LO TRIBUTARIO (nº 927)

La reforma de mayo: 3) la rectificación de autoliquidaciones

En un sistema tributario en el que de la declaración del contribuyente para que la Administración compruebe y liquide, se pasa a obligar al contribuyente a declarar con exactitud y sin error y a ser experto en liquidaciones tributarias, ese endoso de la obligación fiscal, determina la consecuencia de limitar las posibilidades de rectificación de las autoliquidaciones y de sancionar sus deficiencias e irregularidades (cf. art. 27.4 y art. 191.6 LGT), aunque la Administración puede volver sobre sus propios actos “hasta que acierte”, porque tiene “derecho a equivocarse”, según doctrina d ellos tribunales, y no soporta sanción por sus actuaciones declaradas contra Derecho. En esa circunstancia estaba la novedad de la regulación de “declaraciones”, con prohibición de modificar opciones (art. 119 LGT) y de “autoliquidaciones”, con prohibición de hacer complementarias (fuera de plazo sin requerimiento previo) que supongan un ingreso menor o una obligación tributaria negativa mayor (art. 120 LGT). Esta restrictiva regulación quedaba de manifiesto en la propia ley (art. 122 LGT). La jurisprudencia y la norma reglamentaria (RD 1065/2007, RAT) construyeron un procedimiento específico de “solicitud de rectificación”. Y la jurisprudencia ha considerado que es un medio lícito para oponerse a la aplicación de una ley.

Y, para “rectificar el régimen de rectificaciones”, se aprobó la Ley 13/2023. Se modifica el artículo 120 LGT. En el apartado 3, párrafo primero: “Cuando un obligado tributario considere que una autoliquidación ha perjudicado de cualquier modo sus intereses legítimos, podrá instar la rectificación de dicha autoliquidación de acuerdo con el procedimiento que se regule reglamentariamente. No obstante, cuando lo establezca la normativa propia del tributo, la rectificación deberá ser realizada por el obligado tributario mediante la presentación de una autoliquidación rectificativa, conforme a lo dispuesto en el apartado 4 de este artículo”. En el segundo párrafo se añade al final después de “la presentación de la solicitud de rectificación” la disyuntiva “o de la autoliquidación rectificativa”: Cuando la rectificación origine devolución de un ingreso indebido, la Administración tributaria abonará el interés de demora (art. 32.2 LGT). El tercer párrafo sigue igual. Y se añade un cuarto párrafo: “No obstante cuando la rectificación de una autoliquidación implique una minoración del importe a ingresar de la autoliquidación previa y no origine una cantidad de devolver se mantendrá la obligación de pago hasta el límite del importe a ingresar resultante de la rectificación. El nuevo apartado 4 dice así: “Cuando lo establezca la normativa propia del tributo, el obligado tributario deberá presentar una autoliquidación rectificativa utilizando el modelo normalizado de autoliquidación que se apruebe conforme a lo previsto en el artículo 98.3 LGT con la finalidad de rectificar, completar o modificar otra autoliquidación presentada con anterioridad” (cf. nueva DA 26ª LGT). Y se modifica el apartado 2 del artículo 122 LGT como sigue: el primer párrafo en vez de terminar diciendo “se estará a lo dispuesto en el apartado 3 del artículo 120”, dice “se estará a los dispuesto en los apartados 3 y 4 del artículo 120”. Si en vez de “deberá” se dice “podrá” se habrá respetado el principio que es contrario a que lo formal impida lo sustantivo.

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Meses de verano. Tiempo de viajes. Tiempo de cartas y postales. Tiempo de recuerdos.

La carta de san Pablo a los de Galacia. “Digo además que mientras el heredero es menor de edad, en nada se diferencia de un esclavo siendo como es dueño de todo, sino que está bajo tutores y administradores hasta la fecha fijada por su padre. Lo mismo nosotros, cuando éramos menores de edad, estábamos esclavizados bajo los elementos del mundo. Mas cuando llegó la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos la adopción filial. Como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: “¡Abba, Padre!”. Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.” (Ga 4,1-7)

Lleno de Dios, metido en Dios, el cristiano sigue los pasos de Jesús, escucha sus palabras, medita sus preguntas: “Después dijo a los discípulos: Vamos otra vez a Judea. Dijéronle los discípulos: Maestro, te buscaban hace poco los judíos para apedrearte ¿y vas otra vez allí? Contestó Jesús: ¿No son doce las horas del día? Si uno camina de día, no tropieza porque ve la luz de este mundo; pero si uno camina de noche, tropieza porque no tiene luz” (Jn 11,7-10). ¡La luz del mundo! Imposible para el cristiano no retomar conciencia de las palabras del Señor: “De nuevo, les dijo Jesús: - Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Jn 8,12). Y, también: “Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en lo alto de un monte; ni se enciende una luz para ponerla debajo de un celemín, sino sobre un candelero para que alumbre a todos los de la casa. Alumbre así, vuestra luz ante los hombres para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos (Mt 5,14-16). Y: “La lámpara del cuerpo es tu ojo, Cuando tu ojo es sencillo todo tu cuerpo también está iluminado. Pero cuando tu ojo es malicioso, también tu cuerpo queda en tinieblas. Mira, por tanto, no sea que la luz que hay en ti sea tinieblas. Y si todo tu cuerpo está iluminado, sin que haya en él parte alguna oscura, todo él estará iluminado como cuando la lámpara te ilumina con su resplandor” (Lc 11,34-36)

Y los apóstoles nos lo recuerdan. Como Juan: “Éste es el mensaje que le hemos oído y que os anunciamos: Dios es luz y no hay en Él tinieblas de ninguna clase. Si decimos que estamos en comunión con Él y sin embargo caminamos en las tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad. En cambio, si caminamos en la luz, del mismo modo que Él está en la luz, entonces estamos en comunión unos con otros y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado” (1 Jn 1,5). O como Pablo: “En otro tiempo eráis tinieblas, ahora, en camio, sois luz en el Señor; caminad como hijos de la luz, porque el fruto de la luz se manifiesta en toda bondad, justicia y verdad. Sabiendo discernir lo que es agradable al Señor, no participéis en las obras estériles de las tinieblas, antes bien combatidlas, pues lo que éstos hacen a escondidas da vergüenza hasta el decirlo. Todas estas cosas, al ser puestas en evidencia por luz, quedan a la vista, pues todo lo que se ve es luz” (Ef 5,8-14).

La Virgen dijo a santa Matilde: “El nombre de María significa Señora de la Luz, que indica que Dios me colmó de sabiduría y luz, para iluminar los cielos y la tierra” (san Luis María Grignion de Montfort, “El secreto admirable del Santísimo Rosario”)

LA HOJA SEMANAL
(del 21 al 26 de agosto)

Lunes (21)

San Pío X, papa (20ª TO)
Palabras: “Vende lo que tienes, da el dinero a los pobres, así tendrás … (Mt 19,21)
Reflexión: … -así tendrás un tesoro en el cielo-, luego ven y sígueme”
Propósito, durante el día: Toma, Señor, todo mi haber y poseer todo es tuyo

Martes (22)

Santa María Virgen Reina
Palabras: “Alégrate llena de gracia. El Señor está contigo” (Lc 1,28)
Reflexión: “He aquí la esclava del Señor. Hágase en mí según tu palabra”
Propósito, durante el día: Oh, dicha incomparable: ¡la Madre de Dios es mi Madre!

Miércoles (23)

Santa Rosa de Lima, virgen (20ª TO)
Palabras: “¿Vas a tener tu envidia porque yo soy bueno?” (Mt 20,15)
Reflexión: Los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos
Propósito, durante el día: Dame tu amor y tu gracia que eso me basta

Jueves (24)

San Bartolomé, apóstol
Palabras: “Cuando estabas debajo de la higuera, te ví” (Jn 1,48)
Reflexión: “Ahí tenéis a un israelita de verdad en quien no hay engaño”
Propósito, durante el día: Señor, Tú me sondeas y me conoces

Viernes (25)

San José de Calasanz, presbítero (20ª TO; fundó las Escuelas Pías) (día de abstinencia)
Palabras: “Ama a tu Dios con todo tu corazón… (Mt 22,37)
Reflexión: ,,, Amarás a tu prójimo como a ti mismo”
Propósito, durante el día: Dame amor; Señor, para que ponga amor donde falte amor

Sábado (26)

Santa Teresa de Jesús Jornet, virgen (20ª TO)
Palabras: “El primero entre vosotros, será vuestro servidor” (Mt 23,11)
Reflexión: … El que se ensalza, será humillado; el que se humilla será ensalzado
Propósito, durante el día: Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios

(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 20, domingo (20º TO, ciclo A; san Bernardo, abad) nos llevan a vivir la misericordia del Señor: “Observad el derecho, practicar la justicia porque mi salvación está por llegar” (Is 56); “Dios nos encerró a todos en desobediencia para tener misericordia de todos” (Rm 11); “Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo… Mujer qué grande es tu fe; que se cumpla lo que deseas. En aquel momento quedó curada su hija” (Mt 15). Señor, aumenta nuestra fe.    

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “El texto dice que, apenas subió a bordo, “amainó el viento” (v. 32). El Señor sabe que la barca de la vida, así como la barca de la Iglesia, está amenazada por vientos contrarios y que el mar sobre el que navegamos a menudo está agitado. Él no nos salva de la fatiga de la navegación, es más -el Evangelio lo subraya- impulsa a los suyos a partir: es decir, nos invita a afrontar las dificultades, para que también estas se conviertan en lugares de salvación, ya que Jesús las vence, se conviertan en ocasiones para encontrarle a Él. El, de hecho, en nuestros momentos de oscuridad viene a nuestro encuentro, pidiendo ser acogido, como esa noche en el lago. Por tanto, preguntémonos: en los miedos, en las dificultades, ¿cómo me comporto? ¿Voy adelante solo, con mis fuerzas, o invoco al Señor con confianza? ¿Y cómo va mi fe? ¿Creo que Cristo es más fuerte que las olas y que los vientos adversos? Pero, sobre todo: ¿navego con Él? ¿Lo acojo, le hago sitio en la barca de mi vida – nunca solo, siempre con Jesús - le confío el timón? María, Madre de Jesús, Estrella del mar, nos ayude a buscar, en las travesías oscuras, la luz de Jesús.” (Angelus, 13 de agosto de 2023)

- “Y el Evangelio de hoy nos muestra "una cascada de alabanzas": el niño salta de alegría en el seno de Isabel (cf. Lc 1,44), que pronuncia palabras de bendición y "la primera bienaventuranza": "Feliz de ti por haber creído" (Lc 1,45); y todo culmina en María, que proclama el “Magnificat” (cf. Lc 1,46-55). La alabanza aumenta la alegría. La alabanza es como una escalera: eleva los corazones. La alabanza levanta el ánimo y vence la tentación de caer. ¿Han visto que las personas aburridas, las que viven de la charlatanería, son incapaces de alabar? Pregúntense: ¿soy capaz de alabar? ¡Qué bueno es alabar a Dios cada día, y también a los demás! ¡Qué bueno es vivir de gratitud y bendición en lugar de lamentaciones y quejas, mirar hacia lo alto en lugar de enfadarse! Las quejas: hay gente que se queja todos los días. Pero mira que Dios está cerca de ti, mira que te ha creado, mira las cosas que te ha dado. ¡Alaba, alaba! Y eso es salud espiritual. Servicio y alabanza. Tratemos de preguntarnos: ¿Yo vivo mi trabajo y mis ocupaciones cotidianas con espíritu de servicio o con egoísmo? ¿Me dedico a alguien gratuitamente, sin buscar beneficios inmediatos? En definitiva, ¿hago del servicio el "trampolín" de mi vida? Y pensando en la alabanza: ¿sé, como María, exultar en Dios (cf. Lc 1,47)? ¿Rezo bendiciendo al Señor? Y, después de alabarlo, ¿contagio su alegría entre las personas que encuentro? Cada uno intente responder a estas preguntas.” (Angelus, 15 de agosto de 2023, en la Asunción de la Virgen)

(20.08.23) 

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