LO TRIBUTARIO

Entes tributarios

Establece el artículo 34.4 LGT: “Tendrán la consideración de obligados tributarios, en las leyes en que así se establezca, las herencias yacentes, comunidades de bienes y demás entidades que, carentes de personalidad jurídica, constituyan una entidad económica o un patrimonio separado susceptibles de imposición”. Es un texto que tiene su antecedente inmediato en el artículo 33 LGT/1963 y que afecta a diversos impuestos del sistema tributario estatal.

Aunque es poco relevante, habría que plantear primero la duda referida a si se debe decir “entidades” o, como parece más adecuado, “entes” cuando se trata de “situaciones” en que se encuentran determinados bienes (comunidad de bienes, herencia yacente, patrimonio separado), que, desde luego, no tienen personalidad jurídica. Y esta cuestión lleva a otra referida a las sociedades civiles (art. 1665 y sgs. Cc) que, a veces, se incluyen en la relación de “entidades” añadiendo “tengan o no personalidad jurídica” (art. 8.3 LIRPF, art. 6.1 LIRPF). Parece que, en cuanto que la sociedad tiene derechos frente a los socios y puede ejercitarlos y defenderlos, habría que convenir que toda sociedad, contrato consensual, tiene personalidad. Ni la consideración de “irregular” por causa de bienes inmuebles, ni la posibilidad de “pactos secretos” que lleva a aplicar las normas de las comunidades de bienes, pueden oponerse a la existencia de la personalidad nacida del contrato. También se debe recordar que hay comunidades de bienes, las de propietarios en la propiedad horizontal, a las que se reconoce una cierta personalidad jurídica.

La regulación de estas “entidades” en cada tributo pone de manifiesto la incoherencia del sistema. En la LIRPF se regula la atribución de las rentas obtenidas a través de estos entes (arts. 86 a 90) y se considera (art. 33) que no hay alteración patrimonial en su disolución o en la separación de comuneros. En la LIS, después de regular la atribución (art. 6.1), se incluyen como sujetos pasivos (art. 7) entes sin personalidad (uniones temporales de empresas, fondos...) y las sociedades agrarias de transformación (art. 6.2) que son sociedades civiles. De forma similar es la regulación en la LIRNR (art. 7). En la LIVA se considera sujeto pasivos (art. 84.3), empresarios o profesionales, a las entidades sin personalidad y se sujetan (art. 8) las aportaciones y adjudicaciones en comunidades de bienes y entidades sin personalidad, aunque son meras especificación de derechos. En el ITP se consideran sociedades, a efectos del concepto “Operaciones Societarias” (art. 22), la copropiedad de buques y la comunidad de bienes constituida por actos “inter vivos” que realice actividades empresariales, así como la constituida u originada por actos “mortis causa” cuando continúe en régimen de indivisión la explotación del negocio.

Cada uno de estos “entes tributarios” ofrece una variada problemática en su consideración. Así, las comunidades de bienes “romanas” (art. 392 y sgs. Cc), que hacen que la cosa común pertenezca plenamente a cada copropietario, sin perjuicio de las cuotas “espirituales” a efectos de administración, separación o disolución, se deben diferenciar de la comunidad “germánica”, la sociedad de gananciales en el matrimonio, que se concreta en cada bien hasta el tiempo de la liquidación. La comunidad de bienes es la situación jurídica en que está una cosa y se constituye, ipso iure, por la adquisición en común, o por convenio bilateral, como en el caso de fincas colindantes.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Si se pudiera decir así, la reforma tributaria de 1978 fue un trabajo romántico, como correspondía a la situación social y política que entonces se vivía. Su motivación no fue recaudar más, sino perfeccionar al sistema fiscal en aras de una imposición justa. Pequeños detalles demuestran que fue así: se eliminaron los impuestos reales antes exigidos por cada clase de renta, sin conseguir la progresividad en la imposición personal por todas las rentas ganadas, se acabó con las estimaciones globales, se corrigió la confiscación en la doble exigencia IRPF / IP, configurando este último tributo como instrumento para conseguir la progresividad en la rentas derivadas del capital. Y no es tan pequeño el detalle de la realidad que llevó a un vacío de caja en el primer año de vigencia del impuesto, como consecuencia de la desaparición de los anteriores impuestos proporcionales a cuenta. Se tuvo que remediar la situación con unas retenciones excesivas, que aún permanecen con criterio recaudatorio, retrasando las devoluciones, inventando un pago anticipado y retrasando devoluciones.

Nada que ver con los cambios del presente siglo que procuraban la protección fiscal de las rentas de capital, incluidas las ganancias especulativas, ni con la intención de las modificaciones que ahora se anuncian y que llevan a debatir sobre la tributación de rentas altas y bajas, sobre incentivar el consumo, sobre no perder recaudación. Y este cambio de perspectiva hace recordar conceptos elementales de la Ciencia de la Hacienda. En esa consideración se llegó a construir una “teoría del sacrificio”, atendiendo a la utilidad económica de cada unidad de renta según fuera el importe total de la obtenida. Se llegaba así a considerar la evidente injusticia del impuesto de igual cuantía exigible para todos (lo que llamaríamos la contribución “a escote”, como se reparten los gastos los amigos, cualesquiera que sean sus recursos económicos) y también la injusticia del impuesto proporcional, con la misma explicación. El impuesto progresivo es el único justo. Esa consideración de utilidades se relacionaba inevitablemente con los empleos de la renta ganada señalándose “umbrales de ahorro” que se alcanzan cuando se gana tanto como para tener satisfechas las necesidades de sobrevivencia, de comodidad, de promoción social. De modo que el gravamen sobre las rentas altas disminuye primero el ahorro, o impide ahorrar, y afecta al consumo cuando no se alcanza el umbral. Si todas estas consideraciones tuvieron réplica doctrinal, también la tuvo la consideración como “injustos” de los impuestos sobre la renta gastada, proporcionales, porque a menor renta corresponde mayor nivel de consumo, si se considera que a mayor renta corresponde no sólo más consumo, sino también consumo más caro. Y, también se debatió sobre la discriminación de rentas del trabajo o del capital. Y sobre los efectos de la tributación, desde el efecto remoción a la evasión.

Ese pervivencia de los conceptos elementales trae a la memoria la carta a la iglesia de Éfeso del Apocalipsis: “Pero tengo contra ti que has perdido la caridad que tenías al principio” (Ap. 2.4). Y recomienda: “arrepiéntete y practica las obras de antes”. Cristianismo es caridad porque Dios es amor (1 Jn 4,8 y 16) y ser cristiano es amar a Dios “con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente” (Dt 6,5). Y, el “amarás al prójimo como a ti mismo”, en Jesucristo, ha dado paso a: “Este es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros como yo os he amado” (Mt 15,12). Esa es la caridad primera a la que somos llamados. Si tenemos recuerdos de infancia, de juventud, de conversión en la madurez, debemos volver a aquel amor sincero, pleno, confiado, en Dios y a aquel amor ilusionado, generoso y desinteresado a los demás. Ya sabemos: “obras son amores y no buenas razones”. Es tiempo de volver a la casa del Padre.

LA HOJA SEMANAL
(del 10 al 15 de febrero de 2014)

Lunes (10)

Santa Escolástica, virgen
Las palabras: “Cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús” (Mc 6,55)
La reflexión: Le llevaban los enfermos y los curaba
Propósito, durante el día: Cúrame Buen Jesús de mis debilidades, mis fallos de amor

Martes (11)

Nuestra Señora de Lourdes
Las palabras: “Este pueblo me honra con los labios” (Mc 7,6)
La reflexión: El culto vacío. Los mandamientos humanos. Las apariencias
Propósito, durante el día: Ayúdame, Dios mío, a hacer de mi vida un altar

Miércoles (12)

San Modesto, mártir
Las palabras: “Del corazón del hombre salen los malos pensamientos” (Mc 7,21)
La reflexión: El “cumplo y miento” de los cumplimientos formales, rutinarios
Propósito, durante el día: Dios que ves en mi interior, dame tu amor y tu gracia.

Jueves (13)

San Benigno, mártir
Las palabras: “Se enteró enseguida, fue a buscarlo y se echó a sus pies” (Mc 7, 25)
La reflexión: La mujer siro-fenicia. La migajas que tiran los niños.
Propósito, durante el día: Buscar a Dios, tratarle, amarlo. Constantes en la oración.

Viernes (14)

Santos Cirilo, monje, y Metodio, obispo, patronos de Europa
Las palabras: “Está cerca de vosotros el Reino de Dios” (Lc 10,9 y 11)
La reflexión: La mies es mucha y los obreros pocos. Nuestra misión
Propósito, durante el día: Oración por los que no conocen a Dios o lo han abandonado

Sábado (15)

San Claudio de la Colombière, S.I., confesor
Las palabras: “Me da lástima esta gente” (Mc 8,2)
La reflexión: La multiplicación de los panes. La compasión de Dios
Propósito, durante el día: Vivir en Cristo. Confiar en Dios: en lo pequeño y en lo grande

(La reflexión y el propósito, claro, corresponde a cada uno)

(El día 9, segundo domingo de los de la devoción a San José)
(Campaña contra el hambre en el mundo)
La semana 5ª del tiempo ordinario empieza con lecturas que nos señalan el propósito de dar testimonio cristiano con nuestra vida: cuando destierres de ti la opresión, el gesto amenazador y la maledicencia (Is 58); no apoyando la fe en la sabiduría de los hombres (1 Co 2); que vean vuestras buenas obras (Mt 5). El Niño Jesús no ha cumplido dos meses. Podemos tenerlo en brazos mientras le contamos en voz baja lo que nos pasa.


PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

“Cada persona consagrada es un don para el pueblo de Dios en camino. Hay gran necesidad de estas presencias, que refuerzan y renuevan el compromiso de difusión del Evangelio, de la educación cristiana, de la caridad hacia los más necesitados, de la oración contemplativa; el compromiso de la formación humana, de la formación espiritual de los jóvenes, de las familias; el compromiso por la justicia y la paz en la familia humana. ¿Pero pensamos qué pasaría si no estuviesen las religiosas en los hospitales, las religiosas en las misiones, las religiosas en las escuelas? ¿Pensad en una Iglesia sin religiosas! No se puede pensar: ellas son ese don, esta levadura que lleva adelante el pueblo de Dios. Son grandes estas mujeres que consagran su vida a Dios, que llevan adelante el mensaje de Jesús! (Ángelus, día 2 de febrero de 2014, en la jornada mundial de la vida consagrada)

“La Eucaristía constituye la cumbre de la acción de salvación de Dios: el Señor Jesús, haciéndose pan partido por nosotros, vuelve, en efecto, sobre nosotros toda su misericordia y su amor, de tal modo que renueva nuestro corazón, nuestra existencia y nuestro modo de relacionarnos con Él y con los hermanos. Es por ello que comúnmente, cuando nos acercamos a este sacramento, decimos recibir la Comunión>, : esto significa que en el poder del Espíritu Santo, la participación en la mesa eucarística nos conforma de modo único y profundo a Cristo, haciéndonos pregustar ya ahora la plena comunión con el Padre que caracterizará el banquete celestial, donde con todos los santos tendremos la alegría de contemplar a Dios cara a cara” (Audiencia general, día 5 de febrero de 2014)

“Si de verdad dejáis emerger las aspiraciones más profundas de vuestro corazón, os daréis cuenta de que, en vosotros hay un deseo inextinguible de felicidad, y esto os permitirá desenmascarar y rechazar tantas ofertas que encontráis a vuestro alrededor. Cuando buscamos el éxito, el placer, el poseer en modo egoísta y los convertimos en ídolos, podemos experimentar también momentos de embriaguez, un falso sentimiento de satisfacción, pero al final nos hacemos esclavos, nunca estamos satisfechos, y sentimos la necesidad de buscar cada vez más. Es muy triste ver a una juventud , pero débil” (Mensaje, fechado el día 21 de enero, para la jornada mundial de la juventud, 2014)

“Queridos hermanos y hermanas, que este tiempo de Cuaresma encuentre a toda la Iglesia dispuesta y solícita a la hora de testimoniar a cuantos viven en la miseria material, moral y espiritual el mensaje evangélico, que se resume en el anuncio del amor del Padre misericordioso, listo para abrazar en Cristo a cada persona. Podremos hacerlo en la medida en que nos conformemos a Cristo, que se hizo pobre y nos enriqueció con su pobreza. La Cuaresma es un tiempo adecuado para despojarse; y nos hará bien preguntarnos de qué podemos privarnos a fin de ayudar y enriquecer a otros con nuestra pobreza. No olvidemos que la verdadera pobreza duele: no sería válido un despojo sin esta dimensión penitencial. Desconfío de la limosna que no cuesta y no duele.” (Mensaje para la Cuaresma, fechado en el Vaticano el día 26 de diciembre de 2013)

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