje recuerda un relato publicado hace muchos años en un periódico. Solos en el Paraíso, amándose y bien avenidos, Adán regaló un día a Eva una lagartija de preciosos colores. Probando distintos sitios, Eva se preguntaba dónde quedaría mejor. Y se la puso en el pelo. Quedaba muy bonita. Pensaban ir a pasear por Edén, ¿dónde si no?, como siempre. La mujer, sentando así un precedente secular, dijo que no le apetecía. El hombre se fue solo, no sin escuchar la advertencia de tener cuidado y volver pronto. Cuando regresó Adán, ella parecía dormida; él se recostó en una curvatura del terreno y se durmió. Eva se acercó a él y, delicadamente, suavemente y poco a poco, fue acariciando el costado de Adán y, en él, cada una de sus costillas: una, dos, tres… No faltaba ninguna. Eva entornó los ojos, suspiró tranquila y se durmió también.

- “La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que había hecho el Señor Dios, y dijo a la mujer: - ¿De modo que os ha mandado Dios que no comáis de ningún árbol del jardín? La mujer respondió a la serpiente: - Podemos comer del fruto de los árboles del jardín; pero Dios nos ha mandado: “No comáis ni toquéis el futo del árbol que está en medio del jardín, pues moriríais”. La serpiente dijo a la mujer: - No moriréis en modo alguno; es que Dios sabe que el día que comáis de él se os abrirán los ojos y seréis como Dios, conocedores del bien y del mal. La mujer se fijó que el árbol era bueno para comer, atractivo a la vista y que aquel árbol era apetecible para alcanzar sabiduría; tomo de su fruto, comió, y a su vez dio a su marido que también comió. Entonces se les abrieron los ojos y conocieron que estaban desnudos; entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron. Y cuando oyeron la voz del Señor Dios que se paseaba por el jardín a la hora de la brisa, el hombre y su mujer se ocultaron de la presencia del Señor Dios entre los árboles del jardín…” (Gen 3,1-8). “El Señor Dios hizo unas túnicas de piel para el hombre y la mujer, y los vistió… Así pues, el Señor Dios lo expulsó del jardín del Edén, para que trabajase la tierra de la que había sido tomado… (Gen 3,21.23)

- “Adán conoció a Eva, su mujer, que concibió y dio a luz a Caín. Y dijo: - He adquirido un varón gracias al Señor. Después, dio a luz a su hermano Abel. Abel fue pastor de ganado menor y Caín, labrador… Adán conoció de nuevo a su mujer, y ella dio a luz a un hijo al que puso por nombre Set, pues se dijo: “Dios me ha concedido otro descendiente en lugar de Abel, ya que lo mató Caín” (Gen 4,1-2, 25). El día 24 de diciembre celebramos los santos Adán y Eva.

LA HOJA SEMANAL
(del 6 al 11 de agosto)

Lunes (6)

La Transfiguración de Nuestro Señor Jesucristo
Palabras: Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador (Mc 9,3)
Reflexión: ¡Qué bien se está aquí!
Propósito, durante el día: Presencia de Dios. Todo el día, en todo momento

Martes (7)

San Cayetano, presbítero (18ª TO)
Palabras: “¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo” (Mt 14,27)
Reflexión: Pedro empezó a hundirse. “¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?”
Propósito, durante el día: Dios mío, no te fíes de mí; yo me fío de Ti

Miércoles (8)

Santo Domingo de Guzmán, presbítero y fundador (18ª TO)
Palabras: “Se postró ante él y le pidió: - Señor socórreme” (Mt 15,25)
Reflexión: Mujer, qué grande es tu fe. Que se cumpla lo que deseas
Propósito, durante el día. Actos de fe. Contigo, todo. Sin Ti, nada

Jueves (9)

Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein), virgen y mártir (18ª TO)
Palabras: ¿Quién decís que soy yo? (Mt 16,15)
Reflexión: Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia
Propósito, durante el día: Vivir en la Iglesia, amar a la Iglesia

Viernes (10)

San Lorenzo, diácono y mártir (18ª TO)
Palabras: “El que se ama a sí mismo, se pierde” (Jn 12,25)
Reflexión: El que se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna
Propósito, durante el día: Poner ante Dios, el yo, la vanagloria, la presunción

Sábado (11)

Santa Clara, virgen (18ª TO)
Palabras: “Si vuestra fe fuera como un grano de mostaza… (Mt 17,20)
Reflexión: … le diríais a aquella montaña que viniera aquí y vendría”
Propósito, durante el día: Madre mía, pide a Dios que aumente mi fe

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 5, domingo (18º TO, ciclo B; Dedicación de la Basílica de Santa María; Nª Sª de las Nieves, de África, del Remedio, Virgen Blanca de Ibiza) nos recuerdan nuestra existencia y subsistencia en Dios: “Moisés les dijo: - Es el pan que el Señor os da de comer” (Ex 16); “Revestiros de la nueva condición humana, creada a imagen de Dios: justicia y santidad verdaderas” (Ef 4); “Yo soy el pan de vida” (Jn 6). Abandonados en Dios, llenos de su amor, derramando amor del Amor para todos.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “Después, al final del relato, Jesús, cuando todos fueron saciados, Jesús dijo a los discípulos que recogieran los pedazos que habían sobrado, para que no se perdiera nada. Y yo quisiera proponeros esta frase de Jesús: “Recoged los trozos sobrantes para que nada se pierda” (v. 12). Pienso en la gente que tiene hambre y en cuánta comida sobrante tiramos... que cada uno piense: el alimento que sobra en la comida, la cena, ¿a dónde va? ¿En mi casa qué se hace con la comida que sobra? ¿Se tira? No. Si tú tienes esta costumbre, te doy un consejo: habla con tus abuelos que han vivido la posguerra, y pregúntales qué hacían con la comida sobrante. Nunca se tira la comida sobrante. Se vuelve a hacer o se da a quien pueda comerlo, a quien tiene necesidad. Nunca se tira la comida sobrante. Este es un consejo y también un examen de conciencia: ¿Qué se hace en casa con la comida que sobra?” (Angelus, día 29 de julio de 2018)

-“Queridos hermanos y hermanas, los ídolos prometen vida, pero en realidad la quitan. El Dios verdadero no pide la vida, sino que la dona, la regala. El Dios verdadero no ofrece una proyección de nuestro éxito, sino que enseña a amar. El Dios verdadero no pide hijos, sino que dona a su Hijo por nosotros. Los ídolos proyectan hipótesis futuras y hacen despreciar el presente; el Dios verdadero enseña a vivir en la realidad de cada día, en lo concreto, no con ilusiones sobre el futuro: hoy y mañana y pasado mañana caminando hacia el futuro. La concreción del Dios verdadero contra la liquidez de los ídolos. Yo os invito a pensar hoy: ¿cuántos ídolos tengo o cuál es mi ídolo favorito? Porque reconocer las propias idolatrías es un inicio de gracia, y pone en el camino del amor. De hecho, el amor es incompatible con la idolatría: si algo se convierte en absoluto e intocable, entonces es más importante que un cónyuge, que un hijo, o que una amistad. El apego a un objeto o a una idea hace ciegos al amor. Y así para ir detrás de los ídolos, de un ídolo, podemos incluso renegar al padre, la madre, los hijos, la mujer, el esposo, la familia... lo más querido. El apego a un objeto o a una idea hace ciegos al amor. Llevad esto en el corazón: los ídolos nos roban el amor, los ídolos nos hacen ciegos al amor y para amar realmente es necesario ser libres de todo ídolo. ¿Cuál es mi ídolo? ¡Quítalo y tíralo por la ventana!” (Audiencia general, 1 de agosto de 2018)

- 143. Pero estas experiencias no son lo más frecuente, ni lo más importante. La vida comunitaria, sea en la familia, en la parroquia, en la comunidad religiosa o en cualquier otra, está hecha de muchos pequeños detalles cotidianos. Esto ocurría en la comunidad santa que formaron Jesús, María y José, donde se reflejó de manera paradigmática la belleza de la comunión trinitaria. También es lo que sucedía en la vida comunitaria que Jesús llevó con sus discípulos y con el pueblo sencillo

144. Recordemos cómo Jesús invitaba a sus discípulos a prestar atención a los detalles. El pequeño detalle de que se estaba acabando el vino en una fiesta. El pequeño detalle de que faltaba una oveja. El pequeño detalle de la viuda que ofreció sus dos moneditas. El pequeño detalle de tener aceite de repuesto para las lámparas por el si el novio se demora. El pequeño detalle de pedir a sus discípulos que vieran cuántos panes tenían. El pequeño detalle de tener un fueguito preparado y un pescado en parrilla mientras esperaba a los discípulos de madrugada.” (Exh. Ap. “Gaudete et exsultate”)

(5.08.18)

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