LO TRIBUTARIO (nº 949)
Ciencia de la Hacienda: 8) ingresos
tributarios
Es frecuente escuchar la opinión generalizada que
considera que la Administración tiene una verdadera obsesión recaudatoria.
Incluso se aplaude la crítica al eslogan: “Hacienda somos todos” porque eso
sería la esclavitud, el colmo recaudatorio, y porque lo adecuado es decir que
la “Hacienda es nuestra” y pagamos con nuestros impuestos a la Administración
para que la administre bien. La explicación institucional de la Ciencia de la
Hacienda recuerda que todo empezó como en el cuentecillo atribuido por algunos
a Seligman: No se dice cómo, pero los primeros fueron unas familias que
naufragó y llegó a una isla. Pronto, de inmediato, se plantearon necesidades
individuales que cada uno procuró satisfacer como pudo y, como cada uno no
podía satisfacer todas sus necesidades, acudían unos a otros para intercambiar
bienes y prestaciones a cambio de recibir contraprestaciones que les
interesaban y parecían ajustadas en la valoración de la reciprocidad. A la
satisfacción individual de necesidades individuales y a la satisfacción
recíproca pronto hubo que añadir el remedio a las necesidades de satisfacción
colectiva, como el cuidado de los ancianos, la ayuda en la debilidad o en la
enfermedad, la enseñanza de saberes elementales, y también la protección ante
peligros desde las fieras a los incendios o inundaciones y ordenar y mantener
la convivencia pacífica, desde actuar frente a la insolidaridad de algunos
rapaces o violentos, hasta mantener entre todos a quienes debían atender a esas
necesidades colectivas. Y nació la Administración.
“El dinero público no es de nadie”, dijo una
autoridad. Rememorando el “Memento homo esse” que susurraba el acompañante de
los victoriosos generales a su regreso a Roma, con humildad, se decía aquel
profesor universitario al entrar en clase cada día: “Recuerda que eres un
servidor público”. Y, en su memento, explicaba la relación necesidad colectiva
e ingresos públicos: en las empresas con precios públicos, la necesidad
colectiva es mínima y se obtiene beneficio; cuando crece esa necesidad se debe
reducir el beneficio -precios cuasiprivados- o incluso se opera con pérdidas
-precios políticos. La necesidad colectiva es mayor y es preciso operar obligando
coacción- a cooperar en determinadas acciones públicas- “contribuciones
especiales”- y, así, los ingresos “originarios”-precios- pasan a ser
“derivados” –“tributos”-, que también incluyen las “tasas”, percibidas por una
actividad administrativa -necesidad colectiva- que también tiene una utilidad
individual. Los “impuestos” son tributos (pero no todos los tributos son
impuestos). Todos los tributos son una obligación establecida por ley (art. 2
LGT) y “todos” están obligados a contribuir (art. 31.1 CE)
Pero hay otras prestaciones coactivas, como las “exacciones
parafiscales” que participan de la naturaleza de los impuestos, para un objeto
especifico; o como las “prestaciones patrimoniales” impuestas (art. 31.3 CE)
que pueden tener o no carácter tributario
que, en su momento la doctrina científica las identificó servicios y
cesiones obligatorias y temporales en circunstancias extraordinarias, y que la
nueva regulación legal parece confundir con los cánones. Con un lenguaje
líquido la Ley 38/2022, creó los “gravámenes” temporales energético y de
entidades de créditos sobre los beneficios extraordinarios en esos sectores y
llamándolos también “prestaciones patrimoniales” (DAd 1ª LGT, por Ley 9/2017)
aunque son “impuestos”. Es “una ley contra Ley” y, por tanto, contra Derecho,
impugnable en vía contenciosa -no en el TC- en su aplicación.
DE LO HUMANO A LO DIVINO
Se declara constitucional la ley del impuesto de las
grandes fortunas. Es la diferencia entre democracia y Estado de Derecho: hay
leyes alegales, no son “ordinatio rationis”.
El cristiano camina hacia el cielo y en el cielo, en
el aire, en la luz y en el paisaje siente la alegría que llena el alma de
divinidad: “Los cielos pregonan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la
obra de sus manos. Un día le anuncia el mensaje al otro día y una noche le da
la noticia a la otra noche. Sin discurso, sin palabras, sin que se oiga su voz,
se esparce su rumor por toda la tierra y su pregón hasta los confines del orbe”
(salmo 18). Y el cristiano se acerca al principio, “como era en el principio,
ahora y siempre”, para ver de cerca a la Sabiduría: “El Señor me tuvo al
principio de sus caminos, antes de que hiciera cosa alguna, desde antaño. Desde
la eternidad fui formada, desde el comienzo, antes que la tierra. Cuando no
existían los océanos fui dada a luz, cuando no había fuentes repletas de agua.
Antes de que se asentaran los montes, antes que las colinas fui dada a luz. Aún
no había hecho la tierra ni los campos, ni el polvo primero del mundo. Cuando
asentaba los cielos, allí estaba yo, cuando fijaba un límite a la superficie
del océano, cuando sujetaba las nubes en lo alto, cuando consolidaba las
fuentes del océano, cuando ponía sus límites al mar para que las aguas no lo
traspasaran, cuando fijaba los cimientos de la tierra, yo estaba como artífice
junto a Él, lo deleitaba día a día, jugando ante Él en todo momento, jugando
con el orbe de la tierra y me deleitaba con los hijos de Adán” (Pr 8,22-31). Vivir,
caminar, con Dios y en Dios: “Porque lo que puede conocerse de Dios lo tienen a
la vista; Dios mismo se lo ha puesto delante. Desde a creación del mundo, sus
perfecciones invisibles, su poder eterno y divinidad, son visibles para la
inteligencia a través de las cosas creadas” (Rm 1,19-20).
En el camino de la vida estamos seguros de que Jesús
que nos acompaña, también nos espera: “Os volveré a ver y se os alegrará el
corazón y nadie os quitará vuestra alegría” (Jn 16,22). Y nos fortalecemos en
los padecimientos: “En el mundo tendréis sufrimientos, pero confiad yo he
vendido al mundo” (Jn 16,33). Y esperamos en Dios para el final de esta vida:
Padre, quiero que donde yo estoy también estén conmigo los que Tú me has
confiado” (Jn 17,24). Recordamos las preguntas del Señor: “Por tanto, también
vosotros estad preparados porque el Hijo del hombre vendrá en la hora que no
pensáis. ¿Quién es pue, el siervo fiel y prudente a quien el Señor puso al
frente de la servidumbre para que le dé a su tiempo la comida? Dichoso el
siervo este si, cuando llega su señor, encontrarte que obra así” (Mt 24, 45-46).
Antes, está el aviso para todos: Velad porque no sabéis en qué día vuestro
Señor…Estad también vosotros preparados porque a la hora que menos penséis
vendrá el Hijo del hombre (Mt 24,42.44). “El que pretenda guardarse su vida la
perderá; y el que la pierda la recobrará. Os digo esto: aquella noche estarán dos
en una cama: a unos elo llevarán y al otro lo dejarán; estarán moliendo juntas:
a una se la llevarán y a la otra la dejarán” (Lc 17,35-36)
Hay que estar preparados, pero también confiados: “No
queremos que ignoréis la suerte de los difuntos para que no os aflijáis como
los hombres sin esperanza… Dios por medio de Jesús los llevará con é” (1 Tes
4,13.14). “Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt
28,20). En palabras de san Josemaría: “¿Quieres de verdad ser santo? – Cumple
el pequeño deber de cada momento: haz lo que debes y está en lo que haces”
(Camino 815).
LA HOJA SEMANAL
(del 13 al 18 de noviembre)
Lunes (13)
San Estanislao de Kostka, religioso (san Leandro, san Diego de Alcalá) (32ª TO)
Palabras: “Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo” (Lc 17,3)
Reflexión: Los apóstoles le pidieron a Jesús: - Auméntanos la fe
Propósito, durante el día: Creo en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo
Martes (14)
San José Pignatelli, presbítero (32ª TO) (fiesta familiar en el blog)
Palabras: “Somos unos pobres siervos, hemos hecho … (Lc 17,10)
Reflexión: … lo que teníamos que hacer”
Propósito, durante el día: Señor, lo que quieras, como quieras, porque Tú lo quieres
Miércoles (15)
San Alberto Magno, obispo y doctor de la Iglesia (32ª TO)
Palabras: “¿No han quedado limpios los diez? …” (Lc 17,17)
Reflexión: … ¿No ha venido más que este extranjero para dar gloria a Dios?”
Propósito, durante el día: Señor, dame tu amor y tu gracia que eso me basta
Jueves
(16)
Santa Margarita de Escocia, reina (32ª TO)
Palabras: “El reino de Dios está dentro de vosotros” (Lc 17,21)
Reflexión: Los fariseos le preguntaron a Jesús cuándo vendría el reino de Dios
Propósito, durante el día: Hágase tu voluntad en la tierra como se hace en el cielo
Viernes
(17)
Santa Isabel de Hungría, reina (32ª TO) (abstinencia de carne y caldo de carne)
Palabras: “El que pretenda guardarse su vida la perderá; … (Lc 17,33)
Reflexión: … y el que la pierda la recobrará”
Propósito, durante el día: Señor, toma todo mi haber y mi poseer. Tú me lo diste
Sábado
(18)
Dedicación de las basílicas de san Pedro y san Pablo en Roma
Palabras: “¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado? … (Mt 14,31)
Reflexión: Los de la barca se postraron ante Él diciendo: Realmente eres el Hijo de Dios
Propósito, durante el día: Todo a Jesús por María. Todo a María para Jesús
(la reflexión y el propósito
los fija cada uno, claro)
Las lecturas del día 12,
domingo (32º TO, ciclo A) nos llaman a la espera confiada en Dios: “El que vela
por ella (la Sabiduría) pronto se ve libre de preocupaciones; ella misma va de
un lado a otro buscando a los que la merecen; los aborda benigna por los
caminos y les sale al paso en cada pensamiento” (Sb 6); “Y allí estaremos
siempre con el Señor. Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras” (1 Ts 4);
“Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora” (Mt 25). Dios es amor.
El Amor nos espera.
PALABRAS
DEL PAPA FRANCISCO
- “Este es el
peligro sobre el que vigilar: la duplicidad del corazón. También nosotros
tenemos este peligro: esta duplicidad del corazón que pone en riesgo la
autenticidad de nuestro testimonio y también nuestra credibilidad como personas
y como cristianos. Todos nosotros experimentamos, por nuestra fragilidad, una
cierta distancia entre el decir y el hacer; pero otra cosa, sin embargo, es
tener el corazón doble, vivir con “un pie en dos zapatos” sin hacerse un
problema. Especialmente cuando estamos llamados -en la vida, en la sociedad o
en la Iglesia- a desempeñar un rol de responsabilidad, recordemos esto: ¡no a
la duplicidad! Para un sacerdote, un trabajador pastoral, un político, un
profesor o un padre, vale siempre esta regla: esto que dices, esto que predicas
a los otros, comprométete tú a vivirlo primero. Para ser maestros con autoridad
es necesario ser primero testigos creíbles.” (Angelus, 5 de noviembre de 2023)
- “Mirando a esta
testigo del Evangelio, también nosotros aprendemos que, en toda situación y
circunstancia personal o social de nuestra vida, el Señor está presente y nos
llama a habitar nuestro tiempo, a compartir la vida de los otros, mezclarnos en
las alegrías y los dolores del mundo. En particular, nos enseña que también los
ambientes secularizados son de ayuda para la conversión, porque los contactos
con los no creyentes provocan al creyente a una continua revisión de su forma
de creer y a redescubrir la fe en su esencialidad (cfr “Nosotros de las
calles”, Milán 1988, 268s). Que Madeleine Delbrêl nos enseñe a vivir esta fe
“en movimiento”, digamos así, esta fe fecunda que todo acto de fe hace un acto
de caridad en el anuncio del Evangelio. Gracias.” (Audiencia general, 8 de
noviembre de 2023)
(12.11.23)
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