LO TRIBUTARIO (nº 347)
Nociones de moral fiscal (3)
El Catecismo de la Iglesia Católica también dedica algunos pasajes a considerar el fraude tributario, es decir, incumplir y maquinar para que no se descubra. Así:
- Nº 1916 CIC. “… El fraude y otros subterfugios mediante los cuales algunos escapan a la obligación de la ley y a las prescripciones del deber social deben ser firmemente condenados por incompatibles con las exigencias de la justicia. Es preciso ocuparse del desarrollo de instituciones que mejoran las condiciones de la vida humana” (cf. Gaudium el spes nº 30)
- Nº 2286 CIC. “… Se hacen culpables de escándalo quienes instituyen leyes o estructuras sociales que llevan a la degradación de las costumbres y a la corrupción de la vida religiosa, o a “condiciones sociales que voluntaria o involuntariamente, hacen ardua y prácticamente imposible una conducta cristiana conforme a los mandamientos del Sumo legislador” (Pío XII, mens. rad., día 1 de junio de 1941). Lo mismo ha de decirse de los empresarios que imponen procedimientos que incitan al fraude…”
- Nº 2409 CIC. “Toda forma de tomar o retener injustamente el bien ajeno, aunque no contradiga las disposiciones de la ley civil, es contraria al séptimo mandamiento. Así, retener deliberadamente bienes prestados u objetos perdidos, defraudar en el ejercicio del comercio, pagar salarios injustos, elevar los precios especulando con la ignorancia o la necesidad ajenas… Son también moralmente ilícitos: … el fraude fiscal, la falsificación de cheques y facturas, los gastos excesivos, el despilfarro… “
- Nº 2534 CIC. “El décimo mandamiento desdobla y completa el noveno que versa sobre la concupiscencia de la carne. Prohíbe la codicia del bien ajeno, raíz del robo, de la rapiña y del fraude, prohibido por el séptimo mandamiento…”
En el Catecismo es difícil encontrar otros pasajes directamente relacionados con el fraude (no todo incumplimiento lo es). En cambio, e inexplicablemente, no hay referencias directas a la exigencia excesiva, ilegal, coactiva, de contribuciones fiscales.
Pero ya León XIII advertía que “la distribución justa de la riqueza, el aumento de la productividad y el amor patriótico no podrán obtenerse sino con la condición de que la propiedad privada no sea ve absorbida por la dureza de los tributos y de los impuestos” (Enc. “Rerum novarum”, nº 33)
Y san Juan Pablo II recordaba que “… en el ejercicio del poder es fundamental aquel espíritu de servicio que, unido a la necesaria competencia y eficiencia, es el único capaz de hacer transparente o limpia la actividad de los hombres políticos, como justamente, además, la gente exige. Esto urge la lucha abierta y la decidida superación de algunas tentaciones, como el recurso a la deslealtad y la mentira, el despilfarro de la hacienda pública para que redunde en provecho de unos pocos y con intención de crear una masa de gente dependiente…” (Exh. Ap. “Christifideles laici”, nº 42). Y, avisando de que “la economía de mercado no podía desenvolverse en medio de un vacío institucional, jurídico y político, decía que el Estado debe garantizar seguridad, de manera que quien trabaja y produce pueda gozar de los frutos de su trabajo…” (Enc. “Centessimus annus”, nº 48). Una exigencia ilegal sin consecuencias es un desorden social, un fraude.
DE LO HUMANO A LO DIVINO
La historia de Judit es apasionante. Es un canto a la esperanza en Dios. En el libro que lleva su nombre, la primera parte narra el asedio a la ciudad judía de Betulia, llevado a cabo por Holofernes, general de Nabucodonosor. Cuando la situación es desesperada, Judit reza confiadamente y pide ayuda a Dios. Judit es hermosa y prudente, dotada de la sabiduría que le da la fe y la confianza en Dios. Podría ser significativa esta selección de textos:
Judit era hija de Merari … Su marido, Manasés, de su misma tribu y de su misma familia, había muerto durante la cosecha de la cebada: mientras vigilaba a los que ataban gavillas en el campo sufrió una insolación… Judit permanecía viuda en su casa desde hacía tres años y cuatro meses. Se había construido una tienda en la azotea de la casa, se había ceñido la cintura de saco y llevaba los vestidos de viuda. Ayunaba todos los días menos las vigilias de los sábados y los sábados, las vigilias de los novilunios y los novilunios, las fiestas y los días de regocijo de la casa de Israel.
Dijo Judit: - Escuchadme, voy a hacer algo que se transmitirá de generación en generación. Vosotros permaneced en la puerta esta noche, yo saldré con mi doncella, no tratéis de averiguar lo que voy a hacer porque no os voy a decir nada. Judit cayó en tierra, derramó ceniza sobre su cabeza y puso al descubierto el saco con el que iba vestida y clamó con gran voz al Señor. Se dirigió al campamento enemigo con su doncella. Fue detenida por una patrulla de vigilancia a la que dijo que quería decir a Holofernes cómo apoderarse de la zona de la montaña sin tener ni una sola baja. Los soldados, vieron su belleza asombrosa, escogieron cien hombres que escoltaron a Judit y a su doncella hasta la tiende de Holofernes. Allí estaba él descansando en su lecho, bajo un baldaquino bordado de púrpura, oro, esmeraldas y piedras preciosas. Salió a recibirla precedido por lámparas de plata. Judit se postró en tierra para adorarlo, los siervos la levantaron. Según había sido autorizada, permaneció en el campamento tres días. Salía de noche hacia el valle y se lavaba en la fuente de agua, luego volvía purificada y permanecía en la tienda hasta que le servían su alimento de la tarde.
El cuarto día, Holofernes organizó un festín y ordenó a Bagoa, el eunuco: -Anda convence a la mujer hebrea que está contigo que venga aquí y como y beba con nosotros. Sería una vergüenza para nuestra reputación; si no la seducimos se burlará de nosotros… Cuando Judit entró, Holofernes quedó fascinado por ella. Ella comió y bebió de lo que había preparado su doncella; él bebió muchísimo vino, tanto como no había bebido nunca en un solo día desde que nació. Cuando todos se fueron y Holofernes estaba saturado de vino, Judit se acercó, descolgó el alfanje y asestó dos golpes en el cuello y le cortó la cabeza. La entregó a su doncella. Las dos salieron como de costumbre, pero subieron por la ladera y llegaron a Betulia. El enemigo se dispersó.
Y proclamó Judit: - … Que viva el Señor que me ha protegido… la seducción de mi rostro le ha perdido, sin que haya cometido conmigo pecado alguno que me contaminara y avergonzara”. Un anciano de la ciudad, Ozías, dijo: - Bendita seas por encima de todas las mujeres de la tierra y bendito sea Dios que creó los cielos y la tierra. Y dijo Judit: - Cantaré a ni Dios un cántico nuevo.
Así es la audacia de la fe y de la confianza en Dios, omnipotente, que siempre es fiel.
LA HOJA SEMANAL
(del 21 al 26 de agosto)
Lunes (21)
San Pío X, papa (20ª TO)
Palabras: “… vende lo que tienes y da el dinero a los pobres” (Mt 19,21)
Reflexión: El joven se fue triste, porque era rico
Propósito, durante el día: Hágase, cúmplase, sea alabada la voluntad de Dios
Martes (22)
Santa María Reina (20ª TO)
Palabras: “He aquí la esclava del Señor… (Lc 1,38)
Reflexión: … hágase en mí según tu palabra”
Propósito, durante el día: Lo que tú quieras, como quieras, hasta que quieras
Miércoles (23)
Santa Rosa de Lima (20ª TO)
Palabras: “Nadie nos ha contratado” (Mt 20,7)
Reflexión: Dios nos llama. Dios quiere nuestro sí. La paga: la vida eterna
Propósito, durante el día: Llenar el día de utilidad espiritual, llenarlo de Dios
Jueves (24)
San Bartolomé, apóstol (20ª TO)
Palabras: “Antes de que Felipe te llamara… (Jn 1,48)
Reflexión: … cuando estabas debajo de la higuera te vi”
Propósito, durante el día: Me conoces. De lejos penetras mis pensamientos.
Viernes (25)
San José de Calasanz, presbítero y fundador (20ª TO)
Palabras: Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma… (Mt 22,37)
Reflexión: … con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo
Propósito, durante el día: Metido en Dios, lleno de Dios, rebosando de su amor
Sábado (26)
Santa Teresa de Jesús Jornet, fundadora (20ª TO)
Palabras: No os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro (Mt 23,10)
Reflexión: El primero entre vosotros, sea vuestro servidor
Propósito, durante el día: Madre, maestra de oración, modelo para la vida ordinaria
(la reflexión y el propósito los fija cada uno, claro)
Las lecturas del día 20, domingo (20º TO; ciclo A; san Bernardo, abad y doctor de la Iglesia) nos muestran la universalidad de la Iglesia: “A los extranjeros que se han dado al Señor” (Is 56); “Os digo a vosotros, los gentiles” (Rm 11); “Entonces una mujer cananea…” (Mt 15). Pidió por su hija, insistió, razonó desde la fe y la humildad y quedó curada su hija. Todos tenemos una morada en el corazón de Dios, a todos nos llama y nos espera, y a todos nos escucha. Es tiempo de dar gracias y de pedir mucho.
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
- “Llevando a Jesús, la Virgen lleva también para nosotros una alegría nueva, llena de significado; lleva para nosotros una nueva capacidad de atravesar con fe los momentos más dolorosos y difíciles; lleva para nosotros la capacidad de misericordia, para perdonar, comprender, sostenernos unos a otros.
María es modelo de virtud y de fe. Al contemplarla hoy asunta al Cielo, en el cumplimiento final de su itinerario terrenal, le damos gracias porque siempre nos precede en el peregrinaje de la vida y de la fe -ella es la primera discípula. Y le pedimos que nos custodie y nos sostenga; que podamos tener una fe fuerte, alegre y misericordiosa; que nos ayude a ser santos, para encontrarnos con Ella, un día, en el Paraíso” (Angelus, el día 15 de agosto de 2017 en la Asunción de la Virgen) (trad. propia)
(20.08.17)
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