LO TRIBUTARIO (nº 1029)

Ciencia de la Hacienda: 52) La prueba (6): el objeto

La experiencia vital de los niños escolares en los años cincuenta del siglo XX llevará en muchos casos a recordar “las tareas de vacaciones” que se debían realizar en los meses de vacaciones estivales y que permitían no sólo no abandonar en el olvido todo lo estudiado en el curso concluido, sino también tener un medio de diversión, entendida como aplicarse al estudio sin la presión del colegio, el profesor o la familia. En la generación siguiente “de padres y madres” no era excepcional dedicar en “casi todos los días vacacionales” un tiempo para “hacer las tareas” ni el aviso diario materno para evitar olvidarlo. Pero en la generación anterior, hay experiencias para todos los gustos: desde la excepción del estudioso “desde la cuna a la tumba” que se ponía a la tarea al día siguiente de empezar las vacaciones, a la situación generalizada de los alumnos que “entraban en agobio” en septiembre pocos días antes de iniciar el colegio y de la fecha de entrega de las “tareas”. Algún octogenario actual guarda encuadernados los trabajos calificados y devueltos, se admira de la caligrafía con palillero, plumín y tintero, la iniciación de todas y cada una de las páginas con las siglas: VJJM (maristas) o AMDG (jesuítas), y algunos preciosos mapas de Geografía y dibujos, sobre todo en Ciencias Naturales, cuya autoría hay que adivinar en familiares próximos o en “terceros profesionales amigos”.    

Hay que hacerse como niños (sus ángeles miran a Dios, Mt 18,10)). Y, como niños, puede ser útil dedicar días de verano a acumular y sistematizar sentencias y resoluciones sobre “la prueba en la aplicación de os tributos” que pueden ser un instrumento útil para los trabajos habituales del curso. En el tiempo conclusivo, cuando hay que preparar “la presentación y las formas”, conviene incluir también una exposición genérica de la materia. Y, para empezar, puede ser oportuno recordar el aforismo: “Sobre el Derecho no hay pericia” (Iura novit Curia). No hay que probar el Derecho, porque su existencia de manifiesta en la ley, la jurisprudencia y los principios generales. Las normas se deben conocer y la ignorancia no excluye de su cumplimiento. Las normas “se interpretan” (art. 12 LGT). Son los hechos, respecto de los que se aplican las normas, los que debe estar probados (Da mihi facta dabo tibi Ius), aunque sea por presunción (deducción lógica) o por indicios (inducción suficiente). Y son los hechos los que “se califican” (art. 13 LGT) para evitar o corregir supuestos de simulación (art. 16 LGT). Los hechos determinantes de una tributación, que corresponde a la capacidad económica del que está obligado a contribuir (arr. 31 CE), deben ser reales. Tributar con base en hechos irreales, diferentes de la realidad, es contrario a los principios del Estado de Derecho, incluso cuando se disfraza de conflicto en la aplicación de una norma (art. 15 LGT), obligando a hacer tributar por hechos, actos o negocios no reales, distintos a los producidos, válidos, lícitos y eficaces en Derecho, para obtener una mayor recaudación. No entender esto es una consecuencia genética o adquirida.

También en el ámbito tributario se puede preguntar “¿qué es la verdad?” (cf. Jn 18,38) porque en Derecho se distingue entre la “verdad formal” (que resulta de aplicar las normas y resolver en Derecho) y la “verdad material” (la realidad).  Aunque, en todo caso, “la verdad es la verdad la diga Agamenon o su porquero” (“Juan de Mairena”, Antonio Machado). Al empecinado tributario hay que decirle “Tu verdad no, la verdad, y ven conmigo a buscarla. La tuya guárdatela” (“Nuevas canciones”, A. Machado). No hay nada más sospechoso en un texto normativo que establecer “a efectos de esta ley se entenderá…” o “sin perjuicio de…” porque son expresiones que esconden la verdad.      

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Vino, se fue; no se le detuvo. ¿Ley? Unos han pactado una independencia fiscal, como otras existentes. A la discriminación externa, contra natura, se añade la interna, arbitraria

Tiempo ordinario. Camino hacia el cielo. Cada día rezamos a Dios Padre diciéndole “Venga a nosotros tu Reino”. La vida del cristiano es andar los caminos del Señor. “Nadie fue ayer, / ni va hoy, / ni irá mañana / hacia Dios / por este mismo camino / que yo voy. / Para cada hombre guarda / un rayo nuevo de luz el sol… / y un camino virgen / Dios” (León Felipe).

Caminos del Señor. “Las sendas del Señor son misericordia y verdad” (salmo 24,10). Dice el Profeta: “Que tu misericordia y verdad me guarden para siempre” (salmo 39,12). Y, en oro lugar: “Tengo ante mis ojos tu bondad y camino en tu verdad” (salmo 25,3). Y también lo dice de sí mismo el Señor: “Mi verdad y mi misericordia lo acompañarán” (salmo 88,25). Pero contempla también las venidas manifiestas del Señor. En la que ya fue consumada encontrarás a un salvador misericordioso y en la prometida para el último día te encontrarás un remunerador justo. Tal vez por eso se haya dicho: “Porque el Señor ama la misericordia y la verdad, dará la gracia y la gloria” (salmo 83,12) … “la misericordia del Señor dura siempre y su verdad es eterna” (salmo 116,2)” (san Bernardo “sobre el salmo 90, sermón 11)

Con la Madre Dolorosa. “Stabat mater dolorosa iuxta crucem lacrimosa dum pendebat Filius” (secuencia atribuida a Iacopone da Todi, que murió en 1306, pero con texto emparentado con el “Laudisimus sanctae Crucis” de san Buenaventura que murió en 1274): “Estaba la Madre dolorosa de pie, llorando junto a la Cruz de la que el Hijo pendía. Una espada traspasó su alma que gemía, contristada y dolorida. ¡Qué desconsolada y triste estaba aquella Madre bendita del Hijo Unigénito de Dios! Esta Madre piadosa se apenaba y afligía, contemplando la pena de su Hijo divino. ¿Qué hombre no lloraría si viera a la Madre de Cristo en tanto suplicio? ¿Quién no se entristecería al poner los ojos en aquella Madre clemente que sufre a la par de su Hijo? Vio a Jesús torturado y azotado, a causa de los pecados de su pueblo. Presenció la muerte sin consuelo de su Hijo querido, cuando entregó el espíritu. Cuando llegue la hora de partir de este mundo, haz, oh Jesús, que, por medio de tu Madre, consiga yo la palma de la victoria. Amén”.

La oración hecha poesía: “Eia mater, fons amoris” (segunda parte del “Stabat”): “Oh Madre, fuente de amor, haz que yo sienta toda la fuerza de tu dolor para que llore contigo. Que arda mi corazón de amor a Cristo, mi Dios, y así le pueda consolar. Haz que se graben profundamente en mi corazón, oh Madre Santa, las Llagas del Crucificado. Comparte conmigo las penas de tu Hijo llagado que tanto se dignó padecer por mí. Que mientras viva, llore y me conduela de veras contigo por Cristo crucificado. Deseo acompañarte, estar de pie junto a la Cruz, y unirme a ti en el llanto.

Identificados con la Pasión, participando con la Virgen de la gloria del Paraíso. “Virgo virginum praeclara”: Oh gloriosa Virgen de las vírgenes, no te muestres rigurosa y permíteme unirme a tu llanto. Haz que lleve conmigo la muerte de Cristo y, participando de su Pasión, recuerde siempre sus heridas. Que se impriman en mí sus Llagas, embriagándome de su Cruz y de su Sangre. Que en el día del Juicio experimente, oh Virgen, tu auxilio para no verme atormentado por las llamas. Dame la defensa de la Cruz para que, resguardado por la muerte de Cristo, me reconforte la gracia.  Y, cuando el cuerpo muera, haz que mi alma reciba la gloria del Paraíso. Amén”

LA HOJA SEMANAL
(del 16 al 22 de septiembre)

Lunes (16)

Santos Cornelio y Cipriano, mártires (24ª TO)
Palabras: “Ni en Israel he encontrado tanta fe …” (Lc 7,9)
Reflexión: …Y, al volver a casa, los enviados encontraron al siervo sano”
Propósito, durante el día: Señor, aumenta nuestra fe

Martes (17)

San Roberto Belarmino, obispo y doctor de la Iglesia (24ª TO)
Palabras: “¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate! … (Lc 7,14)
Reflexión: … El muerto se incorporó y empezó a andar”
Propósito, durante el día: Venga a nosotros tu Reino y hágase tu voluntad

Miércoles (18)

San José de Cupertino, presbítero (24ª TO)
Palabras: “Vino el Hijo del hombre que come y bebe y decís: … (Lc 7,34)
Reflexión: … Mirad qué hombre tan comilón y borracho”
Propósito, durante el día: Jesús, Jesús, sé para mí siempre Jesús

Jueves (19)

San Jenaro, obispo y mártir (24ª TO)
Palabras: “Tu fe te ha salvado, vete en paz” (Lc 7,50)
Reflexión: Sus muchos pecados han quedado perdonados porque ha amado mucho”
Propósito, durante el día: Perdona nuestras ofensas. Ayúdanos a perdonar siempre

Viernes (20)

Santos Andrés Kim, Pablo Chong y compañeros mártires (24ª TO) (día de abstinencia)
Palabras: “Acompañado por los Doce y por algunas mujeres curadas” (Lc 8,1-2)
Reflexión: Como María Magdalena de la que habían salido siete demonios
Prepósito, durante el día: Aleja, Señor, de mí lo que me aparte de Ti

Sábado (21)

San Mateo, apóstol y evangelista (patrón de la Hacienda Pública)
Palabras: “Misericordia quiere y no sacrificio” (Mt 9,13)
Reflexión: No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores
Propósito, durante el día: Madre, mientras mi vida alentare, todo mi amor para ti

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 15, domingo (Nuestra Señora de los Dolores, del Camino, Aránzazu, de las Angustias, Bien Aparecida) nos llaman a darlo todo y a todos por amor, por el amor de Dios, por amor al prójimo: “Mirad, Dios me ayuda: ¿quién me condenará? (Is 50); “Así es también la fe: si no tiene obras está muerta por dentro” (St 2); “Quien quiera salvar su vida la perderá, pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará. Pues ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma?” (Mc 8)

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “Existe una sordera interior y un mutismo del corazón que dependen de todo aquello que nos encierra en nosotros mismos, que nos cierra a Dios, nos cierra a los demás: el egoísmo, la indiferencia, el miedo a arriesgarse e involucrarse, el resentimiento, el odio, y la lista podría continuar. Todo esto nos aleja de Dios, nos aleja de los hermanos y también de nosotros mismos; y nos aleja de la alegría de vivir. Hermanos y hermanas, ante esta lejanía, Dios responde con lo puesto, con “la cercanía de Jesús”. En su Hijo, Dios nos quiere mostrar sobre todo esto: que Él es el Dios cercano, el Dios compasivo, que cuida nuestra vida, que supera toda distancia. Y en el pasaje del Evangelio, en efecto, vemos cómo Jesús se dirige a esos territorios de las periferias saliendo de Judea para encontrarse con los paganos (cf. Mc 7,31). Con su cercanía, Jesús sana la sordera, sana la mudez del hombre; en efecto, cuando nos sentimos alejados, y decidimos distanciarnos —de Dios, de los hermanos y de quienes son diferentes a nosotros—, entonces nos encerramos, nos atrincheramos en nosotros mismos y terminamos girando sólo entorno a nuestro yo, nos hacemos sordos a la Palabra de Dios y al grito del prójimo y, por lo tanto, incapaces de dialogar con Dios y con el prójimo.” Homilía, en el estadio “Sir John Guise”, Port Moresby, Papúa Nueva Guinea, 8 de septiembre de 2024)

- “En todas partes el nacimiento de un hijo es un momento luminoso, un momento de alegría y de fiesta, y a veces nos provoca también buenos deseos: de renovarnos en el bien, volver a la pureza y a la sencillez. Ante un recién nacido, incluso el corazón más duro se conmueve y se llena de ternura. La fragilidad de un niño lleva siempre un mensaje tan fuerte que toca incluso los ánimos más endurecidos, trayendo consigo movimientos y propósitos de armonía y serenidad. ¡Es maravilloso, hermanos y hermanas, lo que pasa cuando nace un bebé! La cercanía de Dios es a través de un niño. Dios se hace niño y no es sólo para asombrarnos y conmovernos, sino también para abrirnos al amor del Padre y dejarnos modelar por Él. Para que Él pueda sanar nuestras heridas, arreglar nuestras divergencias, poner en orden la existencia.” (Homilía en la explanada de Tasitolu, en Dili, Timor Oriental, 10 de septiembre de 2014)

- “Queridos hermanos y hermanas, si algo bueno existe y permanece en este mundo, es sólo porque, en múltiples y variadas circunstancias, el amor ha prevalecido sobre el odio, la solidaridad sobre la indiferencia, la generosidad sobre el egoísmo. Si no fuera por eso, aquí nadie habría podido hacer crecer una metrópolis tan grande, los arquitectos no habrían hecho proyectos, los obreros no habrían trabajado y nada se habría podido realizar. Así pues, lo que nosotros vemos es un signo, y detrás de cada una de las obras que tenemos ante nosotros hay muchas historias de amor por descubrir. Historias de hombres y mujeres unidos entre sí en una comunidad; de ciudadanos comprometidos con su país; de madres y padres preocupados por sus familias; de profesionales y trabajadores de todo tipo y grado, implicados sinceramente en sus diversos roles y tareas. Y es bueno que aprendamos a interpretar estas historias, escritas en las fachadas de nuestras casas y en los trazados de nuestras calles, y a transmitir su memoria, para recordarnos que nada que sea perdurable nace y crece sin amor. A veces sucede que la grandeza y la imponencia de nuestros proyectos pueden hacernos olvidar esto, engañándonos al pensar que podemos ser los autores de nosotros mismos, de nuestra riqueza, de nuestro bienestar, de nuestra felicidad; sin embargo, al final la vida acaba siempre por devolvernos a la única realidad, la de que “sin amor no somos nada.” (Homilía en el Estadio Nacional en el Singapore Sport Hub, de Singapur, 12 de septiembre de 2024)

 - “La teoría de género…  57. Con respecto a la teoría de género, sobre cuya consistencia científica se debate mucho en la comunidad de expertos, la Iglesia recuerda que la vida humana, en todos sus componentes, físicos y espirituales, es un don de Dios, que debe ser acogido con gratitud y puesto al servicio del bien. Querer disponer de sí mismo, como prescribe la teoría de género, sin tener en cuenta esta verdad fundamental de la vida humana como don, no significa otra cosa que ceder a la vieja tentación de que el ser humano se convierta en Dios y entre en competencia con el verdadero Dios del amor que nos revela el Evangelio.

58. Un segundo aspecto sobre la teoría de género es que pretende negar la mayor diferencia posible entre los seres vivos: la diferencia sexual. Esta diferencia constitutiva no sólo es la mayor imaginable, sino también la más bella y la más poderosa: logra, en la pareja varón-mujer, la reciprocidad más admirable y es, por tanto, la fuente de ese milagro que nunca deja de asombrarnos que es la llegada de nuevos seres humanos al mundo.

59. En este sentido, el respeto del propio cuerpo y de aquel de los otros es esencial ante la proliferación y reivindicación de nuevos derechos que avanza la teoría de género. Esta ideología “presenta una sociedad sin diferencias de sexo, y vacía el fundamento antropológico de la familia”. Por tanto, resulta inaceptable que “algunas ideologías de este tipo, que pretenden responder a ciertas aspiraciones a veces comprensibles, procuren imponerse como un pensamiento único que determine incluso la educación de los niños. No hay que ignorar que “el sexo biológico (“sex”) y el papel sociocultural del sexo (“gender”), se pueden distinguir, pero no separar”. Por lo tanto, debe rechazarse todo intento de ocultar la referencia a la evidente diferencia sexual entre hombres y mujeres: “no podemos separar lo que es masculino y femenino de la obra creada por Dios, que es anterior a todas nuestras decisiones y experiencias, donde hay elementos biológicos que es imposible ignorar”. Sólo cuando cada persona humana puede reconocer y aceptar esta diferencia en reciprocidad es capaz de descubrirse plenamente a sí misma, su dignidad y su identidad.” (Declaración: “Dignitas infinita”)

(15.09.24) 

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