LO TRIBUTARIO (n.º 1119)
Impuesto sobre Sociedades: 6) valoraciones
Si el legislador del Impuesto sobre Sociedades fuera relojero nunca llegarían a sonar las campanadas de la nochevieja. Cada nueva lectura se le ocurre un nuevo requisito, un nuevo deber formal y siempre hay un adverbio que añadir como el degraciado “efectivamente” que no se puede descubrir qué añade. Después de tantas versiones los problemas siguen estando en el los gastos y en las deducciones. Cuando ya se había superado los antiguos requisitos (necesidad y contabilización) para que un gasto fuera fiscalmente deducible, en la nueva redacción se encontró “ni los que se hallen relacionados con los ingresos”, aprovechando un texto (art. 15.e) LIS) que no se refería a un requisito, sino a un supuesto de deducibilidad “No se entenderán comprendidos en esta letra (no tendrán la consideración de gastos fiscalmente deducibles…” o sea, son deducibles) e) los gastos por atenciones a clientes o proveedores… ni al personal de la empresa … ni los realizados para promover la venta y los servicios, ni los que se hallen correlacionados con los ingresos (este es el cuarto caso de deducibilidad y se consideró como un requisito común a los “tres” anteriores). En consideraciones como ésta, con graves consecuencias, se enredaba la Administración que olvida que también es gestora y no sólo recaudadora. Como pasa con el doble título de los servicios de los administradores de sociedades, cuando se había superado el requisito estatutario e, incluso, la específica aprobación en junta general.
El artículo 17 LIS regula la regla general (según los criterios del CdeC) y las especiales de valoración en los supuestos de transmisiones lucrativas y societarias: aumentos de capital, transmisiones en procesos de fusión y escisión; valor de mercado en la transmisiones a título lucrativo, los elementos aportados y los valores recibidos, los transmitidos a socios en disolución, separación, reducción con devolución, reparto d ella prima de emisión y distribución de beneficios, adquisiciones por permutas, canje o conversión; en la reducción de capital don finalidad diferente a la devolución; coberturas contables y partidas cubiertas con cambios de valor reconocidos en la cuenta de pérdidas y ganancias.
Y el artículo 18 (arts. 13 a 36 RIS) regula el tratamiento peculiar de las operaciones vinculadas, su delimitación, los métodos y la documentación, además de un habilitación reglamentaria para la comprobación de estas operaciones. Es un mar de los sargazos del que nadie da explicación respecto de su justificación o necesidad, desde luego, cuando se aplica dentro de la misma soberanía fiscal. Los más veteranos en esa infinita batalla recuerdan la situación hace medio siglo cuando el legislador olvidó el ajuste bilateral entre en IRPF y el IS. También cuando el ajuste por vinculación se refería a los modelos de convenio de la OCDE y se limitaba a a atender al mismo objeto, misma condiciones contractuales y de elaboración o transformación, semejanza en el lugar y en el tiempo… Y, años después, cuando la clave era que atendiendo al conjunto de partes afectadas se descubriera una menor tributación.
El artículo 19 LIS regula las integraciones en la base imponible de aspectos valorables manifestados en circunstancias peculiares: cambios de residencia, operaciones realizadas con o por personas o entidades residentes en paraíso fiscales y cantidades sujetas a retención.
Y, como inevitable consecuencia de los ajustes fiscales, extracontables, la ley incluye el artículo 20 que se refiere a los efectos de la valoración contable diferente a la fiscal. El precepto se refiere a la entidad adquirente de elementos patrimoniales o de un servicio en los que se produce esa circunstancia. Integrará en su base imponible la diferencia entre esos valores según se trate de elementos del activo circulante, elementos no amortizables, elementos amortizables del inmovilizado o de servicios. Como se dice en otros ámbitos sociales: “Cuando vengan los otros, esto no se queda así”. Pero, en el IS, tan mejorable, de verdad, la intención era buena.
DE LO HUMANO A LO DIVINO
Estar con Dios que es Padre. Vivir de continuo con Jesús que es Dios y hombre. Sentir que el Espíritu Santo nos acompaña, nos aconseja, nos anima y nos consuela. Estar con Dios, no hay más.
- El Reino de Dios viene a ser como un hombre que echa la semilla sobre la tierra, y, duerma o vele noche y día, la semilla nace y crece, sin que él sepa cómo. Porque la tierra produce fruto ella sola: primero hierba, después espiga y por fin trigo maduro en la espiga. Y en cuanto está a punto el fruto enseguida mete la hoz , porque ha llegado la siega” (Mc 4,26-29). “Las tierras de cierto hombre rico dieron mucho fruto. Y se puso a pensar para sus adentros: ¿qué puedo hacer, ya que no tengo donde guardar mi cosecha? Y se dijo: “Esto haré, voy a destruir mis graneros, y construiré otros mayores, y allí guardaré todo mi trigo y mis bienes. Entonces le diré a mi alma: “Alma, ya tienes muchos bienes almacenados para muchos años. Descansa, come, bebe, pásalo bien”. Pero Dios le dijo: “Insensato, esta noche te van a a reclamar el alma; lo que has preparado ¿para quién será? Así ocurrirá al que atesora para sí y no es rico para Dios” (Lc 12,16-21)
-”Un hombre tenía una higuera `plantada en su viña y fue a buscar en ella fruto y no lo encontró. Entonces le dijo al viñador: “Mira, hace tres años que vengo a buscar fruto dse esta higuera sin encontrarlo; córtala, ¿para qué va a ocupar terreno en balde? Pero él le respondió: Señor, déjala también este año hasta que cave a su alrededor y eche estiércol, por si produce fruto, si no, ya la cortarás” (Lc 13, 6-9)
- “Un hombre plantó una viña, la arrendó a unos labradores y se marchó lejos de allí mucho tiempo. A su debido momento envió un siervo a los labradores para que le dieran el fruto de la viña. Pero los labradores, después de golpearlo, lo despacharon con las manos vacías. Y volvió a envierles otro siervo. Pero ellos lo golpearon y lo ultrajaron y lo despacharon con las manos vacías. Y volvió a enviarles un tercero, pero ellos lo hirieron y lo echaron. Dijo entonces el amo de la viña: ¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; tal vez a él lo respetarán” pero los labradores al verlo comentaron entre ellos. “Éste es el heredero; lo mataremos para que sea nuestra su heredad. Y lo sacaron fuera de la viña y lo mataron. ¿Qué hará, pues, con ellos el amo de la viña? Vendrá, exterminará a esos labradores y entregará la viña a otros” (Lc 20,9-16). “¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos; dirigiéndose al primero le mandó: “Hijo, vete hoy a trabajar en la viña”. Pero él le contestó: “No quiero”. Sin embargo se arrepintió después y fue. Se dirigió entonces al segundo y le dijo lo mismo. Éste le respondió: “Voy, señor”, pero no fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre? - El primero, dijeron ellos” (Mt 21,28-30)
- “Pues el reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo y les dijo: “Id también vosotros a mi viña y os pagaré lo debido”. Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: “¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?”. Le respondieron: “Nadie nos ha contratado”. Él les dijo: “Id también vosotros a mi viña”. Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz: “Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros”. Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Al recibirlo se pusieron a protestar contra el amo: “Estos últimos han trabajado solo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno”. Él replicó a uno de ellos: “Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?”. Así, los últimos serán primeros y los primeros, últimos» (Mt 20,1-16)
LA
HOJA SEMANAL
(del 18 al 23 de agosto)
Lunes (18)
San Macario, abad (20ª TO)
Palabras: “Si quieres ser perfecto, anda, vende tus bienes, dáselos a los pobres y … (Mt 19,21)
Reflexión: … tendrás un tesoro en los cielos. Luego ven y sígueme”. El joven se fue triste; era rico
Propósito, durante el día: Todo mi haber y poseer son tuyos. Tú me los diste. Tí lo torno
Martes
(19)
San Ezequiel Moreno, obispo (20ª TO)
Palabras: El que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre… (Mt 19,29)
Reflexión: … recibirá cien veces más y heredará la vida eterna”
Propósito, durante el día: Tuyo soy; para Ti nací. ¿Que quieres, Jesús, de mí?
Miércoles
(20)
San Bernardo de Claraval, abad y doctor de la Iglesia (20ª TO)
Palabras: “Los últimos serán los primeros y los primeros, los últimos (Mt 20,16)
Reflexión: ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?”
Propósito, durante el día: En la hora de la muerte, llámame y mándame ir a Ti
Jueves
(21)
San Pío X, papa
Palabras: “Tengo preparado el banquete, … todo está a punto. Venid a la boda… (Mt 22,2)
Reflexión: … pero no quisieron ir” Volvió a mandar criados pero no les hicieron caso…
Propósito, durante el día: Aquí, estoy, Señor, para hacer tu voluntad
Viernes
(22)
Santa María Reina (día de abstinencia)
Palabras: “¿Quién soy yo para que venga a visitarme la Madre de mi Señor? (Lc 1,43)
Reflexión: … Dichosa tú que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá
Propósito, durante el día: Madre del Amor Hermoso, ayuda a tus hijos
Sábado
(23)
Santa Rosa de Lima, virgen (20ª TO)
Palabras: “Vosotros no os dejéis llamar maestro, porque sólo uno es vuestro maestro... (Mt 23,7)
Reflexión: … El primero entre vosotros, será vuestro servidor. El que se enaltece, será humillado
Propósito, durante el día: Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia
(la
reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)
Las lecturas del día 17, domingo (20º TO, ciclo C) nos preparan para lucha diaria: “Esos hombre han tratado inicuamente al profeta Jeremías, arrojándolo al aljibe, donde morirá de hambre…” (Jer 38); “No os canséis ni perdáis el ánimo. Todavía no habéis llegado a la sangre en vuestra pelea contra el pecado” (Heb 12); Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división” (Lc 12)
PALABRAS DEL PAPA LEÓN XIV
- “Las obras de misericordia son el banco más seguro y rentable al que confiar el tesoro de nuestra existencia, porque en él, como nos enseña el Evangelio, con “dos monedas” incluso una pobre viuda puede convertirse en la persona más rica del mundo (cf. Mc 12,41-44). San Agustín, a este propósito, dice: “Si dieses una libra de bronce y la recibieses de plata, o la dieses de plata y la recibieras de oro, te considerarías feliz. Lo que das se transforma realmente; se convertirá para ti no en oro ni en plata, sino en vida eterna” (Sermón 390,2). Y explica por qué: “se transformará, porque te transformarás tú” (ibíd.). Y para entender lo que quiere decir, podemos pensar en una mamá que abraza a sus hijos, ¿no es la persona más hermosa y rica del mundo? O también dos novios, cuando están juntos, ¿no se sienten un rey y una reina? Y podríamos poner tantos otros ejemplos. Por eso, en la familia, en la parroquia, en la escuela y en los lugares de trabajo, en cualquier lugar donde nos encontremos, intentemos no perder ninguna ocasión para amar. Esta es la vigilancia que nos pide Jesús, habituarnos a estar atentos, dispuestos, sensibles los unos con los otros, como Él lo está con nosotros en cada instante.” (Angelus, 10 de agosto de 2025)
- “La fe no nos evita la posibilidad del pecado, sino que nos ofrece siempre una vía para salir: la de la misericordia. Jesús no se escandaliza frente a nuestra fragilidad. Sabe bien que ninguna amistad es inmune al riesgo de traición. Pero sigue fiándose. Sigue sentándose en la mesa con los suyos. No renuncia a partir el pan, incluso para quien lo traicionará. Esta es la fuerza silenciosa de Dios: no abandona nunca la mesa del amor, ni siquiera cuando sabe que lo dejarán solo. Queridos hermanos y hermanas, también nosotros podemos preguntarnos hoy, con sinceridad: “¿Seré yo?”. No para sentirnos acusados, sino para abrir un espacio a la verdad en nuestro corazón. La salvación comienza aquí: en la conciencia de que podremos ser nosotros los que rompamos la confianza en Dios, pero que podemos ser también nosotros los que la recojamos, la custodiemos y la renovemos. En el fondo, esta es la esperanza: saber que, aunque podamos fallar, Dios nunca nos falla. Aunque podamos traicionar, Él nunca deja de amarnos. Y si nos dejamos alcanzar por este amor – humilde, herido, pero siempre fiel – entonces podemos de verdad renacer. Y empezar a vivir ya no como traidores, sino como hijos siempre amados.” (Audiencia general, 13 de agosto de 2025)
(17.08.25)
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