LO TRIBUTARIO (n.º 1043)

Ciencia de la Hacienda: 59) incumplimientos tributarios

Todo oficio, con el tiempo, origina su propio lenguaje de forma que, aunque sea la misma cosa, llamada en un determinado ámbito profesional tendrá una nombre u otro. Y no es un asunto menor emplear la palabra adecuada, porque no hacerlo puede llevar a la incomprensión, a la rigurosa rectificación o a la severa reprensión, por no señalar otras consecuencias más graves. A veces, pasan muchos años hasta que se cae en la cuenta de la irregularidad en el propio idioma o en otro, vivo o muerto. Los que gustan de la pintura clásica aún siguen denominando un conocido cuadro como el “Noli me tangere” (“No me has de tocar”), y han debido pasar muchos años hasta que se estudió y se decidió que el nombre debería ser el “Noli me tenere” (“No me has de detener”). Una sanción es la pena que se impone por un incumplimiento, pero una sanción también es la autorización o la aprobación por la autoridad de una ley, o de una costumbre. El “fraude” de ley (fraus legis) es aplicar una ley vigente, pero indebida para el asunto de que se trata, pero el “fraude” a la ley (fraus lege) es dejar de aplicar lo que la ley procedente impone o exige.

Esta consideración puede servir para señalar un fenómeno del que no es frecuente su denuncia razonada se produce en el ámbito de la tributación cuando, sin inconvenientes, se decide, y se actúa en consecuencia, que lo que se llama en la ley de un modo, tiene la naturaleza de otro instituto o concepto, Ocurrió hace muchos años con el recargo de extemporaneidad cuando, para reprimir los excesos y para disuadir osadías, se estableció un recargo cuyo importe (50%) era el mismo que el correspondiente a la sanción en su grado mínimo por el incumplimiento de la obligación de ingreso del tributo debido en plazo. Como se consideró que el recargo “era” (tenía la naturaleza) de la sanción, las sentencias anulaban los que se exigían y recurrían. Sobre el mismo concepto se encuentre ejemplo en sentido contrario en el ámbito de la responsabilidad tributaria. Para empezar, hay que decir que, si ya es inadecuado que se exija la deuda tributaria (con fundamento en la capacidad económica del deudor: art. 31 CE) al tercero (responsable tributario) ajeno a la relación tributaria, con mayor motivo es ajeno al Derecho que se exija al responsable tributario el importe de la sanción impuesta al deudor que incumplió la norma tributaria cuando es jurídicamente esencial e indiscutible el carácter personalísimo de las sanciones y así lo establece “en principio” la ley (art. 41.4 LGT). Jurídica y razonablemente insuficiente e inadecuado es el argumento que mantiene que la sanción pierde su naturaleza punitiva, “pena”, que tenía para el deudor principal, cuando se convierte en “importe” integrado en la cuantía a que alcanza la exigencia al responsable tributario. A la deficiencia se añade la incoherencia cuando “resucita” la naturaleza sancionadora en la norma (art. 41.4 LGT) que mantiene que es aplicable el artículo 188 LGT -la reducción de la “sanción” y que hay que dar trámite para que exprese su voluntad- al responsable en cuanto que la multa se reduce por pronto pago y si no se reclama o recurre.

Y tenemos responsabilidades que se tratan como sanciones aunque no está tipificada por ley esa infracción, ni la sanción.“Nullum crime sine lege; nulla poena sine lege”, es un principio de Derecho ya reconocido y aplicado en el Derecho Romano. En el instituto de la responsabilidad tributaria son varios los supuestos de responsabilidad en los que la doctrina de los tribunales reconoce que se trata de exigencias tributarias en la ley, pero que tienen naturaleza sancionadora: por supuesto, en la responsabilidad por colaborar en la infracción cometida por el deudor principal (art. 42.1 LGT), pero también para los administradores, de hecho o de derecho, de sociedades por participar en las infracciones de éstas (art. 43.1 LGT) y por dificultar la recaudación tributaria mediante la transmisión u ocultación de bienes y derechos del deudor principal (art. 42.2 a) LGT).

DE LO HUMANO A LO DIVINO

Subidas tributarias (IRPF: rendimientos de capital; IS: compensación de pérdidas, tipo mínimo obligado, tabaco, diesel); se mantiene otros (patrimonios, banca). Gastos indebidos y excesivos.

Últimos días del Tiempo Ordinario. Celebración de la Comunión de los Santos: de la Iglesia triunfante en el cielo, de la Iglesia purificada en el Purgatorio y de la Iglesia militante que formamos los que aún vivimos, porque la vida del cristiano es milicia (“Militia est vita hominis super terram” Jb 7,1), lucha para ganarse el cielo. Y también celebramos en noviembre la Conmemoración de los Fieles Difuntos. “Vamos que la muerte es una ganancia y la vida sufrimiento. Por esto dice san Pablo: Para mí la vida es Cristo y una ganancia morir. Cristo, a través de la muerte corporal, se nos convierte en espíritu de vida. Por tanto, muramos con él y viviremos con él … Nuestro espíritu aspira a abandonar las sinuosidades de esta vida y los enredos del cuerpo terrenal y llegar a aquella asamblea celestial a la que sólo llegan los santos” (san Ambrosio, del libro sobre la muerte de su hermano Sátiro). Tiempo de celebraciones. Tiempo de cantos y poesía.

Todos los santos. “Peregrinos del reino celeste, / hoy, con nuestras plegarias y cantos, / invocamos a todos los santos, / revestidos de cándida veste. / Estos son los que a Cristo siguieron / y por Cristo la vida entregaron, / en su sangre de Dios se lavaron, / testimonio de amigos le dieron. / Sólo a Dios en la tierra buscaron / y de todos hermanos se hicieron. / Porque a todos sus brazos abrieron, / éstos son los que a Dios encontraron. / Desde el cielo, nos llega cercana / su presencia y su luz guiadora: / nos invitan, nos llaman ahora, / compañeros seremos mañana. / Animosos sigamos sus huellas, / nuestro barro será transformado / hasta verse con Cristo elevado / junto a Dios en su cielo de estrellas.” (Oficio de lectura, 1 de noviembre,

Los fieles difuntos. “Déjame, Señor, así; déjame que en ti me muera, / mientras la brisa en la era / dora el tamo que yo fui. / Déjame que dé de mí / el grano limpio, y que fuera, / en un montón, toda entera, caiga el alma para ti. / Déjame, cristal, infancia, / tarde seca, sol violento, /crujir de trigo en sazón. / Coge, Señor, mi abundancia, / mientras se queda en el viento / el olor del corazón” (Oficio de Difuntos, 2 de noviembre, Laudes II).

La vida en Cristo. “Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Pues Dios no envió su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no es juzgado; pero quien no cree ya está juzgado, porque no cree en el nombre del Hijo unigénito de Dios. Éste es el juicio: que vino la luz al mundo y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra mal odia la luz y no viene a la luz, para que sus obras no le acusen. Pero el que obra según la verdad viene a la luz, para que sobras se pongan de manifiesto, porque han sido hechas según Dios” (Jn 3,16-21).

El cielo. “Bienaventurados los llamados a la cena de las bodas del Cordero… Vi un cielo nuevo nuevo y una tierra nueva, pues el primer cielo y la primera tierra desaparecieron y el mar ya no existe… Esta es la morada de Dios con los hombres. Habitará con ellos y ellos serán su pueblo, y Dios, habitando realmente en medio de ellos, será su Dios. Y enjugará toda lágrima de sus ojos; y no habrá ya muerte, ni llanto, ni lamento, ni dolor, porque todo lo anterior ya pasó … Ya no habrá noche: ni tienen necesidad de luz de lámparas ni de luz del sol, porque el Señor Dios alumbrará sobre ellos y reinarán por los siglos de los siglos.” (Ap 19,9; 21,1.3-4; 22,5).

LA HOJA SEMANAL
(del 4 al 9 de noviembre)

Lunes (4)

San Carlos Borromeo, obispo (31ª TO)
Palabras: “Cuando des un banquete invita a los pobres… (Lc 14,13)
Reflexión: … lisiados, cojos y ciegos” Te pagarán cuando resuciten los justos
Propósito, durante el día: Señor, aunque lo que espero no esperara, lo mismo te quisiera

Martes (5)

Santa Ángela de la Cruz (31ª TO)
Palabras: “Sal por los caminos y senderos e insísteles hasta que entren… (Lc 14,23)
Reflexión: … Ninguno de aquellos convidados probarán mi banquete”
Propósito, durante el día: Señor, en la hora de mi muerte llámame y mándame ir a Ti

Miércoles (6)

San Pedro Poveda, presbítero (31ª TO)
Palabras: “Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío … (Lc 14,27)
Reflexión: … El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío”
Propósito, durante el día: Señor, todo lo mío es tuyo. Dispón de mí

Jueves (7)

San Baldo de Tours, obispo (31ª TO)

Palabras: “Habrá más alegría en el cielo por un sólo pecador que se convierta… (Lc 15,7)
Reflexión: … que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse”
Propósito, durante el día: Perdona nuestras deudas, como nosotros debemos perdonar

Viernes (8)


San Claro, presbítero (31ª TO) (día de abstinencia)
Palabras: “Los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz” (Lc 16,8)
Reflexión: El administrador derrochador e injusto del hombre rico fue felicitado por su astucia
Propósito, durante el día: Tú me lo has dado todo, a ti, Señor, lo torno

Sábado (9)

La Dedicación de la Basílica de Letrán (Nª Sª de la Almudena, patrona de Madrid)
Palabras: “No convirtáis en mercado la casa de mi Padre” (Jn 2,16)
Reflexión: Sus discípulos se acordaron: El celo de tu casa me devora
Propósito, durante el día: Madre, tus ojos de mi no apartes, ven conmigo a todas partes

(la reflexión y el propósito, los fija cada uno, claro)

Las lecturas del día 3, domingo (31º TO, ciclo B; san Martín de Porres) nos reiteran en el amor de Dios: “El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con oda tu alma, con todas las fuerzas” (Dt 6); “Las palabras del juramento, posterior a la Ley, consagran al Hijo, perfecto para siempre” (Heb 7); “porque amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios” (Mc 12). Dios nos llama desde el cielo. Todos los santos nos ayudan.

PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO

- “El problema es cómo conseguir que el sacramento de la confirmación no se reduzca, en la práctica, a una “extremaunción”, es decir, al sacramento de la “salida” de la Iglesia. Se dice que es el “sacramento del adiós”, porque una vez que los jóvenes lo realizan se van, y luego volverán para casarse. Eso dice la gente. Pero debemos hacer que se convierta en el sacramento del inicio de una participación activa en la vida de la Iglesia. Es un objetivo que puede parecernos imposible, dada la situación actual en casi toda la Iglesia, pero eso no significa que debamos dejar de perseguirlo. No será así para todos los confirmandos, sean niños o adultos, pero es importante que lo sea al menos para algunos que luego serán los animadores de la comunidad… Pero esto no sólo afecta a los futuros confirmandos; nos afecta a todos y en todo momento. Junto con la “confirmación” y “la unción”, hemos recibido también, nos asegura el Apóstol, la prenda” del Espíritu”, que en otro lugar llama “las primicias del Espíritu” (Rom 8,23). Debemos “gastar” esta garantía, disfrutar de estas primicias, no enterrar bajo tierra los carismas y talentos recibidos.” /Audiencia general, 30 de octubre de 2024)

- “31. En definitiva, este Corazón sagrado es el principio unificador de la realidad, porque «Cristo es el corazón del mundo; su Pascua de muerte y resurrección es el centro de la historia, que gracias a él es historia de salvación». Todas las criaturas “avanzan, junto con nosotros y a través de nosotros, hacia el término común, que es Dios, en una plenitud trascendente donde Cristo resucitado abraza e ilumina todo”. Ante el Corazón de Cristo, pido al Señor que una vez más tenga compasión de esta tierra herida, que él quiso habitar como uno de nosotros. Que derrame los tesoros de su luz y de su amor, para que nuestro mundo que sobrevive entre las guerras, los desequilibrios socioeconómicos, el consumismo y el uso antihumano de la tecnología, pueda recuperar lo más importante y necesario: el corazón.

II. GESTOS Y PALABRAS DE AMOR 32. El Corazón de Cristo, que simboliza su centro personal, desde donde brota su amor por nosotros, es el núcleo viviente del primer anuncio. Allí está el origen de nuestra fe, el manantial que mantiene vivas las convicciones cristianas.” (Encic. “Dilexit nos”)

(3.11.24)

Noticia fiscal. La Orden HAC/1177/2024 (BOE 28.10.24), desarrolla el RD 1007/2023 que regula los procesos de facturación de empresarios y profesionales.


 

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